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Pensamiento :: 17/06/2006

El trabajo de la televisión es impecable. Atrévete a pensar.

La Haine.
Autor: BikToR.

El Siglo XX se ha convertido en el Siglo del progreso digital, del progreso en las nuevas comunicaciones. Hemos avanzado de una manera agigantada en cuanto a información se refiere, gracias a los nuevos medios.

El problema está en que esos medios han caído en la más absurda comercialización. Ya no se ofrece información, sino que ésta se vende. Y el público la compra cada vez más, pagando un precio no económico, sino intelectual. Las nuevas tecnologías han conducido al ser humano a una dependencia absoluta de éstas para no sentirse en soledad. Uno se siente más acompañado con un mando a distancia que con un abrazo. En vez de utilizar esos medios como camino hacia un progreso común, la televisión y sus contenidos se han convertido en una prostituta al servicio del poder, que satisface las necesidades de los poderosos y que conduce al público hacia un desierto vacío de todo conocimiento. El trabajo de la televisión es impecable. Es tan perfecto, que sabe que aunque la inmensa mayoría de la gente la critique, va a tener un índice de audiencia cada vez mayor.

La publicidad que invade nuestras pantallas es una de las mayores influencias que ejerce la Televisión en la sociedad. Ese bombardeo de anuncios nos mantiene en el sofá esperando para ver el siguiente. Siempre acabamos comprado sus productos, muchas veces innecesarios, para sentir que complementamos nuestra vida, una vida que creemos vacía, una vida material y superficial. Millones de millones invertidos por las empresas en publicidad, con la intención de atrapar al consumidor durante unos segundos delante de la pantalla leyendo el curioso eslogan que trata de convencer al telespectador de que al comprar dicho producto, se va a obtener un grado de felicidad mayor del que se tiene sin él. Y al comprarlo, o bien uno se da cuenta de que ha caído en la trampa del consumo, se da cuenta de que es sólo un producto, un objeto material que no llenará jamás el vacío que hay en su cuerpo, o bien seguirá vulnerable ante las armas del voraz capitalismo que le atraerán cada vez más hacia sus sedes productoras; las tiendas.

Se han creado dentro de la Televisión personajes absurdos que se han convertido en ídolos baratos o modelos a seguir simplemente por el hecho de abofetear a alguien en público o por convivir con varios personajes más en una casa con cámaras. El público cree en estos personajes y mientras siga así, la televisión no va a dejar de producirlos. ¿Que tipo de educación muestran estos seres? ¿Exactamente cuales son las cualidades que atraen al público hacia el seguimiento de la vida privada y personal de tales sujetos?

Esta nueva sociedad inducida en la pasividad y en el "conformismo de sofá" fomenta y produce una mentalidad borreguil propia de mentes carentes de personalidad que solo puede curarse con un acercamiento a la cultura y un distanciamiento a la vida tan virtual como falsa que se nos ofrece en la televisión cada día.

Muchos dirán que esto es algo sabido por todos, que es algo que todos conocemos. Ante esas respuestas yo me pregunto: ¿si fuese así, por qué sigue habiendo una televisión cuya calidad va en declive cada día que pasa?

 

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