En estas fechas queremos acordarnos especialmente de los presos políticos
Estado que se salta su propia legalidad (según la cual deberían estar libres) para someterlos a un grave chantaje: o renuncian a sus ideales y agachan la cabeza, o morirán en prisión.
Es nuestro deber apoyarles, solidarizarnos y luchar por su liberación.
Animamos a organizarse por ello. Y, también, a escribirles a prisión para romper su aislamiento.
¡Por un año nuevo de lucha y solidaridad!
¡Libertad presos políticos enfermos!
¡Amnistía total!
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La clase obrera lleva sosteniendo la lucha contra sus explotadores y por la defensa de sus derechos democráticos desde hace más de un siglo. Esta lucha genera la represión más cruel y devastadora contra los luchadores y sus familias y allegados, infligiéndoles día a día incontables sufrimientos y padecimientos.
En el Estado español, el régimen fascista mantiene encarcelados a cien-tos de esos luchadores, muchos de ellos condenados a decenas de años de prisión en pésimas condiciones. Muchos de estos presos políticos, debido a las duras condiciones de reclusión, la desatención sanitaria y los largos años de lucha acumulados, padecen graves enfermedades. Esta es una situación extremadamente sangrante precisamente por encontrarse en manos de sus mortales enemigos.
El movimiento de solidaridad con los presos políticos siempre ha exigido la Amnistía total para todos ellos, sin importar los métodos de lucha que hayan empleado. Sin embargo, para los presos políticos enfermos hay que exigir la libertad inmediata para que puedan recibir el tratamiento adecuado en óptimas condiciones. Para ellos, se trata de una cuestión de vida o muerte.
En esta situación se encuentran los presos políticos comunistas y antifas-cistas: Lucio García Blanco, Mónica Refoxos Pérez, Ma José Baños Andújar y Manuel Pérez Martínez. Todos ellos padecen enfermedades graves y muy difíciles de tratar en las condiciones de prisión en las que se encuentran. Además, hay que señalar que se trata de presos políticos que llevan más de veinte años en prisión con el grave deterioro físico que ello conlleva.
En numerosas ocasiones hemos visto como el mismo régimen excarcelaba por "razones humanitarias" a explotadores, torturadores y corruptos. Los más recientes, el exministro Zaplana del PP y expresidente andaluz Griñán. Da igual de qué color sean y los crímenes que hayan cometido, este régimen fascista se muestra tremendamente humanitario con los suyos, los de su clase; y terriblemente implacable con los nuestros, los revolucionarios de la clase obrera.
Estos comunistas llevan toda la vida defendiendo los derechos y libertades de los trabajadores, por eso fueron detenidos y encarcelados. Además, son un ejemplo de firmeza y resistencia, motivos por los que se ensañan es-pecialmente con ellos. Es más, la enfermedad en prisión es una herramienta más con la que los fascistas chantajean y someten a los revolucionarios: o te arrepientes o mueres.
Por todos estos motivos, es nuestro deber denunciar la situación que sufren los presos políticos enfermos y redoblar los esfuerzos para arrancarlos de las garras de sus verdugos. O los sacamos ahora o ma-ñana será tarde. Que el grito por la libertad de los presos políticos gravemente enfermos esté presente en todas las luchas obreras y populares.
¡¡ILIBERTAD INMEDIATA PRESOS POLÍTICOS ENFERMOS!!
¡¡NO A LAS CADENAS PERPETUAS ENCUBIERTAS!!
¡AMNISTÍA TOTAL!!