En Santiago, condolencia y solidaridad limitada
Las condolencias son necesarias, porque somos, o debemos de ser humanos. ¿Cómo no nos han de afectar esta tragedia cuando, seguramente como producto del azar, cualquiera de nosotros, o de nuestros más allegados, allí podíamos haber estado? Cualquiera de nosotros podría haber sido protagonista de la tragedia que lo ha sido para las víctimas y para sus familiares y amigos.
Al tiempo que lo sucedido se va haciendo público y los detalles se van describiendo, los medios de comunicación “oficiales” se van sumando a la ola de dolor. Al tiempo que todo esto se va describiendo en estos medios con tanto detalle y puntualidad, personalmente a mi se me van amontonando otras sensaciones acusadoras, condenatorias e indignantes hacia los que de alguna manera se convierten en los paladines de la noticia: los medios de comunicación y los políticos. Y también con lo que dicen y con la perversión o tergiversación de lo que dicen.
Hablan y ensalzan la solidaridad de los gallegos, de los vecinos, de los trabajadores de los hospitales, de las instituciones, de todos los medios de comunicación, de los políticos, de todo el mundo. Qué fácil lo hacen todo, cuando quieren o les interesa, ¿cómo no ser solidarios con esta tragedia?
Somos solidarios, debemos serlo, pero cuidado, hay que elegir bien con quién, no se te ocurra ser solidario con cualquiera. Sobre todo no seas solidario con una familia de desahuciados, no importa que sean octogenarios o una familia con no sé cuántos niños de dos o tres años, por ejemplo. Tampoco se te ocurra ser solidario con los trabajadores de una empresa que la cierran porque sí, o con los afectados por el fraude de un banco de los escasos ahorros de toda una vida de trabajo. Esto ya no es solidaridad –según ellos- es un delito y como tal lo tratan, en estos momentos cientos son los procesados por este tipo de solidaridad.
Y ten cuidado cuando te solidarices, ten cuidado que a tu lado no vaya alguno o cualquiera de los políticos que tantas tragedias origina y propicia cada día, todos los días, cientos cada día a costa de la pobre familia desahuciada o de cualquiera de los seis millones de parados y de no sé cuántos más precarios que para lo que les pagan más les valdría quedarse en el paro y sin prestaciones, porque si los votas o los acompañas serás como ellos y además estarás legalizando su delictivo proceder.
La foto no tiene desperdicio. Rajoy (o Zapatero...) y sus séquito vestidos con traje y corbata negra ¡dolidos, solidarios y no sé cuántas cosas más! con la tragedia. Mientras, continúan los despidos, los desahucios, los recortes... y al que se mueva procesado y a la cárcel. Y, la cobertura de los medios..., más de lo mismo, aplaudiendo.
Cada año mueren en el reino de España, en la cárcel, bajo custodia policial más de medio centenar de personas...., para ellos no existen ni medios de comunicación ni políticos solidarios ni siquiera justicia ni responsabilidades y mucho menos responsables concretos, que los hay.
¿A toda esta gente qué les importan las tragedias de los demás cuándo son ellos mismos los que las están gestionando a diario con su política económica y social y hasta para eso les pagan? ¡Que se vayan a soltar sus lágrimas a otro lado!
Mientras todo sigue su curso, siguen los paraísos fiscales, el fraude, la especulación, la Troica, la OTAN o las invasiones de cualquier país escudándose en que lo de la ayuda humanitaria. Para esto sirven los recortes y con ellos pagamos la insolidaridad de estos que ahora van vestidos de negro.
Es como para ponerse de los nervios ver cómo toda estas autoridades se condolían a lado de las víctimas a las que mañana mismo habrán olvidado completamente. Y lo mismo del papel de los medios..., ¿qué pasaría si cubrieran así, con la misma gana, cualquier desahucio o cualquier otra tropelía ...? Encima, todos ellos, ahora, han quedado como dios ¡qué bien informan! ¡qué bien gobiernan!
La cobertura de los servicios públicos, de los hospitales, etc. ha podido ser ejemplar en la medida en que satisface y cubre derechos sociales fundamentales, en la medida en que no es un negocio sino un servicio público sin ánimo de lucro. ¿Qué papel podría haber jugado un sistema de salud privado? Solo con pensarlo es para echarse a temblar, supondría una tragedia añadida a la anterior para muchos, para casi todos.
El accidente ha sido por exceso de velocidad. Pero el exceso de velocidad solo es la consecuencia de una serie de causas de las que de momento no tenemos ni idea, ni tampoco las autoridades pueden tenerla. Nada se sabe qué ha pasado con las señales, con los frenos, con determinados mecanismos, amortiguadores, electrónica, etc.
Sin haber abierto la caja negra del tren ya acusan al maquinista. ¿Por qué no acusan a los responsables de ADIF, de RENFE o del propio Ministerio de Fomento?
Lo fácil, el responsable es el maquinista, ya tenemos un chivo expiatorio, alguien a quién echar todas las culpas. Así ADIF, RENFE y Fomento eluden su implicación, la falta de personal, de inversión, de mantenimiento, recortes..., y no sé ni digo que el maquinista no haya podido despistarse..., pero de esto a hacerle el único responsable –después de treinta años de profesión- sin ni siquiera saber con exactitud qué ha pasado, de momento, han convertido su acusación en un linchamiento, no otra cosa.