ePub
pdf
Reformas in-laborales
El número de desempleados registrados en noviembre en España, ha marcado otro récord, llegando a cerca de sesenta mil. Las cifras, mes a mes, son escalofriantes. No estamos hablando de mil o tres mil personas, sino de cantidades que se aproximan, y superan a veces, las cien mil en un sólo mes. Escalofriante.
Hasta ahora todos los esfuerzos (por llamarlos así) se han dirigido a implementar nuevas reformas laborales. Hoy nos hablan de otra: la de Rajoy, la milagrosa, la única y ungida por Dios, parece ser. Será inútil. No sirven para nada y a la vista está. El país se encamina hacia los seis millones de parados.
Para crear riqueza y bajar el desempleo, hay que reactivar la economía, dicen. Pero las reformas lo único que han reactivado han sido los bolsillos de cuatro sinvergüenzas que, como es lógico, siguen pidiéndolas para prolongar una dinámica que, para ellos, es favorable, pues aquellas les procuran dádivas, en la misma medida que a los trabajadores les despojan derechos de todo tipo.
Ocultando ese detalle los analistas burgueses se preguntan: ¿Y cómo reactivar la economía? Unos responden-, de manera abstracta- que “eso es otro cantar”, otros ni siquiera contestan. A estas alturas, todos ellos son conscientes de que es imposible reactivar nada utilizando un sistema muerto: los cadáveres no pueden reanimarse a sí mismos.
Saben que existe una salida, algo que no quieren reconocer, además de por su condición de clase, porque dieron por acabado el socialismo cuando celebraron la caída del muro de Berlín. ¿Cómo reconocer que aquello que más odias, aquello que diste por finiquitado, es la única opción válida, hoy por hoy, para la humanidad?
