Hace dieciocho años y once meses
Dijimos NO a la OTAN y si hubiéramos sido más nadie habría tenido que retirar las tropas de Irak porque allí no habrían ido ningunas tropas. Si hubiésemos sido más no habríamos contribuido a tirar las bombas que destruyeron puentes y hospitales en Yugoslavia. Te dirán que esas bombas eran necesarias, te dirán que Hiroshima y Nagasaki valieron la pena.
Imagino que no lo crees.
Imagino que sabes que cuando no fuimos bastantes te convertimos en responsable de las agresiones que habrían de venir. Te dirán que hacemos demagogia: ojalá la hiciéramos. Ojalá no viviésemos en los países que sin demagogia proporcionan infraestructuras, dinero, vidas para una destrucción en absoluto demagógica sino precisa y bien documentada.
Perdimos aquel referéndum. Éste, dicen, también lo vamos a perder. Todo es casi igual que entonces. Felipe González anuncia que se producirá un caos si gana el NO. Las instituciones con grandes recursos económicos organizan comidas y reuniones para invitar a famosos e intelectuales a decir SÃ. Los que decimos no apenas tenemos estas 35 líneas, unos pocos las tenemos.
Imagino que sabes que es casi imposible argumentar en 35 líneas. Puedo darte direcciones electrónicas para que busques los argumentos del NO, porque en la prensa y en la televisión difícilmente los encontrarás. Aquí va una, sus enlaces te llevarán a otras: www.rebelion.org [http://www.lahaine.org/b2lharticulo.php?p=4746&more=1&c=1]
Puedo decirte que en la elaboración de este Tratado, que sin embargo regirá tu vida, no ha habido nada ni parecido a un proceso constituyente. El Tratado obliga a los estados a mejorar sin tregua sus capacidades militares. Facilita la privatización de los servicios públicos. Obliga a un sistema de libre mercado poniendo por encima los intereses del negocio sobre los intereses de las personas, las comunidades y los ecosistemas. Y te dicen que habrá un caos si no se aprueba. Un caos ¿para quién?
No es nada un NO en un referéndum. Esta vez no es vinculante, podrían hacer otro para lograr el SÃ. Pero también podría ocurrir que dentro de 18 años tú tengas que escribir un artículo y entonces cuentes que hubo un momento en que se transformaron las cosas. En que los pueblos de Europa con un simple NO obligaron a que la ley que iban a darse, la que iba a regir sus vidas, en verdad se discutiera, se pensara, fuera en verdad un punto de inflexión a partir del cual vivir justamente.
Fuente: El Mundo