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Estado español :: 04/07/2012

¿Qué gritan cuando gritan España?

Mikel Arizaleta
El fútbol español adeuda a Hacienda 752 millones de euros, deuda que crece cada año. ¿Qué gritan cuando gritan España? ¿Estafa, pura estafa?

El domingo de regreso de la playa de Lekeitio me enteré del 4-0 a
Italia en la final europea. Antes había leído la vieja cifra,
escondida por el gobierno de turno, a pregunta de Izquierda Unida en
el Congreso: el fútbol español adeuda a Hacienda 752 millones de
euros, deuda que crece cada año. Liga de fútbol con una deuda de más
de 5000 millones de euros, con estrellas multimillonarias en empresas
arruinadas. ¿Qué gritan cuando gritan España? ¿Estafa, pura estafa?

Ese mismo día a primeras horas de la mañana había mantenido una larga
conversación con el amigo bávaro Harald Martenstein. Me contó una
historia alemana. Me dijo:

A las mujeres les gusta hablar y a los hombres coleccionar.
Coleccionar, cazar, divulgar los genes propios, encender fogatas y
como punto álgido la exhibición deportiva. De niño, me contó,
coleccioné sellos, más tarde juguetes de hojalata y, últimamente,
conchas. Me da igual que a alguien le parezca cursi. También vosotros
sois cursis, sólo que cursis sin conchas. Mi abuelo fue ordenanza de
banco y siempre se interesó por las monedas especiales de 5 marcos,
como empleado del banco tuvo derecho de tanteo. Luego se las regaló a
uno de sus nietos. Una colección completa hasta 1995, fecha en que
murió. Hace un par de años entraron en el piso y los ladrones robaron
la colección. Desconocía su precio, tampoco importa, no los hubiera
vendido ni en caso de hambruna.

Hace un par de días –siguió con el relato- he leído algo sobre la
colección de monedas de un ingeniero, que vive en Hannover (Alemania),
una especie de hermano mío en espíritu. Desde hace 25 años colecciona
monedas, llegando a reunir 240 y por las que ha tenido que desembolsar
a lo largo de su vida 27.000€. Este ingeniero se ha quedado sin
trabajo y por su edad tiene difícil encontrar uno nuevo. Un juzgado de
última instancia ha fallado sentenciando que sólo puede percibir el
Hartz IV si antes vende sus monedas.

Su venta le supuso 21.000€. Con la venta de colecciones de sellos, de
trenes o tapones de coronas el Estado procede así mientras la
colección tenga algún valor. Todos los señores viejos, que se queden
sin trabajo, tienen que vender sus colecciones si quieren cobrar el
Hartz IV. Vivimos en un país que piensa así. En esas colecciones se
encierra media vida de un hombre viejo de la que se sentía orgulloso.
Era su hobby, algo que en medio de todo le hacía olvidar la
humillación de su despido encontrando cierto consuelo: al menos tenía
su colección querida y trabajada.

De igual modo el Estado podría exigirle que, como castigo por el
despido, se desprendiera de su chaleco preferido de 20 años. ¿Y quien
tiene un perro valioso también debe venderlo? ¿Los viejos sin trabajo
y sin colección de monedas en el futuro tampoco podrán asistir o
contemplar exhibiciones deportivas? Una colección así no es comparable
como valor a acciones u oro, una colección no es ninguna imposición de
dinero sino parte de la personalidad de uno. Además los ahorros que
el Estado le quita a un pobre diablo para que pueda cobrar el Hartz IV
es el dinero es el que el Estado tiene que pagar a ese pobre diablo.
Nuestro Estado es una estación de bombeo: continuamente te chupa
cierta cantidad para enchufarte en otra parte, un movimiento
circulatorio: te quita del bolsillo de tu chaqueta para depositarte
en el bolsillo de tu chaleco, claro, lo importante es que haya algo
que administrar.

Mi abuelo tuvo otra pasión, coleccionó cucharillas de plástico para
helados. Desde el día en que entre nosotros se abrió la primera
heladería italiana él conservó todas las cucharillas y curiosamente
ninguna es igual. Yo las heredé. Posiblemente es la colección de
cucharillas de helado mayor del mundo, que va desde 1955 a 1995. Los
ladrones las dejaron al robar las de monedas de 5 marcos.

Caso que me quede sin trabajo y el Estado tenga la idea de quitarme la
colección de cucharillas de mi abuelo aviso: entonces y sólo entonces
estoy dispuesto incluso a defenderlas con las armas en la mano.

¿Qué gritan cuando gritan España?

 

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