¿Quién irá de la mano del PSOE?

Los desastrosos resultados de las recientes elecciones autonómicas en España, donde la derecha y la extrema derecha obtuvieron importantes avances, obligaron al presidente del gobierno socialdemócrata, Pedro Sánchez (PSOE), a adelantar las elecciones generales previstas para diciembre al 23 de julio. La ola derechista que se cierne sobre Europa también se expresa en España. La manía nazi que la derecha aprendió de Joseph Goebbels acerca de mentir y mentir hasta que quien escucha o lee se agota finalmente y eso arroja como resultado que el mensaje de la maquinaria de falsedades anide en la conciencia de las personas. Las constantes mentiras de Alberto Núñez Feijóo, el líder del Partido Conservador (PP), finalmente quedan al descubierto, pero el daño es muy difícil de reparar. El poder de los medios en manos de la derecha puede tener consecuencias devastadoras.

Esto, unido al hecho de que la actual coalición de gobierno PSOE-Podemos en donde el primero ha mantenido una posición hegemónica, ha provocado que el "gobierno progresista" tome una posición defensiva. El PSOE no es un partido de izquierdas, pero las señales del PP y la extrema derecha pregonadas por los fascistas en Vox son tan extremadamente reaccionarias que el PSOE les parece a muchos como una izquierda tibia. La izquierda española representada por Unidas Podemos, que antes de las elecciones del 23 de julio se presenta en una coalición mayor, Sumar, está haciendo todo lo posible para alinearse en la medida de lo posible para no desmarcarse del PSOE, y evitar mostrarse como probable alternativa de izquierda para enfrentar el sistema existente.

Tenemos por un lado un gobierno desgastado que no ha acabado con las políticas de austeridad y que además ha aumentado considerablemente el gasto militar para satisfacer al militarismo de la OTAN, por otro lado está la ofensiva política, económica e incluso judicial y policial de la derecha (esto es muy nítido), el bloque "progresista" contra la derecha en estas elecciones aparece como la opción del "mal menor".
En tal escenario, no sería imposible si la derecha y la extrema derecha logran ganar las elecciones. El PP y Vox ya antes de las elecciones hablan de que en el Gobierno seguirán políticas de austeridad con un racismo de bajos instintos como punta de lanza.

La izquierda debilitada, expresada entre otras cosas en interminables conflictos entre Podemos y Sumar ante un electorado de izquierda que quiere la unidad, ha agudizado su crisis. Desgraciadamente, no se trata de aclarar diferencias ideológicas y programáticas, sino de quien irá de la mano del PSOE. El problema de fondo es que tanto Podemos como Sumar insisten en subordinarse al PSOE y se niegan a ser una alternativa anticapitalista al propio capitalismo que es la raíz de toda la miseria que impera en el país. Esta tendencia se ve favorecida por la debilidad de los movimientos sociales. Hay un compas de espera en los movimientos que se ven afectados por la crisis, esto no quiere decir que no haya luchas sociales o sindicales, pero la movilización por demandas comunes no es constante. Las reivindicaciones planteadas son de carácter defensivo, en materia de salarios, salud, pensiones, etc.

En ese sentido, es de suma importancia que la izquierda anticapitalista pueda trabajar más con organizaciones y personas sin afiliación partidista para tratar de romper con la lógica de los pequeños grupos que lamentablemente se caracteriza por un sectarismo que aún existe dentro de la izquierda. Es fundamental poder presentar ideas anticapitalistas en los movimientos sociales con el objetivo de unir fuerzas y así levantar una alternativa que pueda romper el rumbo actual de la situación política. Si se lo mira con perspectiva se trata de resaltar, como afirman Anticapitalistas en España en un comunicado, una perspectiva de construcción de una amplia organización política ecosocialista, feminista y revolucionaria por y para los trabajadores y los oprimidos. Un encuentro de fuerzas de tradiciones liberadoras y nuevas formas de rebelión vistas desde una nueva perspectiva estratégica que posibilite la superación del poder político de la clase capitalista.

La postura de Anticapitalistas ante las elecciones del 23 de julio es primer lugar llamar a votar en contra de la derecha parda-azul y derrotarla en las urnas. El llamado no implica el apoyo incondicional a un nuevo gobierno "progresista". Una salida a la crisis no consiste en seguir haciendo lo que se ha hecho hasta ahora, porque ha sido un fracaso, sino en levantar una alternativa 100% anticapitalista.

Fuente: Internationalen.se
Traducido para La Haine