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Estado español :: 19/12/2020

Juicios ejemplarizantes para disuadir la migración

María Gómez Garrido/ Aly Tandian
El gobierno senegalés parece querer mostrar al Estado español y a Europa que es leal y disciplinado a las líneas que le marquen en política migratoria.

Este mes de diciembre tres padres de familia senegaleses han sido juzgados en la localidad de Mbour por haber ayudado a sus hijos a embarcar rumbo a España. Uno de los menores murió en la travesía. Al dolor irreparable de haber perdido un hijo se suma el sufrimiento de la pena de prisión que reclama la Fiscalía. Se trata de un juicio con vocación ejemplarizante que pretende disuadir a quienes intentan llegar al otro continente por la única vía posible, la “ilegal”. Una manera también por la que el gobierno senegalés parece querer mostrar al Estado español y a Europa que es leal y disciplinado a las líneas que le marquen en política migratoria.

Desde 2006 la Guardia Marina senegalesa colabora activamente en los muelles y costas de Senegal con la Guardia Civil española, aceptando así este país la estrategia de externalización de fronteras del Estado español. Hacía tiempo que apenas salían embarcaciones de estas costas. En los últimos meses, sin embargo, se ha reactivado la ruta por el océano hacia Canarias, produciéndose movimientos de población semejantes a los del 2006. Cabe señalar que el porcentaje de población de países subsaharianos desplazado en estos meses es en realidad mínimo, pues el 80 % han sido personas procedentes del Magreb. Si bien, frente a la ambivalencia de las relaciones del Estado marroquí con el Estado español, el Estado senegalés ha mostrado una obediencia ilimitada.

La reactivación de la ruta por el Atlántico hacia Canarias no es más que un trasvase de la población que ya estaba emigrando por una ruta hacia otra diferente: de la ruta del desierto en dirección al norte de África a la ruta directa por el océano. Elegir esta segunda ruta, por mortífera que nos parezca, tiene razones de peso: es preferible morir ahogada que arriesgarse a ser capturada, torturada y esclavizada en la ruta del desierto. Un riesgo por el que pasan miles de personas que intentan atravesarlo y que acaban en países como Libia en manos de tratantes. No es que el “Barça wala Barsaac”, 1/ en boca de tantos jóvenes en 2006, resuene de nuevo; nunca dejó de hacerlo.

Europa no es un Dorado imaginario para los migrantes, como suele pensarse. Muchos son conscientes de que el viejo continente está muy lejos de ofrecer una vida digna, ni fácil; sin embargo, la sensación en el propio país es que no hay opciones posibles.

¿Por qué estamos en el mismo punto 15 años después?

Senegal vive atrapado en las consecuencias de un capitalismo depredador. Este se apoya en el expolio histórico que supuso el colonialismo, condenando al país a una situación de dependencia económica (dependencia de los flujos de capital y las inversiones extranjeras) que condiciona su soberanía política. Las élites sociales senegalesas, incluidos los principales agentes del Estado, no parecen querer salir de ese lugar de dependencia y pleitesía a Europa porque en realidad es lo que les garantiza sostener su lugar de privilegios de clase. Poco importa qué esté ocurriendo a la mayor parte de la población mientras puedan garantizar su propia posición. En este contexto, es más sencillo criminalizar al migrante y a su familia que aceptar la responsabilidad relativa a las políticas que se vienen dando en el país. La criminalización del migrante choca con el imaginario social y cultural de las diversas etnias que componen Senegal: la tradición de los diferentes grupos étnicos senegaleses ve el hecho migratorio, el viaje a otros lugares, como un elemento positivo que forja la personalidad y que enriquece a aquel que emigra (Tandian, 2006). Muchos de los migrantes retornados han sido un eje de desarrollo clave para su localidad, no tanto (o no sólo) por su aportación de remesas económicas, como por que han sido actores comprometidos con políticas para el bien común: construcción de escuelas, de centros de salud, sistemas de reciclaje (Sano, 2020). En muchos lugares han sido un actor fundamental en un contexto de ausencia de políticas sociales. Pero frente a este papel tan importante de los migrantes en la diáspora (cuyos fondos y votos buscan todos los partidos políticos de Senegal), el discurso oficial se alinea ahora con el racismo institucional europeo, criminalizando una migración que, a la fuerza, no puede ser más que ilegal dado el marco que impone la propia Unión Europea.

Las migraciones son un hecho humano universal que se viene realizando desde el origen del homo sapiens (nuestro origen), recordemos, situado en África. En las últimas décadas, las políticas europeas han creado rígidas barreras migratorias en un proceso que involucra toda una industria (López Sala, A. y Godenau, 2017. Hay fronteras duras y blandas con un carácter racista y los muros más infranqueables en términos de concesión de visados se reservan a los países africanos. Las grandes empresas de comunicación, por su parte, vienen distorsionando de manera repetida la realidad de los flujos migratorios, contribuyendo al discurso político que ahora enarbola la derecha (en todas sus vertientes, extrema y de centro). Frente a la imagen de “invasión” de personas procedentes de países africanos (una imagen que se proyecta con términos como “oleada”, o el propio concepto de “crisis” migratoria) la realidad ocultada por los medios es que la mayor parte de los flujos migratorios que llegan al Estado español proceden en primer lugar de países europeos, y en segundo lugar, de países de la zona de América Latina.

Hay razones estructurales de los flujos migratorios que salen de Senegal hacia Europa, imbricadas en las dinámicas del capitalismo global con sus consecuencias climáticas y socio-económicas.

Por una parte, el cambio climático, derivado de las emisiones de CO2 mundiales, está aumentando las zonas desertificadas en Senegal. Ello empuja a la población de las zonas rurales a las ciudades, y de ahí en algunos casos, también a embarcarse rumbo a Europa. Asimismo, una parte de las tierras más fértiles está siendo adquirida por inversores extranjeros para la agroindustria, en la que las empresas españolas juegan un papel creciente en Senegal. La deriva de especulación financiera con la tierra (en ocasiones también con vista a la industria turística) está dejando fuera a muchas personas jóvenes (Faye, 2015), que además hubieran llevado a cabo otro tipo de explotación más respetuosa con el medioambiente

Los gobiernos europeos miran a otro lado también, cuando se les señala los injustos acuerdos de pesca recientemente firmados con el gobierno senegalés. Esto es un problema antiguo, que ya se denunció en aquellos años de las migraciones en torno al 2006. Senegal tiene unas aguas ricas en fuentes pesqueras, que se han mantenido durante siglos gracias a un método de pesca tradicional, de anzuelo y de pequeñas redes, altamente respetuoso con el ecosistema marino y su biodiversidad.

Las grandes embarcaciones de pesca de arrastre españolas y chinas que operan en la zona están rompiendo ese equilibrio medioambiental, dejando, además, a los pescadores senegaleses sin la fuente que sostiene a ellos y a sus familias. La situación no puede describirse sino como de saqueo, solo que es sancionada legalmente por el gobierno senegalés.

Internamente, entre un 80 y un 90% de la población de Senegal vive de la economía informal, es decir, sin un contrato de trabajo ni ningún otro tipo de formalización de su situación. Una gran parte de las personas que emigran, esperan encontrar un futuro siendo conscientes de que no encontrarán El Dorado, pero quizás al menos, un trabajo asalariado. En otras palabras: poder garantizar una estabilidad de ingresos, y participar de los derechos derivados de su cotización. La salida de menores es también una vía pensada para el conjunto de la familia, es la búsqueda de un posible futuro. Cierto que muchos adultos al llegar a España se encuentran justo con la imposibilidad de este deseo: la situación de irregularidad administrativa forzada les empuja a actividades como la venta ambulante. Además, el mercado de trabajo español viene sufriendo ya antes de la pandemia los embistes del modelo neoliberal desregulador que se materializó en la reforma laboral del 2012. Trabajadoras y trabajadores cada vez más desprotegidos, deambulando de empleo en empleo: trabajadores pobres. Muchos empresarios españoles se benefician de la ansiedad por encontrar un trabajo por parte de la población migrante, y así se ha podido comprobar cómo la agroindustria de distintas zonas del Estado español (Andalucía, Catalunya) explota esta necesidad teniendo a los migrantes trabajando en condiciones absolutamente infrahumanas.

Pero toda esta situación derivada del capitalismo global, en la que sería fácil identificar a los agentes implicados, parece no importar demasiado: la foto de los migrantes en Arguineguín ha sido la noticia. Y la diplomacia del Estado español ha sido veloz en asegurar que se sigan cumpliendo los mismos acuerdos que criminalizan a quien busca una salida. En respuesta, el gobierno de Macky Sall ha decidido llevar a cabo un ejercicio mediático: un juicio ejemplarizante en el que castigar a quienes son en realidad víctimas.

Referencias

López Sala, A. y Godenau, D. (2017) Estados de contención, estados de detención. El control de la migración irregular en España. Barcelona: Anthropos.

Faye, C. (2015) Ruée vers les terres, accaparements, expropriations et reforme : la « bombe » foncière risque de détonner au Sénégal, IPAR.

Sano, A-K. (2020) Du mécénat à l’arène politique : engagements des migrants de Matam dans les collectivités locales d’origine. Tesis de doctorado, Université Gaston Berger de Saint Louis.

Tandian, A. (2006) “Barça ou Barsaax (Aller à Barcelone ou mourir). Le désenchantement des familles et des candidats sénégalais à la migration”. Diasporas. Histoire et sociétés, nº 9, pp. 124 – 137.

María Gómez Garrido forma parte de la redacción de viento surAly Tandian es profesor de sociología en la Université Gastor Berger de Saint Louis (Senegal) y director del laboratorio GERM sobre migraciones.

Notas

1/ Barça wala barzakh, Barcelona o la muerte en wolof, es decir, llegar a Europa o morir.

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