La cárcel: violencia machista institucional
Que el recurso al encarcelamiento resulta ineficaz para garantizar los derechos de las mujeres y reproduce la violencia machista maltratando tanto a las presas, como a los maltratadores recluidos, está quedando sobradamente demostrado. La política criminal que proponen tanto las derechas como las izquierdas, seguirá contribuyendo a perpetuar la violencia machista mientras los debates y las medidas sigan centrándose en la penalización, y no se actúe sobre su génesis que es el perverso modelo de reacción frente al delito del actual capitalismo heteropatriarcal, fundamentado en la inflación punitiva y el endurecimiento de las condenas, en el recurso al encierro, en el negocio del encarcelamiento y en la cultura del castigo.
Desde entidades de muy diverso signo, hemos venido documentando durante el último medio siglo multitud de situaciones de violencia institucional hacia las mujeres en las cárceles, que podemos identificar: cumplimiento en prisiones alejadas de sus lugares de origen, política de castigo cruel que además se extienden hacia sus familiares, hacia sus hijas e hijos. Condiciones de encarcelamiento en condiciones infrahumanas y de excepcionalidad en los módulos para presas dentro de prisiones diseñadas y organizadas para hombres. Casos de concesión de beneficios penitenciarios a cambio de “favores sexuales” con escasas sentencias condenatorias. Secuestro de las criaturas de madres presas como efecto de la burorepresión, siendo además la salida de prisión para muchas madres presas una condena añadida por la pérdida de sus hijas e hijos.
Detrás de estas situaciones han estado y siguen estando miles de mujeres cuyos derechos han sido y son violados por el estado y, lo que es peor, su memoria ha sido condenada al olvido. Habríamos de preguntarnos porqué interesa reproducir la actual justicia vengativa que ni repara a las víctimas, ni disuade, ni rehabilita a quienes maltratan, violan y asesinan, que conculca los derechos de las presas y reproduce la violencia machista.