La guerra del gobierno PSOE-Sumar contra las personas trans
Desde que a finales del año pasado se constituyera el nuevo gobierno, conformado por PSOE y Sumar, el cambio de actitud de las instituciones hacia las personas trans y hacia las entidades que las representan ha quedado patente, y cada semana que pasa nos da nuevas noticias que escenifican este desprecio: exclusiones, desplantes, acercamientos a asociaciones declaradas transexcluyentes, nombramientos de personajes tránsfobos y tolerancia a sus discursos de odio hacia el colectivo trans…
Vamos a repasar y evaluar las principales acciones (o inacciones) que ha tenido el gobierno en estos meses en relación a las personas trans. Recordémoslo cuando, dentro de un par de meses, PSOE y su socio Sumar saquen sus banderitas LGTBI o Trans y ejerzan el más descarado pinkwashing para vendernos su moto. Comencemos:
El propio nombramiento de la nueva Ministra de Igualdad, Ana redondo, dejaba claro que se acababan los recientes tiempos, donde por una vez en la historia reciente, un Ministerio se ponía activamente a favor de los movimientos feministas y LGTBI+. Había que cortar con la época Irene Montero y buscar a una persona que no fuera a dar guerra ninguna, ni a incomodar a los amigotes de 40 o 50 años del presidente Sánchez que piensan que “el feminismo ha ido demasiado lejos”.
La elegida fue Ana Redondo, que no había gestionado anteriormente temas de Igualdad, y a la cuál hasta muchos de sus propios compañeros de partido consideraban “muy conservadora”. Otra de las peculiaridades de la Ministra es su perfil cristiano-católico, así la hemos podido ver participando en procesiones o fotografiándose junto a la Virgen de San Lorenzo como toda una devota. Y es que discúlpenme que desconfíe, pero de mezclar catolicismo y temas de Igualdad no puede salir nada bueno. En cualquier caso, este nombramiento responde al fin de una época donde un ministerio estuvo al servicio de movimientos como el feminista, el LGTBI y en concreto el Colectivo Trans, y daba paso a otra época, con Ana Redondo como títere del PSOE y tratando de regresar a los tiempos donde las “feministas” del PSOE eran las que gestionaban su “juguetito”, el Ministerio de igualdad.
La primera acción de Redondo, a los pocos días de ser nombrada, es “llamar a la unidad” en el contexto de las manifestaciones del 25 de Noviembre, día Internacional contra la violencia machista, para luego participar en la manifestación convocada por el Foro de Madrid contra la Violencia a las mujeres (que se declara “contrario a la Ley Trans”), frente a la otra manifestación que se celebraba en Madrid, organizada por la Comisión 8 M (más mayoritaria y que se declara transinclusiva). Es decir: a los pocos días de su nombramiento su primera participación pública en un acto fue en la manifestación transexcluyente. Toda una declaración de intenciones.
Pero la cosa no acababa ahí, y un mes después nos encontrábamos con el nombramiento de la vergüenza: el de Isabel García al frente del Instituto de las Mujeres. Isabel García conocida por sus postulados transexcluyentes, por su participación en actos de marcado corte tránsfobo, por su oposición a la Ley Trans o por sus comentarios tránsfobos en redes sociales, era nombrada directora de una institución que dice querer representar a todas las mujeres. Difícilmente se puede representar a todas las mujeres si la directora opina que las mujeres trans no son mujeres. Un nombramiento que lo que significa realmente es un insulto y una provocación para las personas trans. El TERFismo va recuperando espacios en las instituciones con la complicidad del gobierno que pone en cargos públicos a destacadas tránsfobas y detractoras de las leyes trans.
Ante la avalancha de críticas, el gobierno e Igualdad cierran filas en torno a Isabel García. Esta, por su parte hace un vergonzoso hilo en twitter, pidiendo “disculpas” por si sus comentarios transfobos habían ofendido a alguien, y manifestaba con la boca pequeña su “compromiso” con la Ley Trans.
Ni las críticas, ni las peticiones de revocación de este nombramiento, ni las 5.600 firmas presentadas por los Colectivos Trans ante el ministerio de Igualdad, ni las distintas concentraciones llevadas a cabo en varias ciudades, ni el recurso contencioso-administrativo presentado por los Colectivos Trans en el Tribunal Supremo contra este despropósito pudieron frenar dicho nombramiento.
Ana Redondo dijo entonces ser “consciente del malestar” suscitado con el nombramiento, pese a lo cual, lo justificó, pidiendo confianza en Isabel García y afirmando que, si se producía “cualquier ataque a las líneas rojas del Ministerio”, lo tendrían en cuenta. Por supuesto, cuando apenas un mes y medio después de la polémica, Isabel García participaba nuevamente en un acto de corte tránsfobo (El II Congreso Internacional DoFemCo, organizado por una entidad contraria a las leyes trans, que aplaude la derogación impulsada por Ayuso de la ley trans madrileña o que equipara a las personas trans con la pederastia) Ana Redondo volvió a justificarla y a pasarse por el forro esas “líneas rojas” de las que hablaba antes.
Isabel García, directora del Instituto de las Mujeres, participa en un acto abiertamente tránsfobo
EDURNE LH
En el evento, organizado por “Docentes Feministas por la Coeducación”, se equiparaba a las personas trans con la pederastia, entre otros asuntos.
Pero es que, el de Isabel García no iba a ser el único nombramiento de la Vergüenza, ya que el PSOE iba a rescatar a una de las figuras clave del odio institucional contra las personas trans: Carmen Calvo, que fue vicepresidenta del anterior gobierno PSOE-Podemos y que fue apartada del cargo en medio de la guerra que estaba llevando a cabo contra la Ley Trans y contra el Ministerio de Igualdad, representaba una de las mayores representantes del TERFismo dentro de las filas del PSOE. Calvo fue una de las impulsoras del manifiesto tránsfobo presentado por el PSOE en junio de 2020 contra el proyecto de Ley Trans que se estaba impulsando en ese momento. Carmen Calvo fue además señalada por una resolución del Consejo de Europa que afirmaba que «recientemente ha surgido un discurso anti-trans extremadamente hostil desde los niveles políticos más altos, incluida la vicepresidenta del Gobierno de España” y que ponía varias frases de la ex-vicepresidenta como ejemplo de “discursos de odio contra las personas trans”. Pues bien, todo ese currículum no fue impedimento para que el gobierno decidiese el pasado mes de febrero nombrarla presidenta del Consejo de Estado. Una vez más, ni las críticas, ni las peticiones de revocar el nombramiento ha podido frenar el nombramiento.
El doble mensaje que se envía con estos nombramientos es muy peligroso: por un lado, estos nombramientos dan a entender que la transfobia no sólo no es punible, sino que además es hasta premiable. Se trata de aclarar que se pueden difundir discursos de odio hacia las personas trans que, no solo no te pasará nada, sino que tampoco influirá negativamente a la hora de postular a un cargo de responsabilidad (sino más bien, todo lo contrario).
Esto nos lleva de cabeza al otro mensaje: y es que la transfobia es una discriminación “de segunda”, menos importante que otro tipo de discriminaciones, como el machismo, el racismo, etc… Se transmite el mensaje de que la transfobia es “tolerable” y de que los discursos de odio contra las personas trans son “debatibles” como una opinión legítima más. Y no, resulta que los discursos de odio no deberían ser ni tolerables, ni debatibles ni legítimos, y mucho menos aún dentro de las instituciones públicas. Maldita sea la suerte que tenemos las personas trans, que hasta la discriminación que sufrimos es “de segunda”. El chiste se cuenta sólo.
Pero la cosa no termina aquí, y la guerra de este gobierno a las personas trans continúa: Y es que recientemente Yolanda Díaz se reunía para hablar de “empleo LGTBI” con varias entidades (las más cercanas al PSOE) mientras excluía a entidades específicamente trans como la Federación Plataforma Trans o No Binaries. Siendo el colectivo trans quién sufre las tasas más altas de exclusión laboral (que no de paro) es un nuevo insulto excluirlas de la reunión y devolvernos a las personas trans al tutelaje de organizaciones LGTBI cuyo mayor cometido histórico ha sido el de lavarle la cara al PSOE. Díaz declaraba que el lugar de trabajo debe ser un lugar seguro para las personas LGTBI, cosa en la que estamos de acuerdo, pero resulta que el problema que tenemos la gran mayoría de personas trans en el Estado español es que en muchos casos ni siquiera llegamos a tener un lugar de trabajo, porque directamente NO NOS CONTRATAN. Eso es algo que su Ministerio debería de abordar de verdad, en vez de tantos brindis al sol rodeada de entidades cercanas al PSOE y excluyendo a los colectivos específicos trans.
Pero no es Yolanda Díaz la única que excluye a los colectivos trans: Volviendo al Ministerio de Igualdad, una de sus últimas ocurrencias ha sido participar en el acto por el día de la visibilidad trans organizado por la entidad de reciente creación Love Rights. Ninguneando a los colectivos trans (y hasta a las propias entidades LGTBI tradicionalmente cercanas al PSOE) Igualdad apuesta por esta nueva entidad creada hace apenas 6 meses y presidida por Kevin de Ribes, que además es presidente ejecutivo de la entidad Madrid Capital del Lujo y co-fundador de la Federación española del lujo. Tanto él como varias de las cabezas visibles de la entidad tienen vínculos con el sector inmobiliario y, por supuesto, con el “sector del lujo”. En otras palabras, el Ministerio de Igualdad ha cambiado las entidades trans y LGTBI por un grupo de empresarios pertenecientes a eso que Shangay Lily llamaba tan acertadamente el “gaypitalismo”.
Además, Igualdad se ha reunido recientemente con otra entidad abiertamente tránsfoba, la Federación de Mujeres Progresistas, otro de los tentáculos del sector feminista del PSOE, que pide la derogación de todas las leyes trans, siguiendo la línea del argumentario tránsfobo del PSOE de junio de 2020.
Y en cuanto a la sanidad y la salud de las personas trans se refiere, otra de las carteras del gobierno, la de Sanidad está ignorando repetidamente a la Federación Plataforma Trans, que lleva más de dos meses solicitando una reunión con la ministra Mónica García para tratar temas tan importantes como las listas de espera interminables para los tratamientos y cirugías que precisan algunas personas trans, los protocolos obsoletos o el recurrente desabastecimiento de fármacos. Pero parece ser que para este gobierno estas cuestiones pueden esperar, dejando claro que la salud de las personas trans no es ninguna prioridad para este gobierno.
Y para terminar con este repaso a estos 6 meses desde la conformación de este “gobierno hiper-progresista» no podemos olvidar el secuestro que el nuevo Instituto de las Mujeres está haciendo sobre un estudio sobre Mujeres Trans que lleva varios meses terminado y sin ver la luz. Y aunque no tenemos aún todos los datos encima de la mesa es más que posible que un estudio realizado por el anterior Instituto de las Mujeres, seguramente con una perspectiva diversa y transpositiva no sea del agrado de la nueva dirección del Instituto, la tránsfoba Isabel García.
Bien, pues todos estos son los méritos y los gestos de este gobierno hacia las personas trans y hacia las principales organizaciones que las representan: el desprecio, la exclusión y la tolerancia hacia los discursos de odio y hasta el premiar con carguitos a quienes los difunden. El cambio de dirección de Ministerio de Igualdad es evidente y no hace falta ser de Podemos para ver las grandes diferencias entre Montero y Redondo, y las consecuencias que este cambio de rumbo pueda traer. Quizás cuando dentro de dos meses saquen sus banderitas a relucir, vayan a las manis del Orgullo y se empachen de decir todo lo que apoyan al colectivo, deberíamos recordarles todo esto y hacer que se les caiga la cara de vergüenza.