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Estado español :: 16/05/2024

Las infiltraciones son tortura

Grupos de apoyo a las personas afectadas por las infiltraciones
Dos años de infiltraciones, complicidad e impunidad policial

Nueva infiltración policial en los movimientos sociales

En junio del 2022, el medio de comunicación La Directa publicó un reportaje de investigación que exponía un caso de infiltración policial. Ignacio José Enseñat, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, había estado infiltrado durante años dentro d movimiento por el derecho a la vivienda y en la izquierda independentista en Barcelona. Esta infiltración fue la primera de una serie que continúa hasta hoy, con más casos descubiertos en Barcelona, Valéncia, Girona y Madrid: Dani Hermoso, Ramón Muñoz, Maria Canillas, Maria lsern Torres, Sergio tigirey, Lucía Rodríguez y, ayer, Carlos Pérez.

Durante estos dos años, hemos descubierto que muchas de nosotras hemos compartido nuestra vida, relaciones sexo afectivas, cotidianidad, amistad, vivienda y militancia con agentes infiltrados del Cuerpo Nacional de Policía. Estos entraron en nuestras vidas mediante el engaño, la manipulación, la cosificación y la instrumentalización.

El Cuerpo Nacional de Policía, el Ministerio de Interior y la Comisaría General de Información nos han convertido en objetos de estudio, extrayendo información ilegalmente de nuestra vida y nuestros entornos. Entornos y organizaciones independentistas, anarquistas, libertarias, ecologistas, antirrepresivas, feministas, antirracistas, antifascistas, casales, ateneos, centros sociales okupados, en definitiva, movimientos sociales y otros espacios que luchamos por una vida digna. Esta práctica de espionaje ilegal, inhumana y falta de toda ética, es perpetrada por un estado que ha traspasado todas las líneas rojas.

Desde los grupos de apoyo que luchamos contra estos casos de infiltración policial hemos decidido unirnos para reparar parte del daño causado por las operaciones de espionaje de estado y, sobre todo, nos hemos organizado para romper con la impunidad policial. Llevamos todo este tiempo diciendo que esto son torturas, luchando y denunciando las técnicas empleadas por estos funcionarios del estado y su mandos.

A pesar de nuestros esfuerzos, el Ministerio de Interior y la Comisaría General de Información permanecen en silencio delante de cada n evo infiltrado descubierto. Fernando Grande-Marlaska, ministro de interior, justificó estas prácticas como necesarias para mantener la seguridad nacional, negándose a proporcionar más información acogiéndose a la ley franquista de Secreto Oficiales (Ley 9/1968).

Es evidente que estas operaciones no están avaladas por ninguna causa judicial, ni cumplen con los principios de legalidad y proporcionalidad. Son operaciones que tienen como única finalidad el control social, la represión y la vigilancia de los movimientos sociales. Atentando contra la democracia, la libertad de todas nosotras y, sobre todo, poniendo en riesgo nuestra vida y salud mental.

Durante este tiempo, hemos denunciado públicamente al estado y sus funcionarios -brazos ejecutores de las infiltraciones-, algunas hemos presentado querellas contra ellos y sus mandos responsables, pero observamos con rabia e impotencia como el poder judicial se mantiene impasible e inactivo. Hoy, continuamos esperando respuestas a nuestras acciones legales en Barcelona y Girona. Hemos visto como nuestro$ derechos fundamentales han sido vulnerados, objetivizándonos sin ningún tipo de respeto por nuestra intimidad, integridad moral, libertad de expresión, reunión y protesta, ni por nuestra manera de relacionarnos sexo afectivamente.

Esta acción coordinada por el Estado, el Ministerio de Interior y la Comisaría General de Información, ha causado un dolor irreparable y lucharemos hasta el final, para continuar desenmascarando la verdadera identidad de todos los policías infiltrados y condenar a todos sus responsables, tanto social como judicialmente.

Sabemos quién son los culpables.

¿Cuántas infiltraciones más tienen que publicarse para que alguien dé respuestas?

El silencio no es una opción. Tenemos que acabar con estos mecanismos de represión y vulneración de derechos.

Las infiltraciones son tortura.

Grupos de apoyo a las personas afectadas por las infiltraciones

 

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