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Asturies :: 23/06/2012

«¿Dónde está el dinero de Bruselas? Aquí no han llegado las ayudas»

Alberto Pradilla

Los mineros de Asturias y León están a punto de cumplir un mes de huelga sin que el Gobierno español revoque su decisión de eliminar el 63% de las ayudas al sector. En medio de la falta de expectativas, exigen saber qué ocurrió con las ayudas procedentes de Europa y destinadas a revitalizar la zona. Ayer, decenas de trabajadores se enfrentaron con la Guardia Civil en Ciñera (León). Tras hora y media, los agentes se replegaron sin poder retirar las barricadas.

«Desde 1996, Europa lleva subvencionando los planes Miner. ¿Dónde está el dinero de Bruselas? Aquí no han llegado las ayudas. Si no luchamos, todos los jóvenes se verán en la calle este mismo año». Enfundado en un mono azul y todavía acalorado tras casi dos horas de enfrentamientos con la Guardia Civil, Abel (nombre ficticio) no se quita el nervio del cuerpo. Junto a otros cinco compañeros, se refugia en un pequeño parque de Ciñera, una pequeña localidad de León donde ayer se registraron los incidentes más duros de la vigesimotercera jornada de huelga minera en el Estado español. Abel, («no quiero dar mi nombre, no quiero publicidad, eso lo haría si fuese un político») nacido en el pueblo, con toda una vida de pozo a sus espaldas y prejubilado desde hace seis años, apela al «orgullo minero» como receta para revocar la decisión del Gobierno español de recortar en un 63% las subvenciones al carbón.
«Dicen que somos terroristas. ¡Estamos peleando por nuestro pan!» Ante la perspectiva de que los pozos terminen clausurados a finales de este año, los mineros buscan una salida en la negociación. Pero no creen en las palabras conciliadoras que les llegan desde la Administración. Ciñera, un pequeño municipio en el que apenas residen un millar de personas, depende completamente de la mina de Hullera Vasco Leonesa, que da trabajo al doble de personas que habitantes tiene la localidad. Al margen de los pozos, un pequeño polígono, desaprovechado según los vecinos, constituye la única opción de empleo.
Dinero para empresarios
La pregunta es por qué se ha llegado a esta situación. «Se han incumplido todas las condiciones, sin embargo, las ayudas han seguido llegando. Como se reparten desde Valladolid, no han tenido repercusión en la zona», explica Juan Carlos, Zapa, miembro de Izquierda Unida. Se supone que las subvenciones, muchas de ellas procedentes de Europa, deberían de haber reflotado el tejido industrial. Sin embargo, esto nunca ocurrió.
«No vino ninguna empresa, y los fondos solo sirvieron para que pequeños talleres que ya estaban en el pueblo se trasladasen de lugar», asegura. Además, también están las ayudas directas a empresarios. «Se acordó que por cada nueve prejubilaciones se garantizarían cuatro nuevos contratos. Nunca ocurrió», denuncia. Realizar una auditoría para saber qué ocurrió con los fondos europeos y quién se benefició de ellos constituye una de las reivindicaciones de las organizaciones de izquierdas.
Recordar Sabero y Cistirna
Son las 11.30 horas y la carretera que bordea el municipio ya está atravesada por al menos siete barricadas. Los trabajadores han cruzado los quitamiedos, reforzando las barricadas con troncos y matorrales para prenderles fuego. Ante la falta de perspectivas, hay dos nombres que se repiten incesantemente entre las conversaciones de los mineros: Sabero y Cistirna. Ambos municipios leoneses sufrieron hace 25 años un proceso de reconversión industrial que, tal y como denuncia «Zapa», se redujo a un «desmantelamiento» de la minería sin generar ningún recurso. «¿Dónde están las fábricas que iban a desarrollar?» se pregunta Iñaki, un minero embozado que recomienda darse un paseo por estas dos «localidades fantasma» para comprobar las consecuencias de la clausura.
Cuando toca hablar sobre el futuro, los discursos no varían en las minas de Asturias o de León. «No estamos pidiendo un aumento de sueldo, ni mejoras en nuestras condiciones. Lo único que exigimos es que cumplan con lo pactado», señala Iñaki. Junto a él, otro compañero, que también prefiere no ser identificado, lamenta que «sin empleo y sin opciones, no quedará otra que emigrar». En su caso, la minería es algo que le ha acompañado durante las últimas tres generaciones.
«Mi abuelo, mi padre y mis tíos trabajaron el carbón», señala. Aunque esto no le impide reconocer que todos sabían que esto llegaría a su fin, teniendo en cuenta que el Plan General de la Minería ya había puesto fecha de caducidad para los pozos en 2018. De hecho, esta es una certeza que sobrevolaba desde 1996. Pero, nuevamente, aparece el gran interrogante sobre qué uso se dio a los fondos europeos.

http://minerosasturianos.blogspot.de/

 

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