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Lo que realmente no le perdonan a Maradona
Si bien, iban dirigidas contra la prensa argentina, los medios españoles se han hecho eco de las mismas de una manera tan profusa que parecen haber sido ellos el objeto de sus críticas.
He podido constatar personalmente la retahíla de insultos que los periodistas deportivos hispanos- paridos por la misma madre que los que se dedican a la información general- han dedicado al argentino: imbécil, drogadicto, grosero o borracho son una muestra de algunas perlas escupidas por unos “profesionales” que deberían estar curados de espanto después de vivir situaciones como el asesinato en Madrid de un hincha, por el hecho de ser un ”puto vasco”. En realidad, estos ataques esconden el odio y el rencor que sienten hacia Maradona debido a su posicionamiento político, el exabrupto es lo de menos.
Lo que no perdonan a Maradona, es que diga que sólo “hay blancos y negros” y los grises no existen, pues ellos saben de sobra que ese tono, es un invento de las democracias de mentira, destinado a embaucar incautos.
Lo que no perdonan a Maradona, es que se declarase ateo después de visitar el Vaticano y manifestara la incongruencia de que llamen “iglesia de los pobres” a aquella que tiene “lleno de oro” el techo de su templo emblemático.
Lo que no perdonan a Maradona, es que llame asesino y basura humana a un presidente de Estados Unidos -paradigma de la “democracia”-, muestre su admiración por el Ché Guevara y proclame que los políticos que ofenden a Fidel Castro no le llegan ni a la suela de los zapatos.
Lo que no perdonan a Maradona, es que se haya declarado “chavista” y muestre su solidaridad con el proceso iniciado en varios países de América Latina, que tiene por objeto liberarse del imperialismo, exigiendo el derecho a desarrollarse sin tutelas externas.
Lo que no perdonan a Maradona, es que un personaje mundialmente conocido no sea “políticamente correcto”, haya reconducido su vida optando por alinearse con quienes luchan por un orden mundial justo, denuncie las falsas democracias y reivindique la democracia popular y la revolución necesaria para lograrla.
Lo que, en definitiva, no le perdonan a Maradona es que tuviera la dignidad de reconocer públicamente sus problemas con las drogas y el deseo de superarlo, una dignidad de la que carecen quienes jamás dirán que, para llevar un ritmo de trabajo anormal, deben estimularse artificialmente.
Desacreditando a Diego intentan desacreditar a los dirigentes y estadistas que se enfrentan al imperialismo, ese es el mensaje subliminal; por tanto esa gentuza (remedando a Maradona) que siga mamando, moviéndole el rabito al amo que les dicta el guión de cada día.
