Manifiesto 1° de mayo

La pérdida de poder adquisitivo en estos últimos años, el incremento desorbitado de la cesta de la compra y la imposibilidad cada vez mayor de poder acceder a una vivienda, ha supuesto que para la clase obrera el tener un puesto de trabajo no sea sinónimo de vivir en condiciones dignas. Porque con salarios de miseria no hay quien viva, porque la desigualdad social campa a sus anchas, porque hace rato que más trabajo no es menos pobreza, porque se siguen forrando los de siempre a costa de los de toda la vida. Porque progresistas o liberales siguen siendo todos gobiernos patronales.

Las diferentes Reformas Laborales 2010, 2012 y la recientemente aprobada por la Ministra de Trabajo Yolanda Díaz, han profundizado aún más la precariedad que ya existía, en modo de contratos parciales, fijos discontinuos, etc. que obligan a much@s trabajador@s a tener que pluriemplearse (593.500 pluriempleados en 2023) para poder llegar a fin de mes. Una Reforma Laboral que afecta a toda la clase obrera, pero que se ceba especialmente con las mujeres, que son las que más afectadas por los contratos a tiempo parcial y los fijos-discontinuos. La propaganda del gobierno y sus datos de crecimiento de empleo, son absolutamente tramposos y quedan cada vez más en entredicho ya que el número de horas trabajadas viene disminuyendo. En realidad, lo que está sucediendo tiene que ver con el reparto de la miseria vía las jornadas parciales y un mayor pluriempleo. Ni siquiera las diferentes y cacareadas subidas del SMI obedecen a la realidad ya que al reducirse las jornadas laborales 1@s trabajador@s no se ven afectad@s en muchos de los casos por estas subidas. A todo esto, hemos de añadir las permanentes amenazas de una patronal insaciable que una y otra vez viene reclamando nuevas medidas de ajuste y que de no enfrentarlas trataran de llevar adelante en cuanto puedan.

Otro aspecto es la carestía de la vida con un IPC disparado que afecta directamente a los productos de alimentación más básicos, que neutraliza las irrisorias subidas salariales pactadas por la burocracia la patronal y el gobierno, y que contrasta con las enormes ganancias de las multinacionales del sector (en 2023, Mercadona amasó hasta un 40% más de beneficios). Por otra parte, uno de los peores dramas que enfrentan millones de jóvenes y familias trabajadoras es el acceso a una vivienda digna. Desde hace tiempo la vivienda se ha convertido en un artículo de lujo. Con salarios miserables y donde un arrendamiento medio se come casi el 40% del SMI, resulta prácticamente imposible hacerse con una vivienda y lograr independizarse. Y mientras todo esto sucede, el gobierno sigue alimentando la burbuja especulativa de la que se siguen beneficiando los fondos buitres y los grandes tenedores. Por último, hay que señalar el enorme deterioro de los servicios públicos que va acompañado de la creciente privatización de los mismos. Las listas de espera para operaciones no urgentes han vuelto a batir récord en España con un total de 849.535 pacientes sin intervenir a fecha de diciembre de 2023, un dato sin precedentes, y que además supone un aumento del 7,1 por ciento respecto a diciembre de 2022, según datos publicados por el Ministerio de Sanidad.

Y mientras todo esto sucede, nuestras libertades también se ven mermadas. Con una Ley Mordaza aún vigente, a pesar de las promesas de derogación del gobierno "progresista", y con una Ley de Huelga que a través de los servicios mínimos abusivos prohíbe en los hechos el derecho a la Huelga como herramienta de lucha y respuesta a todos los atropellos que la clase trabajadora viene sufriendo. Nos quieren pobres, callados y resignados. A esto hay que añadir la ofensiva de la derecha y la ultraderecha que con su discurso homófobo y xenófobo suponen un ataque permanente a los derechos de la clase trabajadora en su conjunto, con las mujeres, las migrantes y el colectivo LGTBI a la cabeza.

Por todo ello, este 1 de mayo sobran muchas razones para ocupar las calles y salir junto a las empresas que hoy se encuentran en primera línea de lucha como la Red de Violencia de género, el Samur Social, IVECO...

EXIGIMOS:

o Subidas salariales según el IPC y cláusulas de revisión salarial que garanticen el poder adquisitivo.

o La derogación de la Reforma Laboral de 2022 y las Reformas Laborales de Rajoy (2012) y Zapatero (2010) que nos han llevado al escenario de miseria salarial y temporalidad que hoy tenemos.

o Para exigir el derecho real a huelga que vía los servicios mínimos impiden cada vez más su ejercicio.

o Para defender La Educación Pública, el Transporte Público, los Servicios Públicos y en particular el desmantelamiento de la Sanidad. Por una Sanidad 100% Pública y de calidad. Por la derogación de la Ley 15/97 que el gobierno actual mantiene y que es la fuente de la que beben los procesos de privatización. Queremos más presupuesto para los Servicios Públicos y menos para gastos militares.

o Por un parque público de viviendas bajo alquileres sociales, que expropie las viviendas en manos de la Banca y los fondos de inversión y acabe con la especulación de una vez por todas. Paralización inmediata de los desahucios de manera real y no dejarlo en manos de los jueces.

Y en el Día Internacional de la clase obrera, no puede faltar la solidaridad con los y las trabajadoras del mundo y los pueblos que enfrentan toda forma de dictadura, opresión e invasiones. Estamos con el pueblo palestino, contra el Estado genocida israelí y por la ruptura de relaciones comerciales, diplomáticas y armamentísticas con Israel. Y estamos también con la lucha de los y las trabajadoras que hoy en el Estado español y en Europa marcan el camino a seguir.

Para concluir queremos señalar también que el 1 de mayo es un Día Internacional de lucha para la clase obrera y hoy quien encabeza y está dando mejor ejemplo de ello es el pueblo palestino. Desde el pasado 7 de octubre, se calcula que el Estado sionista de Israel ha asesinado a más de 30.000 palestin@s, en su mayoría en la franja de Gaza.

Estamos asistiendo en estos meses al mayor genocidio y limpieza étnica del siglo XXI. La complicidad de la ONU, EEUU y la UE con esta masacre es vergonzante. A esto hay que añadir el papel hipócrita del gobierno del Estado español, que en noviembre de 2023 vendió armas por un valor de un millón de euros a Israel, a pesar de haber afirmado públicamente el cese del comercio armamentístico.

El Estado español, con su gobierno a la cabeza demuestra de esta manera que es también parte de la dialéctica belicista que hoy rodea a Occidente incrementando sus arsenales de armas. El objetivo de destinar el 2% del PIB a gastos en Defensa se ha convertido en un nuevo principio sacrosanto a pesar de la amenaza con desbordar la deuda y ahondar el déficit fiscal de la UE.

VIVA EL 1° DE MAYO VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA