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Estado español :: 18/07/2023

Quesada: La verdad del silencio

Maité Campillo
Javier Fernández Quesada (de Gran Canaria) fue uno de los asesinados de aquella época, que muy pocas veces se recuerda, ocurrió un 12 diciembre de 1977

Con todo y más el franquismo -sin Franco- fomentó a pie de letra el viejo régimen, prolongando su mandato impuso la Europa inamistosa, calculadora, insaciable repelente de la alternativa del hallar solución a sus desvaríos psíquico-paranoicos de lo helado, gris y mortuorio de los amos absolutos de la política y economía engendro de la patética ética de principios degradantes en refugio de la palabra emigración suavizando el puñal ofrecido y la espada en refuerzo que palió la drástica inmunidad, taponando un sistema miserable en sí mismo al intento de salvar la degradante economía del analfabetismo y la hambruna, aturdiendo el origen libertario de clase basado en remesas de exilio y emigrantes en divisas, prolongando su dominio criminal, inducido a la brutal ética política de la paz del odio enfermizo sobre las capas más desprotegidas.

Desasosiego social. Centralismo absolutista. Marginación. Represión. Precariedad

El mismo odio que fomentó el golpe contra la República: y la propiedad de la tierra una vez más en manos de oligarcas y latifundistas, el analfabetismo, la falta de acceso a la cultura doctrinada para ricos. Año 1978, en Móstoles (Madrid) un niño de 6 años, Carlos Sierra, muere desangrado tras un accidente doméstico: Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés… pueblos del sur de la provincia de Madrid, crecen al compás vertiginoso sádico de una especulación inmobiliaria perversa que la ha caracterizado toda la vida, donde familias enteras se fueron desplazando dejando atrás su cultura propia hambrientos de todo, taponando la realidad de su deterioro un poder caduco de un absolutismo brutal, incapaz de dar salidas fomentando etapas de exterminio a golpes de desequilibrio estratégico: crisis intermitentes, desbocándose hacia el desarrollo industrial en manos de empresas extranjeras perversas vendiendo el país en abolición de todo lo rural la descomposición de pueblos e imposición de la emigración.
Llegaban en masa cargados de hijos donde las jornadas laborales se eternizaban, fundamentalmente eran de los pueblos más rurales de Extremadura, La Mancha, Andalucía… Y los pueblos fantasma crecían vertiginosamente de forma artificial entre edificios gigantes de incomunicación dominantes de ladrillo y hormigón de calles sin asfaltar sin iluminar sin parques ni escuelas ni centros de salud y menos hospitales que unido a la falta de transporte para poder desplazarse fomentó muerte, explotación y explosión. En ellos florecieron los parias de todo el estado al abandono de la mano de los séquitos del dios Caudillo, hacinados a los extrarradios de Madrid, como guetos desahuciados de todo sin servicios sociales viviendo en la más absoluta precariedad. La muerte del niño Carlos Sierra fue el detonante que sirvió para que el nuevo pueblo emergente hecho de todos los pueblos, despertara, y Móstoles se levantó tal como respondió en su tiempo a las tropas de Napoleón: en pie durante varias semanas denunciando la marginalidad impuesta a sus vidas. Reacción implacable donde no existía ningún hospital ni transporte, denuncia a un sistema aberrante en el que el niño murió desangrado por falta de medios sanitarios ni siquiera de primeros auxilios, días de justicia de reacción contra el terror vivido con la dictadura, como un pasado presente el miedo fomentado contra la clase obrero-campesina. La represión no cesó de recriminar desde 1939 hasta 1975 (con el dictador) y décadas más allá con la “democracia” hasta entrar en la hecatombe del siglo en que vivimos, donde la sola política existente es la neoliberal aplicada como ‘un primer mundo’ sin hambre sin paro sin represión sin presos políticos… Días de toma de conciencia colectiva, de dolor y lucha contra la Guardia Civil, que reprimía a culatazos de fusil totalmente desbordados por los manifestantes, sustituidos por compañías de “grises”, policía armada, empleándose con saña contra la población rompiendo las puertas de los edificios persiguiendo a las gentes hasta sus viviendas.

Javier Fernández Quesada (de Gran Canaria) fue uno de los asesinados de aquella época, que muy pocas veces se recuerda, ocurrió un 12 diciembre de 1977. Estudiante de Biología de 22 años en la Universidad de La Laguna (ULL -Tenerife). Asesinado a las puertas del Paraninfo de la Universidad, un crimen de estado de los tantos que no se investigó, porque hay investigaciones que nunca investigan quién apretó el gatillo, y acabó con su vida, su familia, sus estudios. Aquel lunes 12 de diciembre el pueblo lagunero (tinerfeño) vivió un estallido de protesta de piquetes, barricadas y cierre de comercio, era día de coordinar, convencer y proclamar la Huelga General: en solidaridad con los trabajadores en lucha del transporte público interurbano que cumplía dos meses de huelga. La solidaridad como en todas las huelgas de su tiempo fue prácticamente unánime respondiendo los sectores de entrada más comprometidos. Entre ellos aquella mañana aciaga en la ULL, se celebra una Asamblea de Distrito convocada por la coordinadora de estudiantes, a la que acuden trabajadores en lucha exponiendo la situación y llamamiento a la Huelga General. La aprobación por asamblea termina sin incidentes, salen a la calle muchos de ellos a la unión de estudiantes y obreros reuniéndose con otros grupos que a lo largo de la mañana se vienen manifestando por los alrededores de la universidad. Se corta la autopista del norte, los antidisturbios de la policía armada entran al Campus, se levanta una barricada en la calle lateral del edificio dando comienzo al lanzamiento de piedras contra las duras balas de goma (desde la azotea del edificio según los medios se arroja algún cóctel molotov para impedir la entrada policial dentro del edificio). Es cuando el rector Antonio Bethencourt llama de forma urgente al Gobernador Civil (un reconvertido falangista) ex-jefe del SEU: Luis Mardones Sevilla, que forma parte del esqueleto proyectado desde la tumba de Franco en voz y discurso a potenciar la UCD como nuevo-viejo y rancio poder que como todo falangista a la sombra del franquismo se sumó a la corrupción en vidorra del nacionalismo canario, caldo de cultivo mafioso, que es como decir de ser un fascista más a nuevo rico de una de las mafias que encubre más millones (ni menos ni más fascista empresarial que el PNV, o que el ex-Presidente de la Generalidad de Catalunya Jordi Pujol). En resumen decir que tras la petición del rector de la ULL, de retirar las fuerzas policiales del recinto universitario, el zorro franquista tipo Feijoo en máscara de Gobernador, accedió, por el tiempo justo de la retirada de la policía armada dando paso posterior a dos jeeps de la Guardia Civil. Es cuando los estudiantes ven que entran por el lateral del Colegio Mayor corriendo metralleta en mano: no llegan con ánimos de asustar, la balacera es de plomo real. Algunos de los estudiante aseguran haber oído al sargento gritar algo como <<hay que dar un escarmiento a estos peludos cabrones comunistas que están jodiendo la paciencia>>.
Un grupo de Guardias Civiles suben los peldaños de la explanada disparando pistola en mano como una escena adelantada de la viva imagen de el picoleto del tricornio, asaltando el Congreso (1981) en perfil de Tejero, Coronel de la Guardia Civil, irrumpiendo pistola en ristre.
Javier Fernández Quesada que retrocedía agachado para refugiarse llegando a los últimos escalones un impacto le obliga voltear drásticamente, y la joven sangre de Javier emana invadiendo con su vida, los pocos segundos que le quedaba de ella, perforando sus raíces sobre la entrada universitaria. A la vez que otra de las secuencias desde el Colegio Mayor grita contra las fuerzas de ocupación que por igual quisieron acallar a tiro limpio: otro estudiante de 1º de Farmacia, Fernando Jaesuría Martín es alcanzado por una bala en el hombro. La balacera siguió su rumbo en chulería a lo matón amparada por el poder absoluto, que seguía ejerciendo desde la tumba su odio contra las capas más lúcidas de la sociedad. Cuando entorno a la ULL, un colegio anexo a ella, en el patio de la Escuela Aneja a la Normal, el niño de 13 años Nicolás Lezcano recibe otro impacto de plomo.

TODOS LOS VERDUGOS

SON DE LA MISMA CONDICIÓN

Arrastraron a duras penas a Javier

Pero sus ojos en blanco no obedecían

Grandes temblores percutieron dentro de él

En su cuerpo indefenso apareció la herida

No responde a los masajes cardíacos

Ni a la respiración del boca a boca de los compañeros

Como al poeta Federico G. Lorca lo asesinaron

(un guardia civil, tres guardias de asalto, dos policías y un exaltado)

Un número invisible de ella le perfora el corazón

Guardia Civil asesina terror de verde montura Tienen, por eso no lloran, de plomo las calaveras

Agitan pañuelos blancos que gritan, ¡hay un herido!

Piden socorro y auxilio

Y al llegar a los guardias civiles lo reciben a patadas

La balacera sigue desbocada y una se pregunta ¿cómo no hubo más victimas?

Una llamada a la emisora del Land Rover de la benemérita

Y la balacera se detiene: se permite bajar el cadáver

Pasa Javier a escena cubierto de sangre

Es arrebatado a los estudiantes

Gritan: “¡Fuera de aquí rojos de mierda!”

Los asesinos culpan a las victimas

¿Qué pretenden encubrir si no responde a la vida

a la urgente respuesta de quien más le quiere?

El Hospital no más testifica su muerte

Su madre, Dolores, desde otra isla en Las Palmas, lo oye por televisión

Hablaban de un muerto no dan su nombre… Los hermanos investigan recibiendo el desgarro del impacto

Ya desplazada la familia sobre la terminal del aeropuerto

Una carga brutal cae sobre el encuentro y los manifestantes

Dolores Quesada gritaba ¡¡Por Dios, no me maten más hijos!!

Trata de sujetar a su esposo que pretende encarar a los asesinos

Son los hermanos, y padres, al abrazo de Javier

Dentro solo la familia fuera la policía bloqueando los accesos

De Córdoba llegaron por avión en plena noche

Compañías antidisturbios a reforzar los efectivos

Más de 900 cercan la zona incluido aeropuerto

Responde la Complutense de Madrid, la de Barcelona, la Autónoma de Bilbo…

Día de luto, cierre de la ULL, la solidaridad aumenta entre los estudiantes. Desde el Ministro de Educación y Ciencia, el falangista de UCD Iñigo Cavero declara:

<<“enormemente triste” pero no afectaba a la universidad porque se trataba de un “tema de orden público”>>

Se convoca Huelga General la rechazada UGT y CCOO

Por igual los partidos con presencia parlamentaria

Los comercios cierran sus puertas

La calle sigue tomada saltos y barricadas

Nuevos refuerzos represivos siguen llegando más aviones

LA LAGUNA QUEDA TOTALMENTE SITIADA

Claudio Ramos delegado de Seguridad en Canarias justifica descarado la represión: <<Los grupos antidisturbios han podido haber causado molestias a la población al llevar a cabo su misión de reprimir de inmediato cualquier violación del orden: las psicologías son diversas y las de la gente antidisturbios asume que cuando hay un crespón negro en un automóvil desde ese automóvil puede venir un ataque. Por eso se muestra más duro con tal objetivo>>.

Las islas quedaron sumidas en el pánico de la atrocidad policial y el Ayuntamiento del lugar de los hechos donde está ubicada la ULL <<Cede su generosidad a la represión, sus instalaciones deportivas a las fuerzas de ocupación hasta regresar a sus bases en la Península>>, el alcalde era un joven por aquél entonces llamado: Fernando Clavijo, el actual Presidente de Canarias.

Traslada su familia al hijo asesinado a Las Palmas de Gran Canaria

Radio Las Palmas lo comunica

La calle Triana fue tomada acompañando y protegiendo a Javier y su familia

La lluvia entra a formar parte de su despedida hasta San Telmo

Una pintada persiste estar presente “No más disparos al aire”

Pese que la autoridad intentó forzar la situación a la más absoluta intimidad

Ezequiel Fernández, padre, su madre Dolores y hermanos no lo permitieron

Unas 2000 personas desfilaron bajo la lluvia

Siguen las amenazas a la familia

Dan una paliza a otro de los hijos

Intervienen sus teléfonos

Persisten en la paralización de los actos de protesta

Pero el asesinato de un hijo de 22 años no se redime con torturas y amenazas

Sino pidiendo a gritos la dimisión del gobernador de Tenerife y del Ministro del Interior el asesino Martín Villa y portando pancartas exigiendo justicia

QUESADA: la verdad del silencio un encuentro con la víctima y la familia.

PD.

Así y no de otra manera resultó lo que siguen empeñados en llamar <<Transición>>. No fue sino un derroche de represión una continuidad de la criminalidad franquista, una frustración generando una impotencia colectiva dolorosa absolutamente impotente, ante el súbito descubrimiento en antifaz de seres y cosas incrustadas ajenas a la causa por la que se luchó, un golpe duro, helado y cruel ajustado sobre una encrucijada a la militancia, un callejón sin salida atándolo indefenso de pies y manos sujeto a las cadenas históricas en que ajustaron su clase, pensamiento y causa. Se caracterizó por una brutal represión principalmente contra la clase obrera organizada y sus líderes reales emanando de ellos entre estudiantes y gente de la cultura. Represión no solo de la policía de todo tipo de traje, uniforme y pelaje, la guardia civil siguió jugando su papel criminal como el ejército y bandas “incontroladas” (nazis) campando a sus anchas dando palizas sorpresivas unos, marcándote la cara con signos nazis a cuchilla otros, asesinando personas los más entrenados, que consideraban sospechosa de izquierdas incluso a parlamentarios vascos.

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

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