Retrato de "modélica transición" con sangre al fondo (y II)
El anterior artículo con el mismo título que el presente pretendía abrir una reflexión sobre la necesidad de situar al período de la transición política española, dentro del proceso abierto por la llamada Memoria Histórica, al mismo nivel de protagonismo que a la etapa franquista, a la que aquél dio en cierto modo continuidad.
Éste segundo, que trata de dar desarrollo al primero, responde a una deuda con aportaciones, sugerencias y reflexiones que aquél recibió por parte de un nutrido grupo de lectores de la web Kaosenlared.net e intenta, a su vez, extraer las conclusiones pertinentes a una denuncia del olvido de uno de uno de nuestros momentos colectivos más ignorados, tanto por quienes tienen edad para recordarlo pero lo han ido arrinconando a un lugar oscuro de la memoria como para las jóvenes generaciones a quienes aquella etapa les ha sido sustraída de la historia reciente, con intención “preventiva”: la transición política española.
El primero de los objetivos, dar respuesta a las propuestas y demandas sugeridas de incorporar nuevas víctimas asesinadas por grupos fascistas y aparatos del Estado postfranquista al intento de reconstruir la memoria colectiva de los antifascistas españoles ha tenido una primera iniciativa por parte de la Redacción de Corriente Alterna en la web de Izquierda Anticapitalista, en la que se hace un llamamiento a aportar cualquier tipo de datos encaminados a este objetivo: fotos, pequeñas microhistorias de los asesinados, modo en que fueron cometidos los crímenes, circunstancias,… (1). Por supuesto, el esfuerzo que los militantes de IA hagamos en ese sentido no es el único en esa dirección. Junto con las obras “La sombra de Franco en la transición” de Alfredo Grimaldos, “La transición sangrienta” de Mariano Sánchez Soler, ya citado por mí anteriores artículos, acaba de aparecer el libro de Alejandro Ruíz-Huerta Carbonell, uno de los supervivientes de la matanza de los abogados laboralistas de Atocha en 1977, con el título “Los ángulos oscuros de la transición”. Hay además múltiples webs de asociaciones de la Memoria Histórica, de militantes de la izquierda aberztale vasca y de afiliados a otras organizaciones que recuerdan a los asesinados en esa etapa, blogs personales y múltiples iniciativas que se van poniendo en marcha. La llevada a cabo por JIRA y Nación Andaluza recientemente en relación con el homenaje a Francisco Javier Verdejo (2) es sólo una de ellas. Me dejo muchas y pido disculpas por todas las demás.
En todo caso, la iniciativa recopilatoria y reivindicativa de Izquierda Anticapitalista sobre esa etapa oscura previa e inicial del llamado “proceso democrático” español no debe de ser entendida como un objetivo partidista sino como una contribución, un arrimar el hombro al esfuerzo por descorrer el velo sobre lo que fue la “modélica transición” española. Hay una deuda pendiente de la sociedad española y de la izquierda que en su día apostó por la ruptura respecto a las tramas negras y la larga necrológica que los militantes de izquierda y libertarios aportaron, a su pesar, con su muerte a manos de la ultraderecha y de los aparatos policiales del Estado de entonces –que aún no ha sido depurado- cuando no fue obra de la connivencia del terror negro con las alcantarillas de la organización estatal postfranquista.
Además de incorporar los nombres de Francisco Javier Verdejo, de los 5 asesinados a manos de la policía en Vitoria, siendo Fraga Iribarne Ministro de la Gobernación entonces, el 3 de Marzo de 1976, de Mari Luz Nájera en 1977 en Madrid, de Germán Rodríguez en Pamplona, todos ellos a manos de las FOP, y de otros muchos, a las movilizaciones de todos los jueves a las 20:00 horas en la puerta del Sol de Madrid, de ir sumando los nombres de José Luis Montañés y de Emilio Martínez, muertos también a manos de la policía en la Ronda de Valencia en Madrid en 1979, de Jorge Caballero de la CNT, por los fascistas en 1980,de Arturo Ruíz Pajuelo, también por los fascistas, de reivindicar todos los nombres y de recuperarlos para todos los antifascistas y gentes de izquierda, es necesario mucho más. Y a ello debiéramos sentirnos convocados todos los que deseamos una historia real sobre esa etapa.
1º.-Poner rostro a muchos de ellos, que no lo tienen. Puede que todo esté en Internet pero no siempre es fácil de encontrar esa fotografía que dé concreción a un nombre. En este trabajo todos podemos ayudar. La desafiante juventud, quebrada para siempre, de muchas de estas víctimas es algo que ha de generar empatía entre quienes hoy son padres sino entre muchos jóvenes que desconocen su terrible fin.
2º.-Ayudar a construir una pequeña historia de cada personaje, con su humanidad y sus luchas, con sus esperanzas y su trágico fin. Nada nos acerca tanto a las víctimas ni nos las hace presentes como cuando descubrimos lo terriblemente cercanas que eran a cada uno de nosotros.
3º.-Insertar los motivos por los que fueron asesinados con la realidad política y social de la España del momento. Una transición que quienes la pilotaban deseaban alejada de los “riesgos” de una ruptura política que pudiera poner en peligro la continuidad del bloque político, social y económico dominante. Los asesinados no eran buenos muchachos con intenciones equivocadas o influidos por ideas nefastas sino luchadores consecuentes por unos principios auténticamente democráticos y contrarios al sistema de dominación económico que el postfranquismo pretendía legitimar y que, finalmente, acabó imponiendo. La Memoria Histórica no puede limitarse a buscar recuerdo y verdad. Con ellos, la justicia y reparación han de adquirir un significado más profundo.
4º.-Desvelar toda esa patraña de la “modélica transición” a través de todo este proceso. Poner negro sobre blanco de porqué una parte de la izquierda, la llamada extrema izquierda revolucionaria se opuso a la reforma. ¿Qué significaba esa reforma en relación a los aparatos del Estado? ¿Cómo se relegitimaba y permanecía el Estado franquista, bien que atemperado, a través de una Constitución a la que se había llegado sosteniéndose en las Leyes Fundamentales del Franquismo? ¿Por qué no se depuró, como sucedió en la Europa de la desnazificación y el postfascismo, el Estado franquista a la muerte del Dictador? ¿Por qué la restaurada Monarquía no fue sometida a referéndum? ¿Por qué no hubo referéndum Monarquía o República, toda vez que la primera fue suspendida por un golpe de Estado que acabó en guerra civil y la segunda fue declarada heredera de su régimen por el franquismo? ¿De qué modo se convirtió la Ley de Amnistía en Ley de Punto final para torturadores, asesinos y dirigentes del Estado franquista que, de este modo, pasaron a ser “nuevos demócratas” e intocables por la ley? ¿Qué significaba el “engarce constitucional” de territorios como Euskadi y Cataluña dentro de la “unidad indivisible de todos los españoles” que proclamaba dicha Constitución del 78, sin consultar a la población de dichos territorios de un modo específico respecto de su voluntad política? Y todo ello sin entrar a hablar del régimen económico y social que se perpetuaba con dicha “modélica transición”. Puede que entonces la correlación de fuerzas izquierda-derecha recomendase a la izquierda posibilista, opciones más moderadas, pero ¿35 años después de muerto el monstruo deben seguir siendo intocables? Creo que no.
La segunda parte de este artículo debe extraer las conclusiones pertinentes respecto a todo lo que significó esa sangrienta transición:
Manuel Fraga Iribarne era Ministro de la Gobernación cuando el 3 de Marzo de 1976 la policía entró en la iglesia de San Francisco de Vitoria, en la que iba a realizarse una asamblea de trabajadores y, desoyendo la decisión del párroco, ordenó el desalojo. Sólo unos segundos después disparaban gases lacrimógenos en un espacio cerrado y abarrotado de gente provocando el pánico. Los que salieron, medio asfixiados y con pañuelos en la boca para no ahogarse con los gases lacrimógenos, fueron apaleados y disparados con metralletas y pistolas. La policía resolvió la situación que había creado a tiro limpio, asesinando a Pedro María Martínez Ocio, trabajador de 27 años, Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17 años, Romualdo Barroso Chaparro, de 19 años, José Castillo, de 32 años. Dos meses después Bienvenido Pereda, trabajador de 30 años herido en los sucesos, se sumaba con su muerte, a la lista de víctimas de aquel 3 de Marzo de 1976 en Vitoria. Junto a ellos más de sesenta heridos graves, la mitad con heridas de bala, y cientos de heridos leves. (3)
Igualmente, en los sucesos de Montejurra del 9 de Mayo de 1976, la figura de Manuel Fraga aparece de nueva relacionada con los mismos. El búnker franquista, contando con Antonio María de Oriol y Urquijo, ex ministro de Justicia y presidente del Consejo de Estado, decidió actuar en la habitual romería de los carlistas en Montejurra para destruir al carlismo izquierdista y promover el ascenso político del carlismo filofranquista representado por Sixto de Borbón. La acción se conoció internamente entre los aparatos del Estado como “Operación Reconquista”. Ésta se organizó en el despacho del Director General de la Guardia Civil, el general Ángel Campano. Se reunieron en varias ocasiones José Arturo Márquez de Prado, jefe del carlismo de Sixto de Borbón, el general Campano y el general Salvador Bujanda, Subdirector General de la Guardia Civil. El plan contaba con la cobertura logística del SECED, -servicios secretos creados por Carrero Blanco y dependientes de Presidencia del Gobierno-. Según testimonio del general José Antonio Sáenz de Santa María (posteriormente, en 1996, inculpado junto a los generales Rodríguez Galindo y Cassinello en el sumario Oñaederra, relativo a los primeros asesinatos de los GAL entre 1983 y 1984), entonces jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, Campano le manifestó que el plan era conocido y aprobado por el ministro de gobernación Manuel Fraga y por el entonces presidente Arias Navarro
Las consecuencias de aquellos actos fueron la muerte de Aniano Jiménez Santos, muerto varios días después de ser disparado por el falangista onubense José Luis Marín García-Verde, conocido como “el hombre de la gabardina”. En la cima de Montejurra, tras el incidente, el mencionado Marín García-Verde junto con otros atacantes, miembros de Comunión Tradicionalista, mataronRicardo García Pellejero e hirieron a varios carlistas mediante disparos de pistola.
Sixto de Borbón-Parma y Borbón-Bousset fue expulsado de España por este acto (bajo la coartada de tener ciudadanía francesa) sin serle tomada declaración oficial. “Los abogados de la acusación no lograron que testificara Manuel Fraga, ministro de la Gobernación y que el día de los sucesos se encontraba en viaje oficial a Venezuela (tras su vuelta, manifestaría que los incidentes no habían sido más que una «pelea entre hermanos»). Sin embargo, a estos crímenes les fue aplicada la Ley de Amnistía de 1977, y los acusados-José Luis Marín García-Verde, como responsable de los asesinatos, Arturo Márquez de Prado y Francisco Carrera, como dirigentes de la acción violenta-, sin haber sido juzgados, fueron liberados, al quedar extinguida su responsabilidad penal”. (4)
Rodolfo Martín Villa, Ministro de la Gobernación de 1976 a 1979, durante el primer Gobierno de Adolfo Suárez, conocido como “la porra de la transición” parece haber estado implicado en numerosos casos oscuros del citado período.
El “Caso Scala” del 15 de Enero de 1978 (5), ya mencionado en la primera parte del artículo del mismo título que el presente. La vista del Caso Scala tuvo lugar en diciembre de 1980. Los abogados defensores (Loperena, Palmés, Krauel y Seguí) de la CNT solicitaron que el Ministro de Gobernación Rodolfo Martín Villa compareciese a declarar, por la existencia de indicios que hacían sospechar una trama policial con responsabilidades políticas de alto nivel, pero Martín Villa se negó a comparecer. El atentado costó la muerte a 4 trabajadores de la citada sala de fiestas, orquestado mediante confidentes policiales infiltrados en el sindicato CNT (Joaquín Gambín) con el objetivo de desacreditar al mismo ante los trabajadores, que en aquel entonces lanzaba una fuerte campaña contra los Pactos de la Moncloa, y evitar así su progresión en Cataluña.
Igualmente a Rodolfo Martín Villa se le relacionó con el intento de asesinato de Antonio Cubillo, líder independentista canario del MPAIAC, el 5 de Abril de 1978, en una acción que implicaba en el atentado al gobierno alemán. Supuestamente, el ministro Rodolfo Martín Villa pidió en diciembre del año 1977 el apoyo del gobierno alemán de Helmut Schmidt, para vigilar al MPAIAC, en Canarias y en Argelia. Según especulaciones del periódico Der Spiegel el gobierno alemán habría asignado al agente especial de la policía de Baja Sajonia, Werner Mauss, a Las Palmas de Gran Canaria, para obtener información del MPAIAC.[] Con dicha información se dirige a Argel, para infiltrarse en la organización terrorista, aunque es rechazado. Aun así se queda en la ciudad a la espera de órdenes y para ayudar en caso de que el asesinato salga mal.[] José Luis Espinosa Pardo, antiguo infiltrado del SECED en el PCE(r) y en el FRAP, que anteriormente se había ofrecido a apoyar a Cubillo, contrató a los mercenarios Juan Antonio Alfonso González y José Luis Cortés para que llevaran a cabo el asesinato. (6)
A Martín Villa se le vincula con la primera gran operación de guerra sucia anti-ETA conocida. Una banda fascista, la Triple A, supuestamente pagada por el Ministerio de la Gobernación de entonces, ametralló a Juan José Etxabe y a su esposa Agurtzane Arregui el 2 de Julio de 1978, al salir del establecimiento “Etxabe Enea”, lugar de reunión habitual de refugiados vascos en San Juan de Luz (Francia). Desde un Peugeot 104 soltaron una ráfaga tan potente que prácticamente segó el cuerpo de Agurtzane Arregui -once balazos- Los otros seis los recibió su marido, gravemente herido. Juan José Etxabe sobrevivió y su esposa murió. (7)
Martín Villa, este ex falangista, ex jefe nacional del SEU, ex gobernador civil de Barcelona y prolífico jefe de superpolicías con licencia para matar, vuelve a ser asociado directamente con hechos violentos durante la “modélica transición” española. En los sucesos del 8 de Julio de 1978 (Sanfermines) en Pamplona muere de un tiro en la cabeza el joven de 23 años, militante de la LCR, Germán Rodríguez y más de 150 personas son heridas, 11 de ellas de bala. Hubo 7.000 disparos de material antidisturbios y 130 disparos de bala. De la violencia empleada dan idea las órdenes impartidas desde la central a los policías por radio, y que fueron grabadas: “Preparad todas las bocachas y tirad con todas las energías y lo más fuerte que podáis. No os importe matar”. Las protestas provocadas por la salvaje actuación policial se extendieron por todo el País Vasco y Navarra los días siguientes, muriendo por disparos de la policía en San Sebastián el joven José Ignacio Barandiarán, el 11 de julio. Rodolfo Martín Villa en la rueda de prensa realizada en televisión en referencia a estos acontecimientos comparándolos a las acciones de ETA dijo: “Al fin y al cabo lo nuestro serán errores, pero lo otro son crímenes” (8)
La sección de la galería temática de monstruos de la etapa oficialmente postfranquista se amplía con las figuras de los gobernadores civiles durante la transición. Estos, que hasta 1976 habían coincidido, en muchos casos, con el cargo de Jefes Provinciales del Movimiento eran figuras políticas de probada fidelidad a la figura del dictador e incluso su sombra posterior varios años después de desaparecido aquél.
Luis Mardones, el hombre de todas las salsas políticas de Canarias desde la transición (UCD, ATI, las AIC y ahora Coalición Canaria) era Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife el 12 de Diciembre de 1977. Ese día el joven estudiante Javier Fernández Quesada se manifestaba en apoyo a los trabajadores de la empresa Transportes de Tenerife, propiedad de Leoncio Oramas, hombre vinculado a la UCD. Javier Fernández Quesada murió por disparos de la Guardia Civil en la Universidad de la Laguna, donde se encontraban concentrados tanto trabajadores del conflicto citado como universitarios que apoyaban su huelga. El máximo responsable en la provincia canaria sobre el miembro del cuerpo policiaco-militar era Luis Mardones. Ni el guardia civil autor de los disparos fue sancionado ni Mardones sufrió repercusiones políticas ni de otro tipo por ello.
Ignacio Llano Cifuentes era gobernador civil en Navarra cuando cae asesinado Germán Rodríguez a manos de la policía y su salvaje carga contra los manifestantes de la plaza de toros de Pamplona y alrededores el 8 de Julio de 1978. Uno de los sucesos más graves de la transición política española por la cantidad de heridos producidos –más de 130-, además de la muerte de Germán, sólo supuso para el matarife Llano Cifuentes su dimisión. No han recaído sobre él en ningún momento otras responsabilidades.
El sustituto de Llano Cifuentes fue Eduardo Ameijide y Montenegro, Gobernador Civil en Navarra cuando el 3 de Junio de 1979 Gladys del Estal Ferreño, militante ecologista, cae asesinada a manos de un guardia civil en la represión de una protesta antimilitarista y contra la utilización de la energía nuclear en Tudela (10). El Gobernador Civil decidió utilizar la táctica del calamar echando su tinta negra para embadurnar la actuación criminal del miembro de la benemérita a su cargo. Su mentira no tuvo consecuencias penales para él. Con la llegada del PP al poder volvió a la política, siendo Delegado del Gobierno en Aragón hasta 2004.
Los citados cargos políticos siguen vivos, buena parte de ellos continúan aún en la actividad política y/o empresarial (Martín Villa es Presidente de Sogecable). Ninguno de ellos ha sido sentado en el banquillo de los acusados y, condenado, siendo encarcelado y/o inhabilitado políticamente, en caso de que fuera demostrada su culpabilidad.
Ninguna democracia lo es auténticamente si hace tabla rasa del pasado, si deja sin juzgar crímenes de Estado, si iguala en una Ley de Amnistía a víctimas y a verdugos, si entierra su memoria colectiva para que nadie pida cuentas a los asesinos y responsables políticos de los crímenes.
La muerte de Germán, de Francisco Javier, de Gladys, de Javier,… de tantos y tantos otros no puede continuar, más de 30 años después, ni un día más impune. La recuperación de su memoria, la reivindicación de sus figuras es claramente insuficiente si no reciben la justicia y la reparación del castigo y la condena de los inductores de sus muertes.
Esta Ley de la Memoria Histórica es claramente falaz y cómplice de la impunidad del franquismo y el postfranquismo si ampara una ley de autoamnistía que se dieron a sí mismos los verdugos de sus asesinados.
En nuestras manos estárecuperar la iniciativa de tantos y tantos colectivos que, en su día, intentaron lograr justicia para las víctimas y castigo para los culpables.
Queda mucho más lodo que remover para que se ponga negro sobre blanco sobre la “modélica” transición española. El estudio y denuncia de los torturadores (González Pacheco, alias “Billy el Niño”, Martinez Torres, etc, etc) en las comisarías y cárceles españolas y en otros lugares de terror es una página que aún debe seguir escribiéndose, al menos de los que siguen vivos y no han conocido otra aplicación de la justicia que la que ellos acomodaron a su particular psique en forma de suplicios y torturas.
Y de la monarquía heredera del franquismo, ¿qué? Esa merece no uno sino muchos artículos. “Piano, piano si va lontano”. Al paso.
Notas
(1) http://www.anticapitalistas.org/node/5577
(2) http://www.kaosenlared.net/noticia/jornada-homenaje-javier-verdejo-almeria
(3) http://es.wikipedia.org/wiki/Sucesos_de_Vitoria
(4) http://es.wikipedia.org/wiki/Sucesos_de_Montejurra
(5) http://asaltarloscielos.blogspot.es/1280950269/retrato-de-modelica-transicion-con-sangre-al-fondo/
(6) http://es.wikipedia.org/wiki/Intento_de_asesinato_a_Antonio_Cubillo
(8) http://es.wikipedia.org/wiki/Sanfermines_de_1978
(9) http://www2.noticiasdenavarra.com/ediciones/2009/06/07/politica/espana-mundo/d07esp29.1618995.php