"Sánchez, estás participando en un crimen contra los saharauis"
Foto: Sultana Khaya, en la azotea de su vivienda de Bojador, en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
Representa a la disidencia saharaui que resiste en los confines del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos desde hace 46 años. Para los saharauis que reivindican su derecho a la autodeterminación, Sultana Khaya es el símbolo de la torturada resistencia. Este martes cumple 509 días bajo arresto domiciliario en su vivienda de Bojador. Padece un vía crucis interminable, plagado de agresiones físicas, abusos sexuales y allanamientos continuos de su domicilio. «Son 16 meses de terror», comenta Khaya en una entrevista exclusiva con El Independiente.
«No me encuentro bien. Vivo con mi madre y mi hermana en un estado de pánico. Es como resistir en la oscuridad, sin electricidad ni suministro de agua potable. Es lo más cercano a habitar un cementerio. Hasta destruyeron nuestros muebles», denuncia la activista de derechos humanos saharaui en una conversación telefónica mantenida a finales de la semana pasada. «Los invasores marroquíes nos agreden y tratan de silenciarnos, pero estamos decididas a mantenernos en nuestras trece». El ataque más reciente contra Khaya se produjo la semana pasada, a manos de un radical marroquí que la asaltó frente a su casa al grito de «¡Viva el rey!».
Khaya es presidenta de la Liga Saharaui para la Defensa los Derechos Humanos y en Contra del Expolio de los Recursos Naturales en Bojador, su ciudad natal. Lleva bajo arresto domiciliario sin orden judicial desde el 19 de noviembre de 2020. Durante los últimos tres lustros ha padecido agresiones físicas, amenazas de muerte, tortura y acoso sexual. La inquietud por sus condiciones de vida ha sido mencionada de manera periódica por diversos grupos en el Congreso de los Diputados, en preguntas que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha tratado siempre de esquivar.
Torturas sistemáticas
El pasado octubre Khaya fue candidata al premio Sájarov. El PSOE votó junto a Vox en el parlamento europeo para impedir que fuera elegida en la terna de finalistas del galardón, que recayó en el disidente ruso encarcelado Alexei Navalny. Los socialistas se decantaron por la propuesta de Vox, la boliviana Jeanine Áñez, entre las críticas de otros partidos políticos que respaldaron la investidura de Sánchez.
«El cambio de España en el Sáhara concede luz verde a Marruecos para eliminarnos a sangre fría». «Nuestra vida desde 1975 ha estado guiada por una política de torturas y opresión sistemáticas, en mitad de un bloqueo total. Y no ha cesado. Ahí están los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes para demostrarlo», replica la joven activista. Ella misma conoce bien la brutalidad de sus verdugos. «Perdí un ojo en 2007, durante una manifestación pacífica en Marrakesh. Y en lugar de arrestar a quienes me causaron eso, los policías me detuvieron a mí. Y no solo me arrebataron el ojo sino que me condenaron a ocho meses entre rejas. Todo esto te da una idea. Es apenas uno entre miles de ejemplos. Los saharauis vivimos sometidos a una ocupación ilegal».
Ahora, es su vivienda su prisión. «Y ni siquiera entre los muros de nuestra casa nos dejan en paz. Ya no salgo. Únicamente subo a la azotea y ondeo la bandera saharaui o la coloco en nuestras ventanas», relata al otro lado del hilo telefónico. «Han intentado callarnos por todos los medios. Vinieron con excavadoras para tratar de arrancarnos la enseña y recurrieron a cañas de pescar para intentar quitárnoslas. Como no cejamos en nuestro empeño, nos enviaron escuadrones de policías enmascarados para arrasar el interior de nuestra residencia e inyectarnos alguna sustancia desconocida», rememora.
Khaya insiste en que, «cuando el pasado septiembre, las autoridades perdieron la esperanza, se produjeron tentativas de asesinato contra mi hermana y contra mi». «Mi hermana ha sido víctima de dos agresiones sexuales. En mayo pasado la sodomizaron con un palo. Conmigo lo hicieron en agosto. Me desgarraron introduciendo los dedos en la vagina y el ano después de drogarme. Mi madre lloraba y gritaba para detenerlo. Pero no les importó. Mi hermano mayor estaba aquí. Le esposaron, al igual que a mi madre y mi hermana. Fue una violación», detalla.
Han intentado callarnos por todos los medios. Vinieron con excavadoras para tratar de arrancarnos la enseña y recurrieron a cañas de pescar para intentar quitárnoslas
España, responsable
La represión marroquí se ha incrementado en el último año. El régimen de Mohamed VI ha redoblado el hostigamiento contra activistas y periodistas saharauis, víctimas de malos tratos, detenciones arbitrarias, cibervigilancia y acoso para silenciarlos o castigarlos por acciones no violentas contra la ocupación del Sáhara Occidental. El 1 de julio de 2021, la relatora especial de la ONU que examina la situación de los defensores de los Derechos Humanos, Mary Lawlor, condenó firmemente las represalias que sufría Khaya.
«No reclamamos pan o un puesto de trabajo sino que luchamos por la independencia y la libertad de nuestro pueblo. Decimos 'basta' a la ocupación y a la violencia cometida contra los saharauis en los territorios ocupados. Y lo seguimos haciendo sin recurrir a ningún tipo de violencia. El único que la emplea es el ocupante», murmura Khaya. Una situación que la oposición saharaui considera que podría agravarse ahora que el Gobierno español ha protagonizado un giro copernicano, insólito en los 46 años que distan de la Marcha Verde y la abrupta salida de la ex colonia.
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«España es responsable del crimen contra los saharauis desde que trataron de dividir el territorio en los acuerdos tripartitos de 1975. Según la ley internacional, España es todavía hoy la administradora del territorio», arguye la activista. «En realidad, no me sorprende tanto la posición de Sánchez porque España siempre ha estado apoyando y avalando la postura de Marruecos. Les han proporcionado las armas para que las usen contra los saharauis. Pero que no se les olvide: La única posición que vale aquí es la nuestra, la de los saharauis. Somos los que debemos decidir nuestro destino y quienes luchamos para lograr nuestra libertad y nuestra independencia».
Khaya no rehúye las preguntas. Tampoco aquella que se refiere a Pedro Sánchez y la visita que efectuó la semana pasada a Rabat para relanzar las relaciones diplomáticas con Marruecos a cambio de ceder en el litigio saharaui. «Tengo un mensaje que te pido que le traslades. Me avergüenzo de ti, Sánchez. También de tu Gobierno. Sois partícipes y estáis implicados en el crimen contra los saharauis. Apoyáis a un régimen que comete violaciones, abusos y torturas. Estáis al lado de los agresores, al igual que EEUU y Francia», argumenta.e
Como mujer saharaui, me gustaría decirle al presidente del Gobierno español que aquí, en el Sáhara Occidental, hay gente que no se rinde. España no es nadie para dirimir nuestro futuro
«No voy a renunciar a vivir en mi tierra»
«Como mujer saharaui, me gustaría decirle al presidente del Gobierno español que aquí, en el Sáhara Occidental, hay gente que no se rinde. España no es nadie para dirimir nuestro futuro. Solo los saharauis tienen el derecho, según el derecho internacional, determinar su sino. Lo único que le puedo pedir al Ejecutivo español es que pare estas atrocidades que Marruecos perpetra aquí, no solo contra los seres humanos sino también contra los recursos naturales», asevera.
Khaya confiesa sentir que no ha hecho nada aún por su pueblo. «Muchos de los nuestros han muerto en las cárceles, fruto de las torturas a las que fueron sometidos. Son nuestros mártires. Yo no voy a renunciar a vivir en mi tierra, ya sea en un Estado libre o como mártir en uno de nuestros cementerios. Marruecos es el enemigo, que vino a mi país para asaltarnos. Sánchez fue a Rabat a avalar todo esto y a ayudar a Mohamed VI a maquillar los crímenes contra mi pueblo de una persona que es un genocida, un criminal de guerra», concluye.
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