Tal día como hoy, en 2016, nos dejaba Shangay Lily: Degeneratrix Extraordinaire
Un cuerpo disidente, irreverente, combativo, luchador incansable y pionero de la visibilidad gay y queer. Sin pelos en la lengua, tras de sí nos deja un valioso camino de transgresión, innovación y activismo.
Shangay hizo bandera de reivindicar la diferencia, la periferia, la necesidad de salirse de “los márgenes declarados”, y de esa “imprescindible unidad de lucha”. Porque no se puede ser una luchadora o luchador antifascista y a la vez ser homófobo, o tránsfobo, o machista, o racista, o clasista.
Nos deja un enorme legado a través de sus libros, artículos, teatro, monólogos, vídeos, pero quizás lo más importante, y que le llevó a una suerte de exilio del disidente, --de quien no se someta--, fue su imprescindible denuncia de lo que denominó Gaypitalismo. “Esa oligayrquía que se está forrando gracias a la marca ‘gay’ […] Esa panda de desalmados que convirtieron nuestra lucha en un negocio y cambiaron seguridad, dignidad y humanidad por euros, euros, euros. […]
Nunca sabremos qué se habría conseguido de permanecer fieles a nuestra esencia, cultura y modelos relacionales en lugar de asimilarnos y adoptar el más feroz capitalismo. No sabremos si la utopía, como se hizo en la República durante un breve intervalo, habría conseguido transformar la sociedad y obligarla a enfrentarse a su endémica homofobia. En lugar de eso se optó por el mismo modelo blando que en la Transición traicionó tantas reivindicaciones de la izquierda en pos de la tranquilidad de los genocidas.”
Shangay Lily (de su blog Palabra de Artivista en el diario Público https://blogs.publico.es/shangaylily/ y su libro “Adiós, Chueca. Memorias del Gaypitalismo: Creando la Marca Gay” https://www.todostuslibros.com/autor/shangay-lily )