Una respuesta para cuatro preguntas
Para dar el salto cualitativo a la propiedad colectiva de los medios de producción.
La propiedad es la cuestión fundamental de todo movimiento porque ella marca la separación absoluta entre las dos realidades antagónicas unidas en lucha permanente. Al margen del mayor o menos desarrollo que haya alcanzado, la propiedad siempre nos enfrenta a la cruda realidad de la explotación humana, y frente a ésta no hay “terceras vías” ni dioses que nos eviten la opción a favor o en contra del explotador o de los y las explotadas. Podemos creer bienintencionadamente que una espera pasiva y expectante hasta que “haya condiciones objetivas” de lucha, esta excusa casi eterna, es la mejor forma de no caer en el “voluntarismo subjetivista”. Pero, ante la opresión, la espera es el regalar el presente y el futuro al opresor, tiempo que usará para mejorar sus armas de dominación y la mejor legitimación de estas armas.