Y Europa cogió su fusil
El gasto militar de la UE se ha incrementado en un tercio desde 2017. Este año, España dedicará 10.730 millones de euros a Defensa, pero tendrá que invertir mucho más para llegar al 2% del PIB exigido por la OTAN
Resuenan tambores de guerra. En realidad nunca han dejado de sonar, pero ahora lo hacen en Europa, la cuna de las más devastadoras guerras que en el mundo han sido. Nadie ha matado con más contumacia y de manera más eficaz: empleando las armas más costosas y sofisticadas de cada momento. La invasión rusa de Ucrania y la consiguiente guerra, tan cruel y destructiva como todas las que se acometen con modernas armas, ha servido a los Gobiernos de la Unión Europea para llamar al rearme general.
Primero fue Alemania. El 27 de febrero, su canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, anunció en el Bundestag que aumentaría el gasto militar hasta superar el 2% del PIB y liberaría 100.000 millones de euros para modernizar su ejército. En España, Pedro Sánchez no quiso llegar el último y el 14 de marzo dijo que va a subir el gasto del ministerio de Defensa en los próximos años hasta llegar a ese 2%. El 21 de marzo culminó la apoteosis militarista europea cuando los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea emitieron un documento en el que se describía algo así como el apocalipsis en un mundo rodeado de peligros de toda naturaleza, lo que obligaba a un rearme que no podía esperar: “Vivimos en una época de competencia estratégica y de complejas amenazas a la seguridad. Aumentan los conflictos y agresiones militares (...) lo que provoca graves sufrimientos y desplazamientos humanitarios (...) el poder informático y digital es un arma (...) Nos enfrentamos a crecientes intentos de coerción económica y energética. Además, los conflictos y la inestabilidad se ven a menudo agravados por el efecto multiplicador de amenazas del cambio climático”. Todo para justificar que hay que rearmarse. Josep Borrell, el responsable de Política Exterior de la UE que presidió la reunión, aseguró que los 200.000 millones en gasto militar de todos los países de la Unión no es mucho. Supone el 1,5 % del PIB.
El gasto militar de la Unión ha crecido desde 2017, incrementándose en un 38% según datos de la OTAN, o en un 26% si se toman como referencia las cifras de la UE
Si todos los países de la UE aumentasen su gasto militar al 2% del PIB, de acuerdo con lo reclamado hace ya tiempo por la OTAN, habrían de gastar 67.000 millones de euros más cada año en comprar máquinas de matar y otros complementos logísticos. La Comisión Europea, siempre vigilante para que el gasto público no aumente, sobre todo si se trata de gasto social, hará en este caso lo contrario: “Desarrollará incentivos adicionales para estimular en colaboración con los Estados miembros las inversiones en capacidades estratégicas de defensa”; en armamento, para entendernos.
Nada más desatarse la guerra, al tiempo que miles de ucranianos abandonaban sus casas por el miedo a que estas fueran destruidas con ellos dentro y se contaban los primeros muertos, las empresas de armamento y material militar veían dispararse su cotización en la bolsa. He revisado 11 empresas de armamento o tecnología militar que cotizan en los mercados de valores. En todos los casos, el despreciable ataque ruso no les vino nada mal, de acuerdo con el comportamiento de los inversores bursátiles.
La producción de estas empresas, y otras muchas, va destinada no solo a los países donde se fabrican las armas, sino a todos, salvo los considerados enemigos. Según el Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo, SIPRI, la venta mundial de armas superaba ya en 2019 los 118.000 millones de dólares al año. Y era un cálculo que se quedaba corto, según sus autores, ya que algunos países ocultan parte de sus ventas o compras. A tenor del incremento de los gastos militares en todo el mundo, esa cifra habrá aumentado sin duda.
Solo siete países llegan o superan el porcentaje de gasto militar del 2% del PIB que establece la OTAN. Encabeza la lista la empobrecida Grecia, con un 3,8% de su PIB
Los datos sobre gastos militares en la Unión Europea son confusos. Las cifras varían mucho según la fuente de que se trate. Así, según la oficina de estadísticas de la Comisión Europea, y en palabras del vicepresidente y responsable de Exteriores, Josep Borrell, la UE se gasta 200.000 millones de euros en prepararse para la guerra. Por su parte, la OTAN considera que ya en 2021 dedicó a gastos militares 220.000 millones. En cualquier caso, lo que revelan estas cifras es que el gasto militar de la Unión ha crecido significativamente desde 2017. Entre ese año y 2021 se ha incrementado en un 38% según datos de la OTAN, o en un 26% si se toman como referencia las cifras de la UE. Y eso que entonces no parecía haber rearme. Lo cierto es que en ese tiempo los países que más se han armado han sido Alemania y los del Este.
Solo siete países llegan o superan el porcentaje de gasto militar del 2 por ciento del Producto Interior Bruto que establece la OTAN. Encabeza la lista de mayor cantidad de dinero desembolsado en relación con el tamaño de su economía la empobrecida Grecia, con un 3,8% de su PIB, por encima incluso de Estados Unidos. Le siguen Croacia y dos naciones no excesivamente boyantes, Lituania y Estonia, que apuestan por gastar en armas y tropas ante la amenaza que supone Rusia. Frente a lo que está ocurriendo con Ucrania, un país más poderoso y con mucha mayor población que los suyos, deberían entender que, por más que gasten en armamento, no podrían hacer frente a las locuras expansionistas rusas. Entre los que llegan al listón de la OTAN figura Rumanía, más pobre aún que Grecia. Pese a ello dedica al ejército el 2,4% de su economía. Y en cinco años ha aumentado su presupuesto militar un 59%.
En 2022, España dedicará 10.730 millones de euros a gastos militares. Es un 8% más que en 2021
Para la Unión Europea el rearme puede ser muy costoso. Incrementar el gasto hasta el citado 2% del PIB Europeo supondría aumentar el presupuesto para el conjunto de los países por encima del 33%. En el caso de España, el esfuerzo presupuestario se haría en varios años, según ha asegurado el presidente Sánchez. En 2022, el país dedicará 10.730 millones de euros a gastos militares, de acuerdo con los datos extraídos de los Presupuestos. Es un 8% más que en 2021. Ahora, con los vientos de rearme, alcanzar el objetivo del 2% supondrá mucho más que duplicar el dinero de este año: habría que gastar 14.900 millones de euros anuales más durante un lustro. En la actualidad, casi un tercio del presupuesto militar va destinado a la compra de armas, sobre todo en el programa especial de modernización, comprometido en gastos de armamento pesado hasta el año 2025, ya sean fragatas, submarinos, helicópteros o carros de combate u otros instrumentos de guerra.
Para acabar, dos puntualizaciones. Todas las cifras expuestas no alcanzan ni de lejos el gasto militar de Estados Unidos, que cuadriplica el dinero dedicado por el resto de los países de la Unión Europea y es 10 veces superior al de Rusia. Un gráfico elaborado por el mencionado Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo muestra cómo el gasto militar de Estados Unidos supera el destinado conjuntamente por los otros 11 países más armados del mundo: China, India, Rusia, Reino Unido, Arabia Saudí, Alemania, Francia, Japón, Corea del Sur, Italia y Australia.
Y la última. El término defensa para aludir a la actividad militar es un eufemismo moderno que no responde a la realidad. Los departamentos o ministerios de Defensa de todos los países serán, llegado el momento, ministerios de Ataque. Si todos ellos tuvieran por objeto la defensa no habría guerras, puesto que ningún Estado atacaría a otro.
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