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Europa :: 05/05/2022

La masacre de Odessa: el crimen de los neofascistas ucranianos que sigue impune 8 años después

Alexandr Polishchuk
Mientras algunos de los manifestantes intentaban ayudar a quienes intentaban escapar de las llamas, los elementos neofascistas golpeaban a los que salían del edificio

El 2 de mayo del 2014 Ucrania vivió una de las peores escenas de terror desencadenadas por el golpe de Estado promovido y financiado por EEUU en Kiev y la llegada al poder de fuerzas ultranacionalistas. Decenas de personas de ascendencia rusa fueron incineradas vivas y sus cuerpos profanados por grupos neofascistas, un crimen que aún hoy sigue impune.

Las autoridades de la ciudad ucraniana de Odessa han impuesto un toque de queda que duró desde la noche de este 1 de mayo hasta la mañana del 3 de mayo. De esta manera quedaron cancelados todos los eventos conmemorativos de la tragedia que los grupos ultranacionalistas de Ucrania consideran motivo de festejo. En Moscú, al contrario, miles de personas participaron en una marcha en tributo a las víctimas de los nazis ucranianos.

"Kiev y los países occidentales hacen la vista gorda, así como lo hacen en general con el neonazismo que se extiende por Ucrania como un cáncer. Nunca olvidaremos este terrible crimen. Buscaremos identificar y castigar a todos los implicados en esta tragedia", subrayó la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova.

¿Qué pasó en Odessa?

Tras el golpe de Estado de febrero del 2014 en Kiev y la implementación de leyes discriminatorias hacia la población rusófona de Ucrania, en todo el sur y este del país —mayoritariamente rusoparlante— se llevaron a cabo masivas manifestaciones contra el nuevo Gobierno. En la ciudad sureña de Odessa, cientos de activistas desconocieron las nuevas autoridades y tomaron la llamada Casa de los Sindicatos.

Para el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, una multitud marchó por las calles del centro de la ciudad con pancartas que decían "Poder popular" y "El fascismo no pasará". Al día siguiente, la situación se tornó violenta.

Tras previos enfrentamientos en las calles aledañas y con la total ausencia de fuerzas policiales, grupos de neofascistas, ultras del fútbol y paramilitares de la organización neonazi Pravi Sektor (Sector Derecha) atacaron las protestas antigubernamentales armados con palos, mazos y manoplas.

Los activistas a favor de los derechos de la población rusófona se refugiaron en la Casa de los Sindicatos que para muchos resultó ser fatal. La multitud de ultranacionalistas comenzó entonces a tirar cócteles molotov, provocando un incendio que rápidamente comenzó a extenderse por todo el edificio.

La organización nacionalista ucraniana Pravy Sektor

Pravy Sektor es una banda política y paramilitar ucraniana. Remonta sus orígenes a los movimientos ultranacionalistas del los años 20 y 30 del siglo XX, y su panteón de héroes cuenta con colaboradores nazis como Stepán Bandera y Román Shujévych.

Jugó un papel crucial en el glope de Estado en Kiev del 2014. Sus miembros protagonizaron violentas palizas a activistas progresistas y tomaron por la fuerza edificios administrativos. Luego atacaron con violencia y asesinatos las protestas en el este de Ucrania, lo que precipitó el conflicto armado en la región.

Desenlace fatal

Las protestas anti-EEUU y anti-nazis se sucedían en el puerto de Odessa, cada vez con mayor participación de personas no solo rusodescendientes, sino también de antifascistas ucranianos. Ante esta situación, el nuevo gobierno central, copado hasta la médula por elementos neofascistas, no quiso reprimir con el ejército porque estaba intentando dar una imagen de país "europeo que respeta los DDHH", por lo que decidió enviar batallones de ultranacionalistas para atacar a las manifestaciones y no permitir que la gente siguiera saliendo a la calle.

Ante la pasividad policial hubo palizas, corridas, bastonazos y finalmente el ataque a la Casa de los Sindicatos. Como resultado, 31 personas que se habían refugiado en el lugar murieron atrapadas mientras ardía el edificio. Los cuerpos de varias víctimas fueron posteriormente profanados. En total, en los ataques fallecieron 48 personas, 46 de las cuales eran activistas de ascendencia rusa.

Al día de hoy, pese a las numerosas pruebas, ninguno de los ultranacionalistas involucrado en la masacre ha sido llevado ante la justicia. Mientras algunos de los manifestantes intentaban ayudar a quienes intentaban escapar de las llamas, los elementos neofascistas golpeaban a los que salían del edificio. Las unidades de bomberos que acudieron a la llamada de socorro fueron incapaces de extinguir el fuego de manera efectiva, ya que un gran número de ultranacionalistas les impidieron acercarse.

Estos hechos dieron inicio tanto a la proclamación de las repúblicas populares del Donbass como al referéndum ganado por la población rusófona en Crimea. Ambas regiones temían verse atacadas por los nazis cada vez más incrustados en el ejército ucraniano. Crimea se salvó porque pasó a ser parte de Rusia, pero los rusodescendientes de Donetsk y Lugansk soportaron una guerra de 8 años desde 2014, que causó más de 14.000 muertos.

Sputnik / La Haine

 

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