Más de 70 muertos en un nueva acto de terrorismo sionista en Gaza

Al menos 70 personas perdieron la vida en los ataques aéreos que han lanzado las fuerzas israelíes toda la jornada del jueves, desde la madrugada hasta la noche; 57 de las víctimas mortales ocurrieron en las regiones central y meridional del enclave costero palestino.

En el norte de la asediada Franja de Gaza, una serie de intensos bombardeos israelíes alcanzó los alrededores de la mezquita Al-Julafa en el campamento de Yabalia. Las explosiones provocaron incendios que devastaron decenas de viviendas en un área que abarca desde el este hasta el norte del campamento.

Además, drones del ejército israelí lanzaron explosivos contra hogares cercanos al hospital Kamal Adwan. También dispararon de manera masiva con drones en los barrios de Al-Saftawi, al norte de la ciudad de Gaza, y Sheij Radwan, al noroeste. Simultáneamente, la artillería del régimen israelí bombardeó las áreas de Al-Saftawi y Al-Karama, ambas en el sector noroccidental de Gaza.

En el este de la ciudad, un ataque aéreo golpeó las inmediaciones de la escuela Al-Hashimiya en el barrio de Al-Tuffah. Hay que incluir un ataque contra un convoy que repartía la harina entre la población hambrienta.

En el centro de Gaza, el campamento de refugiados de Nuseirat fue escenario de la mayor masacre del día. El bombardeo israelí, dirigido contra un edificio de correos y varias viviendas, dejó 27 muertos y 50 heridos, en su mayoría niños.

En Rafah, al sur de Gaza, un ataque con drones se cobró la vida de un civil en el norte de la ciudad. Asimismo, un paramédico resultó herido de gravedad cuando un proyectil impactó una ambulancia de la Media Luna Roja Palestina, mientras realizaba labores de evacuación en el área de Al-Mawasi, al oeste de la ciudad.

Cifras devastadoras

Según el Ministerio de Salud de Gaza, el balance actualizado de la guerra genocida de Israel desde el 7 de octubre asciende a 44 835 muertos y 106 356 heridos.

Aún quedan miles de víctimas atrapadas bajo los escombros y en las calles, mientras las tareas de rescate son imposibles debido al continuo bombardeo israelí y a la acumulación de escombros que bloquean el acceso de los equipos de emergencia.