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El 15F y la toma de conciencia social
x Clara García
Especial para La Haine
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Es necesario realizar un análisis acerca
de las razones por las que la asistencia a las movilizaciones del pasado
15F en el Estado español fue tan masiva.
La cercanía en el tiempo de la crispación por el hundimiento
del Prestige y el "apoyo crítico" que se dió
en los medios de comunicación del Poder fueron decisivos para
que tuviera lugar una respuesta en masa a las convocatorias. Puedo decir
a grandes rasgos que evalúo el hecho de la asistencia masiva
en sí como positivo, en la medida en que se puede haber producido
un cierto desengaño del pueblo con respecto a la política
del PP. Quizás muchos españoles están descubriendo
en estos momentos su carácter claramente totalitario en cuanto
a política interior y desde luego al fin hemos oído hablar
en muchos espacios de la sociedad del servilismo de Aznar frente a las
políticas de EEUU.
Sin embargo, y debido a que esta reacción popular ha sido fruto
de un rápido bombardeo mediático, calibramos la triste
posibilidad de que el no a la guerra, sencillamente, esté de
moda, del mismo modo en que lo estuvo ir de voluntario a limpiar el
desastre del Prestige, más para arreglar la "catástrofe
ecológica" que suponía, que para darse cuenta sobre
el terreno, ya con las manos pringadas de fuel, de la amplitud de las
responsabilidades políticas a exigir. Es decir, sin estar realmente
comprometido con el problema político que era y es, en última
instancia, la fuente de tal desastre. Está claro que la movilización
popular constituye un tímido avance, pero desde aquí nos
preguntamos qué pasará cuando efectivamente comience la
guerra y el gobeirno español participe en ella junto a EEUU.
Cómo se van a posicionar los famosos, y el pueblo. Cuántos
de los que estaban presentes en esas manifestaciones se habrán
dado cuenta de que al señor Aznar le da igual que salgamos 5000
que 5 millones? Cuantos se habrán dado cuenta al fin de que la
manifestación pacífica es insuficiente para hacer respetar
la voluntad del pueblo? Y sobre todo, cuántos estarán
dispuestos a militar activamente, contemplando actividades pacíficas
y otras que no lo sean, en función de la presión a ejercer
en el momento, en contra de un sistema claramente antidemocrático?
Cuantos, de no militar, apoyarán ese tipo de militancia, que
con eso nos contentaríamos? Se nos amarga el dulce. El señor
Aznar no es ningún tonto. Sabe cómo somos los españolitos:
hoy mantiene la misma postura, pero eso sí, suaviza el discurso:
sabe que con eso muchos se quedarán contentos.
Deseamos con toda sinceridad creer que las manifestaciones del 15 F
sean la semilla de una toma de conciencia colectiva sobre hechos que
venimos denunciando desde hace demasiado tiempo, pero también
tememos que una vez más, cuando haya que dejar de montar mani-fiestas
y tamboriladas para llevar en el rostro la rabia, y el descontento,
y el sentido de justicia, nos quedaremos solos. Con todo, tenemos entre
nuestras manos la responsabilidad de no dejar morir el brote, de aprovechar
este atisbo de cambio, de alentar a los que se han echado a las calles
a seguir haciéndolo, y de impulsar su despertar del letargo político.
Esta es quizás nuestra gran oportunidad para mostrar a la sociedad
que este conflicto, al igual que otros muchos, no deriva de la locura
aislada de un tal Bush; sino del resultado del capitalismo más
feroz.
Aprovechemos la pérdida de credibilidad de algunos medios y
grupos políticos para profundizar en la toma de conciencia social.
Replanteemos el debate dentro de la propia izquierda acerca de las posturas
a adoptar. Independientemente de nuestra opinión sobre las movilizaciones,
es innegable que se ha producido un a acercamiento de la ciudadanía
a algunas de nuestras posturas, y que esta es una oportunidad nada desdeñable
de mostrarle a los cuidadanos la relación directa entre capitalismo
e injusticia.
24/02/03
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