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Confusión de conceptos
Rafael Pla-Lopez (13D. Cartas a La Haine)
El texto juega, voluntariamente o no, a la confusión de conceptos. En particular, confunde "acción directa", "autodefensa" y "acción directa violenta".
Si frente a una carga policial un grupo de manifestantes se defiende repeliendo la agresión, está ejerciendo su derecho a la legítima defensa. En este caso podemos hablar de "autodefensa". Ello no es patrimonio de ningún grupo ni tendencia. Por el contrario, y como sí se señala en el texto, surge espontáneamente como respuesta directa a la represión. Otra cosa es que, dada la desigualdad de fuerzas, tal respuesta pueda ser ineficaz. Otra opción es la "autodefensa no violenta" que practican, por ejemplo, los "Monos Blancos", pero al contrario de la respuesta defensiva espontánea, la autodefensa no violenta requiere de un elevado grado de organización y preparación, tanto de entrenamiento como de medios materiales. Cuando se consigue, puede ser más eficaz para neutralizar la represión que la respuesta violenta esponténea. Pero la cuestión debe plantearse, en todo caso, en esos términos, sin cuestionar la legitimidad de la precisamente llamada legítima defensa.
Por otra parte, la destrucción de objetos inanimados no puede llamarse propiamente "violencia". Podría, en todo caso, recibir el nombre genérico de "vandalismo", sin dar connotaciones valorativas a dicho término, que de todas formas parece más adecuado cuando tiene un carácter indiscriminado. En ese sentido, debemos recordar la definición de "Acción Directa No Violenta" de la Acción Global de los Pueblos, como aquélla que no daña a ningún ser vivo.
La "Acción Directa Violenta", por el contrario, sería la que buscara directamente dañar a seres vivos, como pueden ser los miembros de los cuerpos policiales. El juicio sobre tal tipo de acción debería ser contextualizado. No es comparable, por ejemplo, su ejercicio en un régimen sin libertades políticas o en situación de guerra civil con su ejercicio en el marco de una manifestación pacífica, adelantándose a la represión policial o incluso incitándola. Esta última caería, normalmente, dentro de lo que puede llamarse "provocación". De hecho, en las recientes manifestacones antiglobalización (en Barcelona o Génova) ha sido utilizada por policías infiltrados para romper manifestaciones pacíficas y dar una excusa a la represión policial. Yo presencié también acciones de dicho tipo en Niza (podéis leer mi relato en http://www.uv.es/~pla/vacacuer.htm, con una valoración al final del mismo).
Por todo ello, y dados los precedentes, considero imprescindible matizar más de lo que se hace en el texto.. En particular, cualquier propuesta de acción que no incluya el rechazo a las provocaciones me parece notoriamente irresponsable, por hacer el juego a la infiltración policial.
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Kolectivo
La Haine
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