"Actuar cuando todos practican la
espera, cuando no se puede contar con grandes seguimientos, cuando no se
sabe de antemano si se obtendrán resultados; actuar de tal manera
significa ya afirmar por qué se pelea: una sociedad sin medida" Entre el "consenso" de Monterrey y las políticas caseras por decreto Presuntos representantes del pueblo se han reunido una vez más a parlotear. El mejor resumen del encuentro celebrado en Madrid lo constituyen dos titulares extraídos de El País en su edición digital del 17 de mayo: -Aznar pide a la comunidad internacional unidad en la lucha contra
el terrorismo. Las dos declaraciones, lejos de excluirse, se complementan. De un lado, el Presidente de la Unión Europea en su bushobsesión
por el terrorismo -que ha logrado contagiar a los medios de masas (1)
y a gran parte de la opinión pública española- y
su cínico discurso aderezado de grandes palabras: "la batalla
de la Libertad, el Progreso y la Educación". Contrato imperial blindado Por eso no podía suceder otra cosa en Madrid, ni tampoco puede
suceder nada imprevisto en las Cumbres de la Unión Europea, que
se encargarán de adaptar a la región las cláusulas
del férreo contrato imperial, las mismas que luego se aplicarán
-si es preciso, por decreto- en las políticas caseras de los quince
y se exigirán a los que quieran ingresar en el club de los privilegiados.
Así que del lado de Ellos, la cosa estaba clara desde el principio: los jerifaltes de la Unión Europea se afanan por consolidar sus posiciones como depredadores de segunda categoría -compitiendo con los EEUU- en América Latina. Y ello entre calurosos abrazos y declaraciones firmadas de apertura de negociaciones para tal año, documentos sobre "valores comunes" o "acuerdos bilaterales de asociación y libre comercio". La rica Europa tiende la mano a los hermanos pobres de las Américas: "no se puede olvidar la lucha contra la pobreza" (se atreve a decir Aznar); "que no sean los más débiles los que paguen la globalización" (Prodi no le va a la zaga). Y así sucesivamente... La verdad es muy otra. Los que mandan Petras: "ningún país del tercer mundo tiene recursos para `liberalizar´ sus mercados porque el bloque estadounidense-europeo inmediatamente controlará la situación a causa de su superioridad de recursos. El argumento liberal de que el libre comercio incrementará la `competitividad´ de las economías del Tercer Mundo es falso, dado que existe una concentración tan desigual del poder económico en las compañías estadounidenses y europeas"(2) . Los datos son sobrecogedores: El 48% de las mayores compañías y bancos del mundo son de los EEUU; el 30% son europeos; el 10% son japonesas. Total: 88% para la Trilateral contra apenas un 10% del resto del mundo. Por sectores económicos, las cifras -que Petras obtiene de un informe reciente del Finantial Times- establecen con igual contundencia la escalofriante realidad: son estadounidenses cinco de los diez bancos más poderosos del mundo, séis de las diez corporaciones farmacéuticas, cuatro de las diez empresas de telecomunicaciones, cuatro de las diez compañías de petróleo o gas, nueve de las diez compañías de software, siete de las diez empresas de tecnología de la información y nueve de las diez dedicadas al comercio minorista. Un sector queda mayoritariamente en manos europeas: el de las aseguradoras, en proporción de cinco a cuatro. Esos pocos números marcan el abismo. ATTAsCados ¿Y qué decir -una vez más- de la contracumbre madrileña, del Foro Social Trasatlántico apadrinado desde su convocatoria por el mismísimo James Petras? Se han hecho graves reproches al FST(3): renuncia a la confrontación directa, monopolio ilegítimo de ATTAC, vergonzosas negociaciones con policía e instituciones varias, agotamiento del modelo de protesta, yuxtaposición de grupos impermeables... en resumidas cuentas, que si se sale a la calle para pasear (para colmo con el itinerario trazado) y únicamente en las ocasiones que la agenda del enemigo nos marca, quizá sea más destructivo-constructivo sentarse un rato cada día delante del ordenador y animar a la rebeldía desde la Red. Y sin quizá. No deja de resultar chocante que James Petras firmase el llamamiento a la participación en el Foro. Lo digo más que nada por el contraste radical entre la lucidez intelectual y la certera honestidad que se desprenden de lo escrito por Petras, y los equívocos, ambiguos -por no decir cobardes- comportamientos del Foro(4). ¿Otro mundo? Aunque pueda parecer ocioso, incluso redundante, repetiré aquí dos obviedades. Una: la celebración de una Cumbre Unión Europea-América Latina no significa un encuentro entre comunidades, entre ciudadanos, sino entre dirigentes. "Latinoamérica pide...". Falso. "La UE y Latinoamérica avanzan...". Falso. "Aznar pide...". Correcto. Ellos. Los de Arriba. Esos son los que se reunen. Los que vienen preparando "el camino del infierno". Lo dice la palabra: Cumbre. Abajo están los pueblos. Dos: Es posible otro mundo. Son posibles mundos infinitos. Pero hay
que soñarlos, imaginarlos, sentirlos, pensarlos, crearlos... Y
construirlos con los escombros de este. No es un trabalenguas. Es un convencimiento. Y me explico. Los que soñamos otro mundo -me refiero a los que aún creemos en la Utopía, a los que no cedemos ni un solo milímetro en nuestra lucha cotidiana, a los que no nos da miedo ser, y que nos llamen, radicales, a los que no necesitamos andar contando cuantos somos, en fin, ya se hacen una idea- tenemos nuestra propia agenda. Y esa agenda está completa -como decía el Che con palabras mucho más hermosas. Así que esto de planificar una contracumbre es una anotación más en la agenda. No un hito que nos marquen desde Arriba, sino un paso más en nuestro laberinto. De modo que está muy bien aprovechar que se reúnen los eurodéspotas y nos dan ocasión de llamar la atención. Pero claro, si pretendemos una CONTRA cumbre, está perfectamente claro que nuestros objetivos deben ir a la CONTRA de los suyos. Y ello no sólo en el fondo, sino en la forma. Diría más: si sólo marcamos diferencias de contenidos, si sólo nos dedicamos a exponer educadamente lo que pensamos haciendo uso de SU lenguaje, de SUS medios, de SU campo de batalla... entonces estamos perdidos. De ahí la importancia de las formas. Si el objetivo fundamental de Aznar es que "todo transcurra con normalidad" -no podía ser de otra manera puesto que presidir la Unión Europea o cualquier otra entidad imperial consiste en asumir la esencia misma de la normalidad- el contraobjetivo de los de abajo debe ser la alteración de la normalidad; a mayor alteración, más completamente se habrá alcanzado el objetivo. Y para ello hay que empezar desalambrando el redil. Y si el objetivo de Aznar es dar una "buena imagen" de España ante sus compinches, el contraobjetivo rebelde debe ser el de mostrar a la gente la auténtica realidad del Estado Español, que cada cual podrá luego reconocer sin esfuerzo en su propia tierra. La "buena imagen" de Aznar Y es que José Marría -el de los abrazos a Duhalde y Fox- es el mismo que está apoyando el criminal Plan Colombia y presionando a Argentina junto al FMI. El mismo que ha colaborado -como demuestra Izquierda Unida en un reciente informe (5)- con los golpistas de Carmona, asegurado apoyo a Uribe y prometido incluir en la lista negra europea a las FARC. El mismo que reconoce sin rubores que le ha cogido gusto al eurocargo ahora que se termina el semestre: "El jefe del Ejecutivo español planteó que en el futuro el presidente [de la UE] se elija para un mandato de cinco años y que cumpla dos requisitos: que no ocupe responsabilidades políticas en su país y que haya ocupado la jefatura del Estado o de Gobierno con carácter previo". Fuentes fiables aseguran que no añadió: "y que tenga bigote a lo Hitler". Y de puertas adentro, peor Luego están los problemas caseros: la inflación que más bien es inflamación, la emisión de gases contaminantes que sitúa a España cuatro veces por encima de la media europea, los recortes en las prestaciones sociales, privatizaciones, desregulación, pisoteo de las clases humildes y destrozo ecológico como parte del "paquete de medidas" para flexibilizar el mercado... Claro que nada de eso tiene relevancia frente al terrorismo, que "como todo el mundo sabe" es el problema más grave que tiene la sociedad española. De manera que -junto a los despropósitos legislativos perpetrados con la inmigración y la educación- el último engendro que acapara la atención mediática y propicia los más esperpénticos y carpetovetónicos discursos es la Ley de Contrarreforma de Partidos Políticos. Mientras tanto, nuestro eurofuturible se descuelga advirtiendo a la OTAN la necesidad de adecuarse a los "futuros riesgos" y deja caer dos pistas: referencias al 11-s y a los "nacionalismos exacerbados" (¿...?) Lo dicho: imaginemos mundos infinitos... Severino Di Giovanni: "El sentido de la vida en toda su plenitud, en el ambiente en el que vivimos, forma esta corriente de acción que hace temblar a los esbirros del orden constituido". Addenda para anarquistas Personalmente asumo los términos de la convocatoria que lanza Anarquistas Contra el Capital de cara a la cumbre sevillana. Comparto la indignación. Comparto la propuesta estratégica. Comparto el punto de vista radical con el que se analiza. Por eso mismo tengo que escribirles un par de cosas aún a riesgo de parecer atrapado en una deriva cuasifilosófica: El Caos es nuestro. Lo que Ellos pretenden implantar -con tan denodado esfuerzo que casi parece que lo han conseguido- es el Orden. El Caos representa lo espontáneo, la fuerza de la Naturaleza operando por debajo del Orden institucional civilizado. Insisto: civilizado. No es la barbarie tampoco lo que despliegan sobre la gente o sobre el planeta mismo. La guerra, la pobreza, el hambre, la miseria, las enfermedades, la destrucción, el rechazo de las culturas, la racionalización del rechazo, la degradación ecológica, la deshumanización, el control desplegado desde las instituciones educativas, hospitalarias, carcelarias, militares, burocráticas... son consecuencia del Orden Civilizado. Los bárbaros irrumpieron en el Imperio romano. Existían al margen deL Imperio que los definía como no-ciudadanos romanos, como no integrados. La barbarie puede ser efectivamente un símbolo de destrucción, pero sólo desde el punto de vista del Imperio que institucionaliza la destrucción generalizada pretendiendo hacerla invisible. Nuevos bárbaros irrumpirán en el Imperio para alterar el Orden, detener la destrucción y el exterminio, y recuperar el placer sin medida de vivir anárquicamente, caóticamente. Entretanto, no pongamos límites a nuestros propios sueños. Notas 1. Y no sólo de masas. A pie de página convendría
llamar la atención sobre el artículo de Jesús Gómez
"De izquierda, foros y dictadores" (www.lainsignia.org/2002/mayo/ibe_094.htm). |