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De Génova a Washington DC: Sencillamente
confrontación en las calles
x Roberto Delgado y Agnes Cecilia.
Especial para La Haine.
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En Génova tuvo lugar la última manifestación
antiglobalización donde la gente decidió alterar una Cumbre
de líderes mundiales. El objetivo fue llegar hasta el recinto
de las reuniones, y decenas de miles de personas hacia allí fueron,
con un resultado represivo salvaje y por todos conocido. Desde entonces
el objetivo de confrontar directamente a los enemigos del planeta pareció
desaparecer del calendario de los manifestantes antiglobalización.
¿Qué ocurrió en Washington
DC?
En Washington DC, durante el fin de semana del 27-28 de septiembre
de 2002 la gente revivió el espíritu de Génova,
parido en Seattle.
Los manifestantes anunciaron salir a la calle con la intención
de poner los edificios del FMI y BM "en cuarentena". La policía
tuvo que cortar las calles por bloques de cemento coronados por rejas,
para impedir a los militantes cualquier posibilidad de desborde o repliegue
y proteger así a sus señores. 3200 agentes acecharon a
los cerca de 10.000 manifestantes que durante el fin de semana se dieron
cita en DC.
El viernes por la mañana la policía realizó una
operación represiva que fue calificada por la plataforma Convergencia
Anti-Capitalista (ACC) de "sin precedentes", arrestando a
más de 600 activistas, muchos de ellos anarquistas, que participaban
en la convocatoria de "acciones descentralizadas" realizada
por dicha plataforma. Esta convocatoria no contaba con el permiso legal,
y según la policía, el operativo fue realizado de forma
"preventiva". Estas actividades comenzaron a las 6 de la mañana,
de lo que se deduce que fueron protagonizadas por buena parte de los
activistas más comprometidos del movimiento anticapitalista.
Las detenciones masivas no fueron casualidad, había un especial
interés por parte del aparato represivo de actualizar sus registros.
Uno de los colectivos anarquistas perteneciente a la plataforma ACC
señalo que "durante el viernes, día de las acciones
anarquistas, 649 personas fueron arrestadas. La policía de DC
y el FBI estaban preparados, esperando para que cientos de personas
pasaran por el sistema. Les tomaron las huellas dactilares, fotos, nombre,
dirección... y añadieron toda la información de
interés a la base de datos del FBI. Durante la manifestación
del sábado, que en cambio sí estaba legalizada, sólo
11 personas fueron detenidas. Haced las cuentas".
Tal y como recogió el medio alternativo de DC InfoShop, esa
mañana "se utilizó un ámplio abanico de tácticas
para bloquear los cruces y las calles: desde el paseo en bicicleta hasta
el lanzamiento de ruedas ardiendo sobre el Parque George Washington;
se realizaron sentadas pacíficas en los cruces, varias personas
rompieron los cristales del Citibank...".
Pronto los antidisturbios comenzaron los arrestos masivos llenando
con activistas más de 20 autobuses policiales. Una de las redadas
más importantes tuvo lugar en la céntrica Freedom Plaza,
donde 200 personas que partipaban en una "tamborilada contra la
guerra" fueron cercados, esposados e introducidos en autobuses.
En el Parque Pershing, donde cientos de manifestantes se habían
dado cita, se realizaron 349 detenciones.
Gran parte de los más de 600 detenidos esa jornada tuvieron
que pasar largas horas metidos en los autobuses, sin agua, sin poder
ir al baño y sin que se les dijera en ningún momento de
qué se les acusaba. A tal nivel llegó el caracter fascista
de la policía, que según testimonios de los propios afectados,
a los activistas retenidos de varios autobuses se les ofreció
la libertad "a cambio de pagar 100 dólares y enseñar
su carné de identidad", e incluso a muchos no los liberaron
siquiera después de hacerlo.
El planificado nivel de represión fue muy alto, pero los manifestantes
de Washington DC no respondieron escondiéndose; y en efecto,
difícilmente esa podía ser forma de mostrar solidaridad
con los cientos de detenidos.
En la manifestación del día siguiente, el sábado
28 de septiembre, oradores en la manifestación coordinada por
la plataforma desobediente "Movilización por la Justicia
Global" insistían en "confrontar directamente al FMI
y el Banco Mundial".
Tras la marcha, miles de manifestantes atravesaron el centro de la
ciudad hasta Farragut Square, cerca de las intituciones financieras;
allí manifestantes quemaron una bandera norteamericana.
El día anterior la policía había extendido la
zona de exclusión, para mantener aún más alejados
a los activistas de las reuniones de delegados. Después de la
concentración en Farragut Square, los manifestantes continuaron
hasta Morrow Park, frente a los edificios del FMI y BM.
Pero a pesar de tener sobre sus cabezas en inmenso fantasma de la insólita
represion del día anterior, la gente no abandonó la política
de confrontación y las acciones de aislamiento reales y no simbólicas.
A las 19.00 decenas de manifestantes lograron bloquear la salida del
recinto a un furgón lleno de delegados del FMI y BM. El vehículo
retrocedió 20 metros y se abrió paso entre la gente sin
preocuparse por atropellarlos, instantes antes de que interviniera la
policía.
A las 19.30, en medio de un multitudinario dispositivo policial, cerca
de 50 pacifistas (muchos de ellos encapuchados) enlazaron sus brazos
atándolos con cinta gruesa especial, y bloquearon durante más
de una hora una de las calles junto a una barricada policial del perímetro
de las reuniones financieras.
Activistas solidarios les llevaban agua y comida burlando los cercos
policiales. Los cruces, bloqueos y agresiones policiales se sucedieron
durante la tarde-noche. El nivel de compromiso demostrado en Washington
DC fue todo un ejemplo tanto el viernes como el sábado: todos
los accesos al BM y FMI estaban cerrados, ya sea por la policía
o por manifestantes. No había tráfico, las calles estaban
cortadas. No había coches.
La gente paralizó el centro de Washington DC. El FMI y el BM
quedaron en cuarentena.
El papel de los medios
Los grandes medios insistieron en lo peligrosos que habían sido
los manifestantes el viernes 27 de septiembre, los símbolos capitalistas
atacados, etc... Ahora bien, ¿por qué ocultaron las acciones
de bloqueo del sábado? Tanto el Washington Post como The Times,
así como la prensa española concluyeron que la jornada
del sábado 28 de septiembre finalizó "sin incidentes".
Los medios no sólo pretendían fortalecer el sector más
moderado del movimiento en EEUU, con un simple "¿lo veis?,
si haceis la cosas así, sin legalizar, provocais la represión".
Por otro lado, es cierto que el carácter de la confrontación
demostrada el sábado fue principalmente no-violenta. Las acciones
más radicales como los bloqueos al perímetro de las reuniones
financieras, fueron actos de desobediencia civil que se llevaron a cabo
principalmente de manera pacífica. No hubo ataques a la propiedad
privada, ni heridos, ni fuego.
Esto es una muestra más de que aquellos anticapitalistas que
pretenden con su política robar espacios en la prensa del Poder,
no lo harán a través de la no-violencia. Los medios atacan
(seguramente con más facilidad) las acciones violentas, pero
las recojen por ser de mayor interés para a la burguesía.
Pero incluso los medios que susurrando hablaron de bloqueos, los situaron
"después" de la tranquila manifestación principal
y como acciones "aisladas". Propagandizaron el desfile pacífico
y censuraron la confrontación y la desobediencia pacífica
.
Por otro lado los medios pretendieron mostrar la "decepcionante"
cantidad de gente que participó en las acciones. "La policía
se había preparado para controlar a 20.000 personas y no vinieron
ni la mitad" señaló el Washington Post, a la vez
que recordó que el pasado mes de abril decenas de miles de personas
habían participado en las -por ellos mismos denominadas en aquel
entonces como- tranquilas e irrelevantes manifestaciones contra la guerra
desarrolladas en DC.
Frente a esto, Nadine Bloch, participante en la organización
de la marcha de Movilización por la Justicia Global respondió
que "es necesario recuperar las calles tras la presión del
11 de septiembre. Hemos demostrado que el movimiento de resistencia
global sigue vivo y que aún somos capaces de enfrentarnos a las
grandes corporaciones".
Victoria, pues, para los anarquistas, pacifistas y anticapitalistas
radicales.
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