|
El gobierno reprime su autopropaganda para evitar
el efecto llamada a la anticumbre de Madrid
x Inés Arcia
Especial para La Haine
|
Las convocatorias del movimiento antiglobalización,
imparables
Parece que esta vez el gobierno español ha dejado de lado la publicidad
de los negocios europeos en América Latina. Ni siquiera su presidencia
europea le anima a ello. Ante la cumbre de jefes de estado europeos, latinoamericanos
y caribeños del 17-18 de mayo, los medios de comunicación
parecen callar esta vez, y dejar los bombos y los platillos para más
adelante.
En condiciones normales aprovecharían para echarle piropos a esta
incuestionable democracia española y europea, echarían alguna
lagrimilla prometiendo cumplir su agenda de "lucha contra la pobreza",
y de esta manera, conseguirían algún voto más de
aquellas mentes "solidarias" orgánicas del sistema.
Aprovecharían -de paso- para realizar una espectacular demostración
de fuerza, publicitando su capacidad "legitimada constitucionalmente"
de ejercer la violencia. Les vendría bien para achuchar a los que
se les ha olvidado que protestar "no favorece a la democracia".
Pero por lo visto de poco les sirvió todo eso en Barcelona. La
rentabilidad política que el gobierno de Aznar pretendía
sacar con la venerada publicidad de su Cumbre se convirtió en un
jarro de agua fria cuando se encontró con más de 500.000
personas que en la calle le mandaban a él a su familia a... la
guerra (si son tan valientes).
De poco les sirvió intimidarnos con sus cazabombarderos, sus operativos
militares antiterroristas y sus bombardeos mediáticos disuasorios.
La gente salió igual a la calle. Es más, probablemente toda
esa parafernalia represiva fue el detonante para que casi nadie se quedara
en casa, y aprovechara la oportunidad para repudiar a Aznar, a la guerra,
a su estado policial-militar y todo lo insostenible de su economía.
Los formadores de consenso del gobierno estarán experimentado
nuevas formas de apagar el incendio antiglobalización, dado que
los medios de comunicación apenas susurran que este fin de semana
se reunirán los jefes de estado de dos continentes. No en vano
es una forma de evitar el debate social, una forma de silenciar el mensaje
de las protestas.
Es su particular apuesta contra el movimiento. Pero nosotros debemos
contrarrestar este intento y hacer llegar a la sociedad las reivindicaciones
por un mundo más justo. Y si no lo quieren sacar por la tele algo
habrá que hacer, de nuestro lado está la responsabilidad.
¿O es que hay quemar un cajero para salir por la tele?
|