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El No a la guerra y los alborotadores
x Inés Arcia
Especial para La Haine
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El gobierno español y la prensa "independiente"
escrita, oral y visual están muy molestos. Sucede que en las
manifestaciones autorizadas y no autorizadas, la gente llama a los políticos
del PP "asesinos" y a los medios "NODO- manipulación".
No sólo eso, sino que cuando los militantes y cargos medios y
altos del PP, después de apretar junto con Bush y Blair el botón
de la guerra sobre Irak, pretenden ir a inaugurar alguna fuente o algún
polideportivo se encuentran con los tomates, los huevos y las piedras
de los que ellos llaman "alborotadores".
"Le llaman democracia y no lo es" dicen las consignas. La
democracia en los países de la "comunidad internacional"
consiste en que los que no aplauden las políticas de sus gobernantes
y se defienden, pueden ser llamados alegremente asesinos, sus partidos
ilegalizados, sus militantes, simpatizantes, familiares y amigos torturados
y condenados a penas de cárcel eternas, y los gobiernos y poblaciones
de los países que caen en desgracia bombardeados, destruidos
y distribuidos como botín de guerra entre los 4 o 5 que mandan
en el mundo.
Da vergüenza ajena escuchar los discursos en las Cortes o ver
los programas de televisión. Sucede que en el guión de
esta guerra no se tuvo en cuenta la cercanía de las elecciones
y que el PSOE, como buen partido democrático en la oposición,
quiera aprovechar y apuntarse unos cuantos puntos con una propuesta
"plural" que en el fondo no lo compromete a nada. Tampoco
se tuvo en cuenta que los votantes democráticos cada vez tragan
menos los discursos del gobierno. "Que el chapapote lo limpie el
del bigote y que a la guerra vaya la botella". Es tan burdo todo
lo que está pasando, que hasta el más ingenuo se está
dando cuenta que le han estado tomando el pelo. Los votantes que legitiman
la política de nuestros gobernantes van a las manifestaciones
y además de decir No a la guerra piden dimisión y dicen
que en las próximas elecciones los votará su puta madre.
Feo, feo, feo, dice Aznar. Esto así no es señores. El
juego democrático así no funciona. El juego democrático
nuestro consiste en que hoy aprieto democráticamente el botón
de la guerra y mañana inauguro democráticamente una fuente
en Carabanchel. Y resulta que me encuentro con unos alborotadores que
me boicotean. Esto desde luego no se puede permitir. El legitimo sentimiento,
evidentemente irresponsable, del pueblo español de no apoyar
esta guerra se encuentra lleno de rabia, frustración e impotencia.
Después de haber sido convocado una y otra vez desde todos lados
a llamar asesinos a los militantes de ETA, a sus familiares, simpatizantes
y votantes en nombre de la defensa a la vida y en contra la violencia,
los votantes españoles dentro de esa misma lógica, ven
que los que "aprietan el gatillo" hoy se llaman Bush, Blair,
Aznar y su Partido Popular en el gobierno. Y la gente común,
amigos del Basta Ya y de las manos blancas, los votantes de los partidos
democráticos legales, los llaman asesinos, les tiran tomates
y huevos y les dicen que después de bombardear Basora y Bagdad
no es de recibo inaugurar una fuente en Carabanchel.
Me gustaría que los señores dueños de la vida,
de los derechos humanos, de la democracia representativa nos digan quienes
son los asesinos en esta guerra. Porque si hasta ayer era legitimo llamar
asesinos a "los violentos", por qué se mosquean cuando
se los llama a ellos, los que violentan al pueblo iraqui, los que lo
asesinan en masa. ¿O la guerra de Irak no es violencia en su
estado más puro?
En el discuro de los partidos democráticos españoles
los enemigos han estado siempre muy claros: son, como dijera el general
Ibérico Saint Jean en la Argentina del 76, "los subversivos,
sus cómplices, sus simpatizantes, los indiferentes y los tibios",
que entonces fueron implacablemente eliminados(1). En Euskadi la política
de la democracia con la inestimable colaboración del super juez
Garzón, la lucha contra "la subversión" se está
aplicando sin prisa y sin pausa aniquilando a todo lo que huela a izquierda
arbertzale con el aplauso del pueblo español.
Hoy este discurso se les está dando vuelta. Por fin los ciudadanos
en el Estado español y en la "comunidad internacional"
están poniendo nombre y apellido a los asesinos convictos y confesos
(que no presuntos) que aprietan todos los dias desde hace una semana
el botón del genocidio desde el salón de sus palacetes,
mandando a su juventud a matar, como dijera Saramago. ¿Cómo
pretenden recibir algo menos que piedras, huevos, tomates e insultos
de los miles de participantes en las manifestaciones contra la guerra
de Irak?
Notas:
1. - Publicado el 6 de mayo de 1976 en The Guardian, Londres.
[01/04/03]
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