A qué se debe la preocupación de Trump por poner fin al conflicto en Ucrania
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En su primer mes de regreso en la Casa Blanca Trump indicó su interés en anexar Groenlandia y negociar un acuerdo de paz para Ucrania que incluiría el acceso a los minerales y metales ucranianos.
Es importante señalar que Groenlandia ya ha sido un punto de discordia en torno a sus vastas reservas de minerales de tierras raras, con nombres tan notables como disprosio, neodimio, escandio e itrio (hay diecisiete minerales de tierras raras que son fundamentales para cualquier tecnología avanzada).
Dado que Groenlandia forma parte de Dinamarca, está sujeta a las normas de la Unión Europea. En 2011, la UE publicó una lista de materias primas críticas, que incluía estos minerales de tierras raras. Luego, en 2023, la UE aprobó la Ley de Materias Primas Críticas, que instaba a la producción nacional de estos minerales y metales críticos y a su importación al continente.
Ucrania, por su parte, posee un enorme tesoro de tierras raras (desde apatita hasta circonio), así como reservas de litio y titanio (aunque buena parte se encuentra en las nuevas provincias rusas). Trump exigió a Ucrania al menos 500.000 millones de dólares de estas reservas como pago por el apoyo de EEUU en la guerra. "Quiero tener seguridad de tener las tierras raras", dijo Trump a los periodistas a principios de febrero, sonando como un personaje de El Señor de los Anillos.
En la actualidad, tanto EEUU como Europa importan casi todos estos metales raros cruciales de China. A fines de diciembre de 2024, en represalia por el endurecimiento de las sanciones y los aranceles de EEUU al sector tecnológico chino, el gobierno chino prohibió la exportación de antimonio, galio y germanio, así como de materiales superduros (materia con una dureza superior a 40 gigapascales o GPa) a EEUU.
Biden intentó frenar el desarrollo de China en materia de inteligencia artificial y equipos para la fabricación de chips restringiendo la exportación de chips de memoria de gran ancho de banda (HBM) a China. La capacidad de China para reducir la cadena de suministro ha creado una crisis en Occidente, que es precisamente la razón por la que Trump hizo sus comentarios sobre el tesoro de tierras raras de Groenlandia y Ucrania.
Desde el punto de vista de la seguridad nacional, tiene todo el sentido buscar un alto el fuego en Ucrania. EEUU no gana nada con esta guerra, que se ha convertido en una cuestión de prestigio para las élites europeas. Si Trump logra restablecer las relaciones con Rusia, podría utilizarlo para obtener derechos sobre minerales y metales en Ucrania, así como para exigir el control sobre los recursos de Groenlandia (en lugar de una anexión directa).
Pero más que nada, si EEUU logra reactivar las relaciones con Rusia, buscará debilitar la alianza del país con China.
Esta es la estrategia del "Kissinger inverso": bajo la presidencia de Richard Nixon, el asesor de seguridad nacional Henry Kissinger adoptó a fines de los años 1960 una estrategia para hacerse amigo de China con el fin de aislar a la Unión Soviética, mientras que la estrategia de Trump busca aislar a China rompiendo sus vínculos con la potente Rusia.
El 4 de febrero de 2022, China y Rusia firmaron un acuerdo de amistad "sin límites"; veinte días después, las tropas rusas invadieron Ucrania y, a pesar de las dudas sobre este hecho, China apoyó a los rusos durante toda la guerra. Por lo tanto, es poco probable que Rusia acepte una estrategia de Kissinger al revés, aunque hay sectores de la élite rusa que están ansiosos por un acercamiento a Occidente.
EEUU no pierde nada si impone un alto el fuego en Ucrania. Rusia no es una amenaza importante para el control estadounidense sobre la economía mundial (aunque lo sea en lo militar). Es simplemente un exportador de materias primas, concretamente de petróleo, gas natural y otros minerales y metales. EEUU sabe que Rusia no lo atacará con su arsenal nuclear porque eso sería suicida, y sabe que Rusia simplemente quiere una garantía de seguridad de que sus ciudades no se vean amenazadas por armas nucleares intermedias en poder de los estados vecinos.
Sin embargo, EEUU considera a China como una seria amenaza existencial. En las semanas transcurridas desde que Trump comenzó a anunciar sus aranceles y posibles anexiones, una pequeña empresa china presentó una plataforma de aprendizaje automático de código abierto llamada DeepSeek que supera significativamente a ChatGPT, con sede en EEUU, en varios aspectos, incluidas las tareas técnicas y matemáticas.
Al mismo tiempo, durante la inminente prohibición de la plataforma de redes sociales TikTok, los usuarios estadounidenses la abandonaron no por un reemplazo occidental sino por Xiaohongshu (o Red Note) de China.
Finalmente, el dispositivo de fusión nuclear chino Experimental Advanced Superconducting Tokamak (EAST), escribió Physics World, "produjo un plasma de alto confinamiento en estado estable durante 1.066 segundos, rompiendo el récord anterior de EAST de 2023 de 403 segundos".
Este último desarrollo supone un avance hacia el potencial de una planta de energía de fusión, una promesa de energía limpia casi ilimitada y sin residuos radiactivos significativos.
Estos avances no son accidentales, sino consecuencia de una planificación a largo plazo del gobierno chino, encabezado por el Partido Comunista. Desde la era de reformas de 1978, China ha sido cautelosa a la hora de permitir la entrada de capitales e industrias extranjeras al país sin que ello suponga un beneficio para la economía china.
Ese beneficio vino en forma de transferencia de tecnología y ciencia a cambio de acceso al mercado, un acuerdo que las empresas del Norte Global, ávidas de una fuerza laboral de alta calidad y salarios bajos, aceptaron.
El gobierno chino financió sus sistemas de educación superior, ofreció incentivos a la innovación privada y utilizó el excedente de las exportaciones para construir infraestructura. Los avances planificados permitieron al sector industrial de China mejorar sus fuerzas productivas y no depender meramente de la producción intensiva en mano de obra o que utiliza tecnologías antiguas.
Cuando el presidente Xi Jinping utilizó el término "nuevas fuerzas productivas de calidad" durante una visita a la provincia de Heilongjiang en septiembre de 2023, esta idea ya se había manifestado en las nuevas fábricas de toda China (es decir, fábricas "oscuras" o totalmente automatizadas).
En marzo de 2024, en la reunión de dos sesiones, la frase "nuevas fuerzas productivas de calidad" entró en el informe sobre la labor del gobierno. El tercer pleno de julio de 2024 profundizó el concepto centrándose en la promoción de "avances tecnológicos revolucionarios, asignación innovadora de fuerzas productivas y transformación industrial en profundidad y modernización de las industrias".
El Instituto Australiano de Política Estratégica, creado por el gobierno australiano en 2001 y financiado en parte por el ejército australiano, ha desarrollado un sistema de seguimiento de tecnologías críticas que lleva un registro detallado de sesenta y cuatro de esas tecnologías. Su último informe, de agosto de 2024, ofrece una evaluación de veintiún años de los países que lideran el desarrollo de tecnologías críticas.
Entre 2003 y 2007, EEUU fue líder en 60 de 64 tecnologías, mientras que China lo fue en solo 3 de ellas. Sin embargo, entre 2019 y 2023, EEUU fue líder en solo 7 de las 64, mientras que China lo fue en cincuenta y siete.
China es líder en áreas tan diversas como el diseño y fabricación de circuitos integrados avanzados (fabricación de chips semiconductores), sensores gravitacionales, computación de alto rendimiento, sensores cuánticos y tecnología de lanzamiento espacial.
EEUU es líder en relojes atómicos, ingeniería genética, medicina nuclear y radioterapia, computación cuántica, satélites pequeños, vacunas y contramedidas médicas. El informe señala que "las enormes inversiones y décadas de planificación estratégica de China están dando sus frutos".
El compromiso con la innovación se ha extendido por toda la sociedad china. En la Nueva Área de Lingang, en Shanghái, el gobierno local ha articulado políticas para crear una zona industrial con capacidad informática de alto nivel que acelere la innovación industrial a través de las nuevas fuerzas productivas de calidad que se han creado.
Mientras tanto, Trump ha anunciado profundos recortes a la financiación científica en EEUU. A finales de enero apareció un ensayo en Chatham House con el urgente título "El mundo debería tomar en serio la perspectiva del dominio tecnológico chino y empezar a prepararse ahora". Es interesante que el titular no se centrara directamente en EEUU sino en "el mundo", porque al autor le preocupaba que "en el escenario más extremo, China pudiera eclipsar a EEUU rápidamente".
En 1891, el difunto poeta y diplomático de la dinastía Qing Huang Zunxian (1848-1905) tomó el ascensor hasta la galería de observación de la Torre Eiffel (inaugurada sólo dos años antes). Huang escribió un poema, Sobre la escalada a la Torre Eiffel, relatando las extraordinarias vistas que disfrutó desde allí, mirando hacia abajo a los «millones de acres de las tierras más fértiles del mundo».
Aunque la tecnología que le permitió disfrutar de esta vista lo impresionó, lo que había en el terreno lo cautivó menos:
"Toda Europa es un antiguo campo de batalla; sus habitantes aman la guerra y no hacen concesiones a la ligera. Hoy, seis grandes emperadores se reparten el continente, cada uno de ellos alardeando de ser el líder más fuerte del mundo. Estos individuos se parecen a los reyes proverbiales en una concha de caracol, que perdieron el tiempo sumando victorias y derrotas."
Hoy en día no ha cambiado mucho, salvo el vocabulario del campo de batalla: aranceles, medidas coercitivas unilaterales, misiles nucleares intermedios y la cúpula de hierro.
Durante la pandemia, la consigna en países aliados de EEUU como India fue "colaboración, no confrontación". Sería mucho mejor si EEUU decidiera colaborar con China por el bienestar del planeta en lugar de tratar de obligar al país a revertir su desarrollo.
* Director de Tricontinental: Institute for Social Research
observatoriocrisis.com