Los ricos de Franco
Del franquismo a la Monarquía: Las claves que permitieron a las grandes fortunas acumuladas durante la dictadura no solo mantenerlas intactas sino, además, multiplicarlas
Mariano Sánchez Soler, periodista, escritor y uno de los grandes cronistas de la reciente historia económica y política de España, nos ofrece en el libro "Los ricos de Franco" una investigación rigurosa y contundente sobre el poder económico que floreció durante los 40 años de dictadura franquista y su proyección y continuidad a través del sistema político de la Monarquía hasta nuestros días .
Publicado en un contexto donde las desigualdades sociales y la concentración de riqueza son temas recurrentes, este libro arroja luz sobre cómo una elite de familias que se enriquecieron bajo el amparo del régimen dictatorial no solo contribuyeron al diseño de la denominada "Transición a la democracia" sino que, además, se adaptaron perfectamente al nuevo Régimen político resultante de la misma. A través de sus instituciones consolidaron aún más su control de sectores clave de la economía como la Banca, la Construcción, la Energía y los medios de comunicación, tal y como ya lo habían hecho durante la dictadura de Franco.
Sánchez Soler, autor también de obras como "La transición sangrienta" y "Ricos por la patria", ha dedicado su carrera a explorar las conexiones entre el poder político y el poder económico en la España contemporánea.
En el libro que hoy "entrevistamos", "Los ricos de Franco", Soler aplica su estilo característico de investigación exhaustiva y análisis crítico para desentrañar los mecanismos que permitieron a estas elites continuar manteniendo su posición dominante en la superestructura del país.
Este libro, pues, no solo es una crónica histórica, sino también una reflexión sobre el impacto del franquismo en la estructura económica actual y sobre la persistencia del lema lampedusiano de "cambiar algunas cosas, para que nada de lo esencial cambie".
----
¿Cómo surgieron las grandes fortunas en los inicios del Régimen franquista, y qué papel jugaron en la economía de posguerra? ¿Cuál fue la relación directa de estas familias con Franco y su círculo cercano en la acumulación de riqueza?
Las grandes fortunas surgieron, básicamente, del caos. Imagine a una España devastada por la Guerra Civil, con un tejido económico quebrado, escasez absoluta de bienes básicos y una economía que debía ser reconstruida desde cero. En ese contexto, Franco otorgó privilegios extraordinarios a empresarios leales a su causa y que financiaron la insurrección militar contra la II República.
Estos personajes no eran desconocidos. La mayoría de ellos habían apoyado financieramente el golpe de Estado y recibieron su recompensa en forma de concesiones estatales, contratos públicos, acceso privilegiado a sectores clave de la economía del país e, incluso, títulos nobiliarios.
El Régimen de posguerra fue un sistema clientelar puro y duro. Los negocios dependían de los contactos directos que se tuvieran con personajes integrantes del poder político, y eran Franco y su círculo cercano los que distribuían favores entre sus aliados.
Por ejemplo, figuras como Juan March, conocido como "el banquero de Franco", manejaron los hilos financieros desde los primeros años, controlando la Banca y obteniendo beneficios colosales del contrabando y la especulación.
Las expropiaciones también desempeñaron un papel importante. Tierras y bienes fueron confiscados a republicanos y redistribuidos entre los aliados del Régimen. Así, familias como los Banús o los Koplowitz se hicieron con recursos que les permitieron construir auténticos imperios empresariales.
Las familias más cercanas al Régimen franquista lograron amasar enormes fortunas en un país empobrecido y aislado gracias a una combinación de privilegios otorgados por la dictadura, ausencia de competencia y explotación de recursos públicos.
Durante el franquismo, el Estado asignó recursos estratégicos a un pequeño grupo de familias leales al sistema, creando monopolios o concesiones exclusivas en sectores clave como la energía, el transporte y las comunicaciones. Estas concesiones proporcionaban beneficios garantizados y eliminaban cualquier posibilidad de competencia.
En la Banca y las finanzas figuras como Juan March obtuvieron el control sobre el sistema bancario, utilizando sus conexiones con el Régimen para poder monopolizar estos sectores financieros.
En la construcción, empresas como las de Banús se beneficiaron de enormes proyectos estatales de infraestructura, incluida la construcción de viviendas sociales y grandes autopistas.
¿De qué manera contribuyó la autarquía económica a consolidar el poder de estas familias? ¿Qué sectores estratégicos (como la banca, la energía o la construcción) fueron clave para el crecimiento de estas elites durante los primeros años del régimen?
Una vez acabada la guerra, entre 1939 y 1959, Franco impuso un régimen económico autárquico, consistente en una suerte de "autosuficiencia económica". España se aisló del resto del mundo. Aquello resultó una verdadera bendición para las familias leales al Régimen. Al cerrar el país a cal y canto al comercio internacional, se crearon monopolios internos que beneficiaron a unas pocas manos. Si querías fabricar, importar o exportar algo, necesitabas el visto bueno del Estado. Y fue ahí donde las familias de la elite económica se posicionaron como intermediarios clave.
La Banca fue uno de los sectores más estratégicos. Los banqueros franquistas, como los Fierro y los March, controlaron el acceso al crédito, algo imprescindible en una economía aislada. La energía también fue vital: empresas como Fenosa, controlada por la familia Barrié, monopolizaron la distribución eléctrica, mientras que los Oriol hicieron lo mismo con el petróleo.
Y qué decir de la construcción. Familias como los Banús y los Koplowitz se beneficiaron enormemente de los proyectos de reconstrucción nacional. Desde viviendas sociales hasta grandes obras públicas, todo estaba perfectamente diseñado para que el Estado financiara la acumulación de riqueza de estas elites.
¿Facilitó el hecho de que los sindicatos de clase estuvieran prohibidos la multiplicación de los beneficios empresariales para estas familias?
Rotundamente sí. ¡Y de qué manera! El Régimen no solo puso fuera de la ley a los sindicatos independientes. Se permitió también crear un sistema perfectamente diseñado para favorecer a los empresarios. Se implantó lo que llamaron el "sindicalismo vertical", controlado por el franquismo, que en teoría pretendía, paradógicamente, representar tanto a trabajadores como a empresarios. En la práctica, los trabajadores no tenían voz ni voto.
Esto significaba que los empresarios podían pagar salarios ínfimos sin temor a que se produjeran huelgas, reivindicaciones colectivas o cualquier otro tipo de agitación social. Tenían las manos libres para apretar los que desearan en cuestiones de salarios o en las horas de la jornada laboral. Además, la represión política mantenía a los trabajadores a raya. Cualquier intento de protesta podía ser aplastado con encarcelamientos o despidos masivos o, incluso, con efectos peores.
El resultado fue, obviamente, una mano de obra barata y sumisa que engordaba de manera exponencial los márgenes de beneficio de estas empresas. Así, mientras los trabajadores malvivían con sueldos misérrimos, las familias de la elite acumulaban grandes cantidades de capital que luego reinvertían en sus negocios.
Durante el llamado "desarrollismo" de los años 60, ¿cómo aprovecharon estas familias las políticas estatales para expandir sus fortunas? ¿Qué papel desempeñaron los tecnócratas del Opus Dei en la transformación económica que favoreció a estas elites?
El desarrollismo de los años 60 fue la "época dorada" para todas estas familias. Las políticas estatales impulsadas por los tecnócratas del Opus Dei transformaron la economía autárquica en un modelo de crecimiento acelerado. El Estado invirtió en infraestructura, industria y turismo, y las elites franquistas estuvieron en primera fila a la hora recoger los beneficios.
Los tecnócratas, educados en instituciones como la Universidad de Deusto, promovieron planes como el de Estabilización de 1959, que atrajo inversión extranjera y modernizó la economía. Pero ese dinero y esas oportunidades no estaban al alcance de cualquiera: las familias bien conectadas, como los Oriol y los Koplowitz, recibieron contratos estatales para llevar a cabo los grandes proyectos industriales y de construcción.
Cuando a finales de la década de los 50 , la economía española comenzó a perder sus rasgos autárquicos y se inicia su enlazamiento con la economía europea, ¿no supone esa circunstancia un quiebro para un capitalismo como el español que no tropezaba con la competencia de la producción foránea?
Ni mucho menos. Sucedió justamente todo lo contrario. La liberalización económica de los años 70 y 80, junto con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), ofreció nuevas oportunidades para que estas elites consolidaran sus fortunas. Mientras tanto, la falta de una reforma fiscal redistributiva y de políticas para ampliar las posibilidades de acceso al capital no hicieron otra cosa que consolidar las desigualdades sociales y económicas.
¿Qué impacto tuvo la irrupción del turismo en la formacion de grandes fortunas, como las de la familia Meliá? ¿Cómo contribuyó la inversión masiva en infraestructuras públicas al enriquecimiento de familias constructoras como los Banús o los Koplowitz?
El turismo fue un catalizador tremendo para la economía de los años 60. España pasó de ser un país cerrado al mundo, a convertirse en uno de los destinos turísticos más importantes de Europa.
Familias como los Meliá se beneficiaron al adquirir terrenos estratégicos, muchas veces recalificados intencionadamente para que se les beneficiara, y luego emprendieron el negocio de la construcción de hoteles que atrajeron a millones de turistas.
Paralelamente, la inversión pública en infraestructuras también engordó a muchas fortunas. Los Banús, por ejemplo, se especializaron en construir urbanizaciones masivas, desde viviendas sociales hasta lujosos complejos turísticos. Los Koplowitz, por su parte, aprovecharon los contratos estatales para construir carreteras, puentes y grandes edificios públicos.
LA TRANSICIÓN POLÍTICA: "CAMBIAR ALGUNAS COSAS PARA QUE TODO SIGA SIENDO ESENCIALMENTE IGUAL"
¿Qué estrategias utilizaron esas elites franquistas para adaptarse a la Transición política? ¿Influyó el modelo de reforma pactada en la continuidad de las grandes fortunas acumuladas durante la dictadura?
La llamada "transición política española" fue un proceso pactado y no una ruptura total con el franquismo. Según el autor, ello permitió que las elites económicas conservaran su posición, adaptándose de manera clónica al nuevo contexto político. La falta de una depuración efectiva de las estructuras económicas y políticas del Régimen contribuyó a esta continuidad.
Bajo el lema lampedusiano de "cambiar todo para que nada cambie", las elites franquistas se reinventaron como "demócratas de toda la vida" y lograron así consolidar aún más su posición en la sociedad española.
Muchos de los antiguos ministros y altos cargos franquistas asumieron puestos de primer orden en las grandes empresas privadas y en sus Consejos de Administración, mientras sus descendientes se formaban para continuar manteniendo el control económico sobre el país.
Sucedió, además, que estas poderosas familias, al haber acumulado inmensas fortunas durante la dictadura, pudieron diversificar sus inversiones y garantizar la educación y preparación de sus descendientes en las mejores instituciones nacionales e internacionales. Esto permitió que los herederos no solo conservaran las empresas familiares, sino que también ocuparan nuevas posiciones de liderazgo en sectores emergentes.
Por ejemplo, los hijos y nietos de figuras clave del franquismo siguen visiblemente presentes en las empresas más emblemáticas del país y, también, en el conjunto de la Banca actual. Apellidos como los Cortina, Oriol, Koplowitz y Rato sirven para ilustrar cómo la riqueza y el poder han sido transmitidos de generación en generación.
La clave de su éxito fue adaptarse sin perder sus privilegios. Durante la "transición", estas familias se presentaron como "modernizadores", minimizando su vínculo con el franquismo. Muchos de ellos contrataron asesores y establecieron fuertes nexos con políticos emergentes para garantizar su continuidad.
El modelo de "reforma pactada" también jugó a su favor. Al evitar una ruptura drástica con el pasado, las estructuras económicas del franquismo permanecieron absolutamente intactas. Así que mientras el sistema político cambiaba, las elites económicas conservaron su control sobre sectores clave como la Banca y la Energía.
¿Qué papel desempeñaron los exministros franquistas en lo que podíamos denominar la "transición económica" y en el consiguiente reciclaje de las elites?
Los exministros franquistas fueron fundamentales en el reciclaje de las elites. Personas como Rodolfo Martín Villa, José María López de Letona y Fernando Suárez se movieron de los Ministerios franquistas a los Consejos de Administración de las mayores empresas del país. Esto les permitió mantener su influencia tanto en la política como en la economía.
Estos hombres actuaron como puentes entre las antiguas y nuevas estructuras de poder, facilitando que las familias franquistas se adaptaran al nuevo entorno político.
¿Cómo lograron estas familias mantener el control de sectores estratégicos como la Energía, la Banca y las telecomunicaciones en el nuevo sistema político? ¿Podrías proporcionarnos ejemplos concretos de la forma en la que operaron.
¿Quieres conocer ejemplos más concretos de cómo operaron? Aquí tienes una ristra de ejemplos concretos de cómo operaron las elites económicas vinculadas al franquismo para beneficiarse de las privatizaciones, consolidando su control en sectores estratégicos:
Telefónica, por ejemplo, la mayor compañía de telecomunicaciones en España, fue privatizada entre 1995 y 1999 durante el gobierno de José María Aznar. Esa operación estuvo marcada por una determinante influencia política.
Juan Villalonga, presidente de Telefónica (1996-2000) y amigo personal de Aznar desde la infancia, fue nombrado al frente de la empresa tras su privatización. Bajo su liderazgo, Telefónica no solo mantuvo su posición dominante en España, sino que se expandió agresivamente por América Latina. Familias como los March y grupos financieros aliados al Régimen franquista adquirieron importantes participaciones en la compañía. Usaron su poder económico para asegurar que Telefónica siguiera siendo un actor central en las telecomunicaciones.
Vayamos ahora con Endesa. Endesa, una de las principales eléctricas de España, fue privatizada en varias fases entre 1988 y 1998. Las elites económicas franquistas aprovecharon esta oportunidad para reforzar su control sobre el sector energético. Los Oriol y los Aguirre, dos familias ya influyentes en la energía desde la época de la dictadura, jugaron un papel crucial en la adquisición de participaciones significativas en Endesa y otras compañías energéticas como Iberdrola. Utilizaron su capacidad financiera para participar en procesos de fusión y adquisición dentro del sector, asegurándose un control estratégico a largo plazo.
Otra, Repsol. Fue privatizada en los años 90, pasó a manos de un reducido grupo de inversores con vínculos históricos con las antiguas elites franquistas. Bancos como el Banco Hispano Americano, controlado por familias próximas a la dictadura como los Fierro, actuaron como intermediarios en las adquisiciones de acciones de Repsol, asegurando que el control permaneciera dentro de su red de influencia. Una vez privatizada, Repsol se convirtió en una multinacional líder, reforzando la presencia de estas elites en mercados globales.
Pasemos ahora a referirnos a Argentaria. Como se sabe, Argentaria era un conglomerado de bancos públicos que fue privatizado en los años 90 y, posteriormente, integrado en el BBVA. Este proceso permitió que las familias más poderosas del franquismo consolidaran su influencia en el sector financiero. Los March y los Abelló adquirieron participaciones significativas en la entidad, utilizando su capital acumulado durante el franquismo para posicionarse en la nueva banca privada.
Tabacalera, la principal compañía de tabacos de España, fue igualmente privatizada en los años 90. Las elites franquistas, a través de redes financieras y contactos políticos, se beneficiaron de esta operación. Aunque ya no era una figura prominente en esta etapa, la participación histórica de José María Ruiz-Mateos en Rumasa marcó el camino para que otros empresarios franquistas se posicionaran en el sector privado. Tabacalera se fusionó con Seita (Francia), formando Altadis, una de las mayores compañías tabacaleras de Europa, y controlada por accionistas bien conectados.
¿Continúo? Esto va a terminar cansando a los lectores. Bien. Familias vinculadas al franquismo, como los Carceller, reforzaron su control en este sector gracias a la privatización de Gas Natural, un actor clave en el mercado energético.
Gracias a la riqueza acumulada durante el franquismo, estas familias poseían los recursos necesarios para adquirir acciones de las empresas privatizadas. Las conexiones políticas con los gobiernos encargados de las privatizaciones les garantizaron la información y las oportunidades exclusivas. Una vez adquiridas las empresas, estas familias se aseguraron su control a través de la ocupación de puestos clave en los órganos de decisión, como son los Consejos de Administración.
¿Cuáles han sido los resultados de estos procesos?
El resultado de estas privatizaciones fue la consolidación del poder de las elites económicas en sectores clave como la energía, la banca y las telecomunicaciones. Aunque las empresas dejaron de ser públicas, su control quedó en manos privadas que dinámicas oligárquicas, limitando la competencia y favoreciendo la inmensa concentración de la riqueza que existe hoy en España.
Canarias Semanal