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Bolivia: 3 campesinos muertos por impactos de
bala y miles de jubilados detenidos
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Bolivia. 15/01/03. Clajadep/La Haine.-
Tres campesinos murieron ayer en el trópico por impactos de bala,
en una jornada marcada por la represión policial y militar, y
por las acciones de desobediencia y resistencia de los campesinos. La
muerte de Rómulo Gonzales, en la población de Colomi,
y Félix Colque, fue confirmada por el ministro de Gobierno, Alberto
Gasser, en una conferencia de prensa realizada ayer en esta ciudad.
La tercera muerte sucedió anoche, cuando
Wily Hinojosa, de 23 años, era trasladado a Santa Cruz en helicóptero,
después de haber recibido un disparo en el abdomen.
Mientras los conflictos se agravan, el transporte de Cochabamba a Santa
Cruz y La Paz está paralizado, las pérdidas económicas
se inflan y la Defensora del Pueblo, Derechos Humanos y la Iglesia Católica
exigen sentarse en la mesa del diálogo.
Exigen diálogo
El Defensor del Pueblo, la Iglesia Católica y la Asamblea Permanente
de Derechos Humanos buscan articular un bloque que facilite el acercamiento
del Poder Ejecutivo con los productores de coca del Chapare. La Defensora
del Pueblo informó que el jueves sostendrá una reunión
con representantes de ambas partes. El presidente de la República,
Gonzalo Sánchez de Lozada, declaró ayer en Quito que si
se enteraba de la muerte de los cocaleros estando aún en el país
no hubiera decidido asistir a la asunción del nuevo presidente
del Ecuador, Lucio Gutiérrez.
Gobierno interviene por la fuerza marcha
de jubilados
El gobierno reprimió durante la madrugada
la marcha de jubilados en Calamarca, adonde desplazó centenanares
de policías y militares, quienes con el uso de la violencia obligaron
a los ancianos a abordar los buses contratados y dispuestos para el
operativo.
Ante la resistencia de los rentistas, particularmente las mujeres, lo
primero que hizo la Policía fue detener a los dirigentes, quienes
ya habían sido identificados previamente por agentes de Inteligencia.
Entretanto, un contingente de las Fuerzas Armadas controlaba, a un kilómetro
de distancia, el perímetro de Calamarca, ubicada a 57 kilómetros
del sur de La Paz, sobre la carretera a Oruro.
“No hemos venido a reprimir, queremos llevarnos a los enfermitos
(...) Éste es un operativo de características humanitarias”,
dijo sin despeinarse a La Prensa el subcomandante de la Policía
de La Paz, coronel Juan de Dios Alfaro, quien lideró la operación
represiva.
Sin embargo, los policías propiciaron la acción "humanitaria"
pertrechados con equipos antimotines y gases lacrimógenos. Para
justificar el operativo, estuvo presente el representante del Ministerio
Público, Marco Antonio Villa, quien dijo que la intervención
"se cumplió bajo el mandato de la Constitución Política
del Estado, que garantiza el derecho a la vida”. Cuestionado acerca
de si la protesta también es un derecho constitucional, la autoridad
fiscal dijo que "lo más importante en este caso es preservar
la vida”.
Sin embargo, la policía atacó la marcha con violencia
y la resitencia lanzada por los jubilados no evitó la detención
de miles de ellos.
Hasta la madrugada, la Policía no había encontrado al
secretario ejecutivo de la Confederación de Jubilados y Rentistas
de Bolivia, Wenceslao Argandoña, quien fue puesto a buen recaudo
por sus compañeros.
Desde las 22.00, el Ministerio de Gobierno desplazó al lugar
más de 30 buses de servicio interdepartamental contratados en
la Terminal de Buses. Además de esos vehículos, fueron
utilizados otros de las Fuerzas Armadas, del Servicio Nacional de Caminos
y de la Prefectura de La Paz. No faltó el servicio de emergencias
a través de una decena de ambulancias.
Aproximadamente a las 23.30, dos vagonetas, con inscripciones del Proyecto
de Desarrollo Rural del Banco Mundial, llamaron la atención de
los jubilados, a cuyos ocupantes preguntaron si es que en el camino
estaban desplazados los policías. La respuesta fue “no,
no hay nada”. Más tarde, de esos vehículos descendieron
agentes civiles que se encargaron de participar en el operativo.
Así, miles de ancianos fueron trasladados hacia La Paz, de donde
serán despachados a sus distritos de origen.
[más información: IMC
Bolivia y Cladep]
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