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El objetivo final somos todos...
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Chile: Redada político-judicial contra la Coordinadora
Arauco-Malleco
x Pedro Cayuqueo
Kolectivo Mapuche Lientur
El Ministerio del Interior, a través del subsecretario de la
cartera Jorge Correa Sutil, ha solicitado a los tribunales de justicia
de la Novena Región procesar a los miembros de la Coordinadora
Arauco-Malleco detenidos en Temuko en virtud de aquel engendro de la
seguridad nacional pinochetista denominado como Ley Antiterrorista.
Se trata, por cierto, de la crónica de una persecución
política anunciada, ante la cual todas aquellas discusiones de
carácter jurídico y legal respecto de la pertinencia o
no del uso de determinado cuerpo jurídico o de las características
de los delitos cometidos por los hermanos detenidos carecen ya de total
importancia.
Asistimos, por el contrario, a una decisión de seguridad nacional
de profundas connotaciones políticas, como lo fue, por ejemplo,
cuando el año 1990 se oficializó la creación de
la Oficina de Seguridad Pública, con el objetivo inalterable
de combatir a quienes el Estado consideraba por aquellos años
como sus mayores enemigos políticos, aquellas agrupaciones armadas
de ultra izquierda a quienes calificaba de la peor forma posible ante
los medios de comunicación («terroristas», «violentos»,
«extremistas»...) y quienes, sin embargo, insistían
en reclamarle en su cara una transformación radical del sistema
democrático chileno en beneficio de la mayoría de los
sectores populares excluidos del famoso pacto de la transición.
Nuevamente hoy, a doce años de retornada la democracia a país,
las autoridades de gobierno deciden embestir políticamente a
través de los tribunales de justicia y todo su aparataje represivo
en contra de un sector político -en este caso mapuche- que cuestiona
tanto su institucionalidad opresora como aquellos intereses de todo
orden que se han ido consolidando con la venia gubernamental al interior
del maltratado territorio histórico de nuestro pueblo.
La respuesta a la pregunta de si el Estado chileno persigue a un determinado
sector del movimiento mapuche por su pretendido carácter violento
o porque, en realidad, defiende derechos que le han sido negados históricamente,
ofrece muchas pistas para conocer las verdaderas intenciones del ejecutivo
chileno en la persecución actual en contra de la Coordinadora.
¿Se trata de evitar la violencia mapuche en la zona sur o de
obstaculizar el trabajo político a quien pretende superar el
sacrosanto estado de dominación neocolonial vigente y apostar
por la reconstrucción de la utopía del país mapuche?.
La respuesta resulta a todas luces evidente. Más aun si constatamos
que a la luz de los hechos investigados por los tribunales de justicia
en los últimos meses, la supuesta "violencia terrorista"
de la Coordinadora no ha pasado de ser una legítima reacción
de las comunidades frente a las constantes agresiones y atropellos de
que han sido víctimas por parte de guardias forestales, grupos
paramilitares y la ya reconocida prepotencia de las fuerzas policiales.
Prepotencia que, digámoslo con todas sus letras, ha adquirido
ribetes de terrorismo de estado en las últimas semanas con el
asesinato hasta ahora impune del joven comunero de Ercilla, Edmundo
Lemún.
En los hechos, la tan comentada escalada de violencia de la que se
acusa a los miembros de la Coordinadora no ha dejado de ser un legítimo
ejercicio de autodefensa, derecho humano fundamental tanto en este como
en otros sistemas jurídicos y que por lo demás se ha manifestado
mayoritariamente con métodos artesanales y no precisamente haciendo
gala del profesionalismo propio de los denominados grupos "terroristas"
que tanto parecieran atemorizar al gobierno, la clase política
y los empresarios nacionales y extranjeros.
¿Qué es lo que se esconde entonces tras esta espectacular
persecución político-judicial?. Simplemente la necesidad
del gobierno por desarticular una organización mapuche que -más
allá de sus particulares métodos de lucha y estrategias
de construcción político-social- apuesta concretamente
a la generación de un discurso y una práctica mapuche
de corte autonomista y revolucionaria. No son los únicos, claro
está, otras agrupaciones mapuches también levantan y construyen
desde sus propios espacios de acción discursos y prácticas
que tienen como norte la reconquista de derechos políticos y
territoriales por parte de nuestro pueblo, pero sin duda es en la Coordinadora
donde aquella lógica de reconstrucción nacional adquiere
ribetes de "peligro público" para las autoridades.
En cualquier caso, no cabe ni la menor duda de que cualquier formación
autonomista mapuche, llámese Coordinadora, Identidad Territorial
o Frente por la Liberación, será ilegal de ahora en adelante
a los ojos de la legislación y el ordenamiento jurídico
chileno, lo que, en primera instancia, retrata claramente el carácter
neocolonialista de dicha legislación y desmiente, por otro lado,
aquello de que toda aspiración política justa es defendible
en el marco de la legalidad y los estrechos márgenes del sacrosanto
estado de derecho. Esto quedará más que demostrado toda
vez que aquellas organizaciones mapuche autonomistas como el Consejo
de Todas las Tierras, la Identidad Territorial Lafkenche o la Identidad
Territorial Nagche rompan de manera paulatina relaciones con el Estado
o, dejando sectarismos nefastos y afanes de protagonismo de lado, sean
capaces de confluir en un referente o movimiento político mayor
con las mismas características y con pretensiones de poder y
no precisamente de administración.
Independientemente de lo digan o dejen de decir las instituciones del
Estado chileno, ¿es ante los ojos del movimiento mapuche en general
el de la Coordinadora un proyecto político ilegítimo?.
Por supuesto que no. Tan solo se trata de la primera organización
mapuche de este nuevo siglo y con reivindicaciones nacionalitarias que
ha sido declarada ilegal y perseguida por la maquinaria colonialista
del Estado chileno. A comienzos de la década de los noventa le
correspondió el turno al Consejo de Todas las Tierras, quizás
la primera organización mapuche en plantear de manera pública
el derecho de los mapuche a su autodeterminación nacional. Mañana,
créanme que nos tocará el turno a cada uno de nosotros.
* El autor es dirigente universitario mapuche.
Sitio web: http://www.nodo50.org/kolectivolientur
Email: kolectivolientur@hotmail.com
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