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Desde Chile: Sobre los ataques sufridos por las
Torres Gemelas del World Trade Center neoyorquino y el Pentágono
en Washington
x Amalia Álvarez
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En cuanto a la exposición mediática
que indiscriminadamente se ha venido otorgando -y merced a ignorar los
propios y graves problemas que aquejan a nuestro país- a los
ataques sufridos por las Torres Gemelas del World Trade Center neoyorquino
y al Pentágono en Washington, permítame hacer presentes
a vuestros lectores los datos que siguen.
Estados Unidos ha sido el único país en usar armas atómicas
en una guerra, borrando Hiroshima y Nagasaki de la faz de la tierra
e incinerando a más de 200 mil civiles inocentes en agosto de
1945. Esto ocurrió después de hacer llover sobre Tokio
bombas incendiarias (matando a 100 mil personas en un solo ataque),
así como sobre Hamburgo (50 mil muertos) y Dresden (225 mil).
Ni uno solo de estos ataques estuvo dirigido contra blancos militares,
sino que abiertamente tuvieron el propósito de aterrorizar a
la población civil. Las fuerzas de EE.UU. infligieron más
de un millón de muertos al pueblo coreano durante la Guerra de
Corea. En la Guerra de Vietnam, EE.UU. lanzó enormes cantidades
de bombas, y armas químicas como napalm y agente naranja, matando
a más de dos millones de vietnamitas en el curso de sufrir una
humillante derrota. En Irak, el bombardeo deliberado de obras hidráulicas
y plantas eléctricas seguido de una década de brutales
"sanciones" económicas, ha causado la muerte de más
de un millón de niños. Asimismo, mientras continúan
los bombardeos contra Irak con el pretexto de que Bagdad pudiera desarrollar
armas químicas y biológicas, se ha confirmado que EE.UU.
no sólo tiene un enorme arsenal de tales armas, sino que está
desarrollando variedades más poderosas de ántrax y otros
agentes mortales. Por su parte, Israel, tradicional aliado de EE.UU.,
tiene también armas químico-biológicas y es hoy,
además, la tercera potencia nuclear en el mundo.
Teniendo en cuenta tan decidores e incontrovertidos antecedentes, cabe,
con razón, preguntarse hasta donde irá a llegar el grado
de subdesarrollo y permeabilidad mental de los chilenos, que, influidos
hasta la saciedad por los medios, no se dan el tiempo de cuestionar
nada, condoliéndose automáticamente con un estado asesino
e hipócrita como EE.UU. Es claro que hubo muchas víctimas
inocentes en los ataques al World Trade Center y al Pentágono,
pero ni los videos malamente trucados que buscan inculpar a un millonario
saudita -y ex agente del mismo gobierno estadounidense- para justificar
la agresión a un estado soberano como Afganistán, ni las
miles de horas de hábil propaganda que debemos absorber a diario
deben hacer olvidarnos de aquellas otras víctimas, cuyas familias
no tuvieron derecho a voz ni millonarias indemnizaciones, menos un reportaje
o película que las recordara.
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