El Ejército israelí continúa su invasión del Estado palestino con la connivencia de la comunidad internacional

AFP/La Haine.05/04/02- El Ejército israelí extendió el miércoles su invasión de Cisjordania, traspasando con sus tanques los límites de Naplusa. Asimismo mantiene asediados y amenazados a cientos de refugiados palestinos en la Basílica de la Natividad, en Belén.

Más de un centenar de tanques penetraron este miércoles por la noche en los límites de la ciudad de Naplusa (Cisjordania) procedentes del oeste y el este, según informaron testigos y autoridades locales a la AFP. Los tanques, que desde hace días cercaban Naplusa, la última gran ciudad libre de la Cisjordania invadida, traspasaron al menos dos puestos fronterizos y abrieron fuego de cañón y ametralladora nada más penetrar en la localidad.

Por esta nueva razón, en el mundo árabe continuaron las manifestaciones contra Israel y Estados Unidos.

Después de Ramalah, Tulkarem y Kalkiliya, las tropas israelíes invadieron Belén y Jenín, en el marco de la guerra abierta contra el estado palestino iniciada el 29 de marzo, tras meses de preparación del terreno de cara a la opinión pública y a la posible intervención de organismos internacionales.

Según los escasos datos filtrados, merced al régimen de bloqueo informativo al que están sometidas las operaciones imperialistas de Israel, cinco civiles palestinos fueron asesinados en la región de Jenín, donde grupos de palestinos trataban de resistir ante la ocupación del ejercito israelí. Dos palestinos murieron en Belén y otro, desarmado, fue abatido en Cisjordania. Era difícil este miércoles establecer un balance exacto de las víctimas de las operaciones del ejercito hebreo. Israel cerró, bajo amenaza de disparar, las zonas de enfrentamientos a la prensa. En un retén militar entre Jerusalén y Ramalá la policía israelí dispersó con gases lacrimógenos y granadas ensordecedoras a unos 2.000 pacifistas judíos y árabes.

En Belén, testigos indicaron que entre 300 y 400 personas se hallaban refugiadas en la Basílica de la Natividad. Israel, cuyas tropas esperan ordenes para intervenir contra los refugiados, acusó a esos palestinos de "explotar una iglesia de manera cínica".

Desde que Ariel Sharón visitó contra todo sentido común la explanada de las mezquitas, en setiembre de 2000, han muerto más de 1.700 personas, en su inmensa mayoría palestinos asesinados por el ejercito de Israel.

Nada parece detener a Israel -menos que nada la supuesta "presión internacional"- que mantiene el asedio que desde el viernes lanzó contra el presidente palestino, Yasser Arafat. Este continúa recluido y prácticamente condenado a muerte en algunas habitaciones de su cuartel general en Ramalah, ciudad declarada zona militar cerrada y bajo toque de queda.

En otro frente, el movimiento chiíta libanés Hezbolá, disparó obuses de mortero y cohetes katiucha contra posiciones del Ejército israelí en las granjas de Chebaa, en la frontera entre el Líbano, Israel y Siria. Las tropas israelíes respondieron con incursiones aéreas y bombardeos con artillería contra los poblados civiles vecinos.

 
         
   
 

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