La guerra de guerrillas comienza en Iraq

x Oscar Bravo Fong y Haroldo Romero Pérez

Bagdad empieza a ser un montón de escombros, con los últimos ataques incluso a las instalaciones telefónicas y edificaciones civiles, como los mercados. El dolor, la angustia vivida por mujeres y niños iraquíes, conmueven al más pusilánime, en un mensaje claro al mundo sobre la necesidad de detener la guerra.

Los más violentos bombardeos registrados desde el inicio de la agresión contra Iraq se produjeron este domingo sobre Bagdad, capital iraquí, y otras ciudades. Son hechos que reflejaron las imágenes trasmitidas este domingo en la Mesa Redonda Informativa La guerra de Estados Unidos en Iraq.

Diversas fuentes coinciden en afirmar que el centro capitalino amaneció cubierto por una cortina de humo provocada por varios incendios, incrementándose el genocidio de la población civil. Iraq ha sido impactado por más de 6 mil bombas de precisión y 675 misiles Tomahawk.

En las últimas 48 horas no se produjeron cambios significativos en las posiciones de la fuerza anglonorteamericana. Los invasores distan aún unos 110 kilómetros al sur de Bagdad y sus jefes militares sostienen que no habrá pausa en los ataques.

La campaña aérea continúa con una frecuencia incrementada al máximo, con el objetivo de tomar el mando, el control de las comunicaciones, de unidades de inteligencia y de la Guardia Republicana. Se ha dañado seriamente, mediante los bombardeos, el Ministerio de Información, los servicios de satélite, y el Palacio Presidencial, en Bagdad, entre múltiples construcciones civiles.

Las fuerzas invasoras encuentran cada vez mayor resistencia a su paso, con una nueva estrategia puesta en práctica por parte de las tropas iraquíes: la guerra de guerrillas. No pocos estrategas dicen ahora que la contienda bélica se asemeja ya en mucho a la guerra de Vietnam.

Son significativos, en este sentido, los ataques suicidas, como el ocurrido este sábado en Nayaj, o el de este domingo en la ciudad de Kuwait, lo cual ha tenido gran repercusión entre las tropas invasoras, que temen se incrementen los ataques suicidas.

En el sur del país árabe operan las fuerzas británicas —cierran accesos a tropas iraquíes—, adonde ha sido enviada también la 82 división aerotransportada de Estados Unidos para tratar de ayudar en la protección de toda la línea de abastecimiento que no funciona según lo previsto, y permitir así el envío de piezas, agua y alimentos a todas las fuerzas dislocadas en la región.

Otra dificultad por la que atraviesan los agresores son las divergencias en la forma de desarrollar las operaciones, que están bajo la égida del Secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld y el general Tommy Franks. También altos oficiales británicos han criticado con fuerza el modo de conducir esta guerra. Mientras tanto, Ari Fleisher, vocero de la Casa Blanca, critica a la prensa por divulgar que las operaciones bélicas de los invasores se encuentran estancadas.

En cuanto a la duración de la contienda, expertos coinciden en que puede extenderse de seis meses a más de un año, ya que soldados iraquíes se han refugiado en ciudades para atacar con tácticas de guerrillas, y esto hará el conflicto más largo, cruento y con más víctimas civiles.

La distribución de “ayuda humanitaria” que realizan las tropas norteamericanas ha recibido fuertes críticas, incluso de organismos humanitarios de la ONU, que la califican de insuficiente, discriminatoria y denigrante para la población local. Organizaciones humanitarias denunciaron, además, que las fuerzas británicas destruyeron más de 75 mil toneladas de ayuda humanitaria almacenada en Iraq.

A la par que esto sucede, y miles de iraquíes son víctimas de la metralla de los invasores, el Pentágono anunció que ya tiene el control de más de 600 pozos petroleros, cuya seguridad garantizan las tropas ocupantes.

En los Estados Unidos cobra cuerpo el cuestionamiento de la agresión. A pesar de que la prensa no muestra los horrores de la guerra, las encuestas aseguran que entre la población norteamericana se incrementan los estados depresivos y aumenta progresivamente el rechazo a la aventura, en la medida en que se prolonga y Bush destina más dinero de los contribuyentes para la campaña, y envía más soldados para el frente.

Hans Blix, el renunciante jefe de los inspectores de armas de la ONU, denunció las presiones ejercidas por Washington sobre su equipo de trabajo, para que cohonestara sus planes belicistas; pero, a 10 días de iniciada la guerra, los agresores no pueden mostrar las tan cacareadas armas de destrucción masiva que, según dijeron, tenía Iraq. Así se evapora uno de los pretextos anglonorteamericanos; otro pretexto para iniciar la guerra, la liberación del pueblo iraquí, lo ha destruido ya la propia resistencia que ofrece al agresor esa milenaria nación.

8 abril 03 - Trabajadores

 
       

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