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El Estado argentino emplea un arma de intimidación
fabricada en Génova: el asesinato televisado
x Roberto Delgado y Federico Méndez
Especial para La Haine
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De Génova a Buenos Aires. De Carlo
Giuliani a Darío Santillán. Europa parece haber inventado
una forma de frenar bruscamente el avance de la lucha popular. Se trata
de planificar una acción represiva a gran escala que tenga su máxima
expresión en un asesinato policial político y captado por
las cámaras. La mediatización de la muerte se convierte en
un espeso miedo que empalaga el tejido social reivindicativo emergente.
El 20 de julio del 2001 moría asesinado frente a las cámaras
un militante anticapitalista de 23 años a manos de los carabinieri
italianos. El 26 de junio del 2002 han muerto asesinados frente a las cámaras
dos piqueteros, uno de ellos de 21 años, Santillán, a manos
de la policía argentina.
Fase 1. Conducir a la acción. Creación de un clima de
temor y violencia anticipada
Génova:
Los medios italianos [siguiendo la línea potenciada en Gotemburgo
por los grandes medios, Susan George, vicepresidenta de ATTAC-Francia
o el Partido de Izquierda sueco] socavan la popularidad de los grupos
radicales más fuertes como los 'Tute Bianche' o el Black Bloc,
mediante campañas de difamación, acusación de que
cooperan con la policía, etc. [Tácticas de represión
en Génova: Aprendamos para el futuro. Starhawk, ZNET]
Buenos Aires:
Los medios argentinos [al igual que en los asesinatos del puente en Corrientes
o de Salta, en que los tiros siempre eran de "grupos rivales"]
realizan una campaña de criminalización de los desocupados,
acusándolos de "vándalos" y mostrando testimonios
de que "son todos pagos". [Indymedia Argentina]
Fase 2: Socavar, dividir y dispersar la marcha más importante
(los periodistas estarán en las inmediaciones)
Génova:
La marcha emprende su recorrido con dificultades y trampas, hasta toparse,
fuera de la zona roja, con una descarga policiaca de lacrimógenos
y la primera provocación: "Nos echaron gases lacrimógenos
por debajo de las defensas móviles. Llegamos hasta la Plaza de
Brignole pero no entramos en la zona roja. Nos faltaron algunos metros
para llegar, pero la policía nos dividió y nos partió
en dos grupos. Tuvimos que retroceder para volver a avanzar, pero ya había
mucho cansancio y faltaba aire" [Alejandro, Tute Bianche].
Cuando los manifestantes emprendieron el regreso al estadio Carline la
policía siguió lanzándoles gases lacrimógenos
y persiguiéndolos. En ese momento Carlo Giuliani fue asesinado.
[Génova: Caos y un ejecutado. La Jornada]
Buenos Aires:
En Puente Pueyrredón, cerca de donde le arrancaron la vida a los
dos jóvenes piqueteros, es donde se vivió la represión
mas salvaje. Se trató del piquete más masivo, para el que
se movilizaron más de 5000 compañeros. Cuando los manifestantes
llegaban al lugar, la policía montó una provocación
dividiendo la columna en dos, y luego comenzó una represión
indiscriminada, que atacó por igual a hombres, mujeres y niños.
[Indymedia Argentina]
Fase 3: El asesinato televisado
Génova:
La imagen puede verse en una secuencia de seis fotografías transmitida
una y otra vez a través de la televisión y difundido en
internet. En ellas se aprecia como Giuliani se acerca con el rostro cubierto
y un extintor en las manos a un vehículo policiaco, para luego
caer al suelo herido de muerte, y cómo la furgoneta pasa por encima
de su cuerpo en dos ocasiones para rematarlo. [Génova: Caos
y un ejecutado. La Jornada]
Buenos Aires:
Las pantallas ahora nos devuelven la imagen de Dario Santillán
agonizando, y la certeza de que el comisario fue el asesino no deja lugar
a las dudas de nadie. Por los medios reducen todo el hecho al asesinato
de Dario, y dejan en un segundo plano elementos que demuestran que se
trató, no de un "grupo de policias descontrolados", sino
de un plan represivo sistemático, preparado y premeditado por el
poder político. [Indymedia Argentina]
Fase 4: Eludir inicialmente la responsabilidad de la represión
Génova:
Tras la salvaje represión, los medios señalaron que "el
movimiento antiglobalización ya tiene su primer mártir",
adjudicando la responsabilidad de la muerte al propio movimiento -se lo
han buscado- y no a la policía asesina. El gobierno primero atribuyó
el homicidio a la mano de un paramilitar anónimo. Después
dijo que el muchacho fue víctima de un atropello circunstancial.
Sólo en último lugar admitió la tragedia, pero achacándola
a la acción de un "policía inexperto y fuera de control".
Buenos Aires:
Los medios hablan, cínicamente, de "piquetes trágicos",
el gobierno habla de que no se trataba de una movilización, sino
de una "provocación". Desde la policía que dijo
que "las balas no partieron de nosotros" hasta periodistas "progresistas",
como Tognetti, insinuaron que los piqueteros estaban armados. [Indymedia
Argentina]
Fase 5: La política de represión no termina en la desmovilización
de los manifestantes. El clima específico permite emplear el salvajismo
arbitrario, consiguiendo generar aun más pánico y disuadir
futuras participaciones en las movilizaciones
Génova:
Esa noche la policía irrumpió en la Escuela Díaz,
uno de los lugares de alojamiento donde la gente dormía en aquel
momento, y golpearon a todos hasta el punto de que la mayoría de
la gente no pudo salir caminando, y tuvo que ser llevada en camillas fuera
de la escuela. Hasta 30 ambulancias llegaron para atender a los heridos.
[Comunicado del FSG: Terrorismo de Estado en Génova]
Buenos Aires:
Luego de la represión (que también continuó en otros
puentes y cortes de ruta en el Gran Buenos Aires), mientras varias personas
se concentraban en la puerta del hospital y la comisaría, se produjo
un hecho que desnudó para siempre el verdadero carácter
de esta jornada. A pocos metros del hospital, en la calle Bransen al 1200,
la policía irrumpió sin previo aviso y sin ninguna orden
judicial al local partidario de Izquierda Unida, donde estaban reunidas
unas 50 personas. Entraron tirando balas de goma, de plomo y gases lacrimógenos.
Un compañero fue secuestrado, y varios lograron escapar por los
techos. A la salida, un compañero exibió frente a nuestras
cámaras la bala que había dado en su billetera, y que por
pocos centímetros no lo perfora. Se trataba de una bala de plomo.
La casa de al lado de ese local fue igualmente allanada y destruída,
y solo la intervención de diputados y decenas de personas que se
congregaron en el lugar lograron frenar la barbarie. [Indymedia Argentina]
¿Qué diferencia estas muertes de otras anteriores?
En Argentina, desde el advenimiento de la "democracia", y por
no ir muy atrás en el tiempo, hubo un número elevado de
personas muertas por la policía durante manifestaciones: recordemos
a Teresa Rodríguez en Neuquén, los del puente en Corrientes,
los de Salta, los del 19/20 de diciembre y otros más. Lo que caracterizaba
a estos asesinatos era su impersonalidad: moría cualquiera, desde
una empleada de hogar en Neuquén hasta un cartero en Corrientes,
muchos de los cuales ni siquiera participaban en las manifestaciones.
La balacera era indiscriminada.
Las nuevas muertes de Avellaneda van dirigidas específicamente
contra activistas. El mensaje es claro: el que tira piedras para defenderse
del ataque policial (Gotemburgo); el que, encapuchado, devuelve un extintor
que le arrojaron (Génova) o el que organiza a sus compañeros
para la lucha de confrontación (Buenos Aires) deben comprender
que ya la masa no le protegerá. La represión seguirá
siendo violenta contra cualquiera que se manifieste, pero a los que tienen
un nivel mayor de conciencia les esperan balas.
A diferencia también de muertes anteriores, en que la policía
intenta evitar a los periodistas, especialmente cuando se producen "excesos",
aquí no importó la presencia de los fotógrafos, y
de hecho podríamos decir que se buscó. En las jornadas del
19/20 de diciembe se mostraron muchas imágenes de la represión
pero ninguna de los momentos en que se producían asesinatos, pese
a que seguramente existían en las redacciones. Pero así
como en esa ocasión y en otras anteriores la Secretaría
de Prensa reunió a los directores de los medios y les pidió
moderación, en este caso, con la nueva política, fue seguramente
al revés: mostrarlo todo.
Por otro lado, no es la primera vez que la policía asesina activistas:
sin ir más lejos, hace poco tiempo mataron a un miembro del Partido
Comunista en Buenos Aires, y en Europa podemos hablar de los presos vascos
que en la última década han muerto en "extrañas
circuntancias". Pero suelen ser acciones nocturnas, tipo comando,
discretas, aunque luego se propagandizan buscando que la gente diga "por
algo será".
Aquí fue todo lo contrario: a la luz del día y frente a
los objetivos. En este caso lo que se busca es que la gente diga "a
mí tambien me puede pasar".
Con la repetición machacona de las imágenes se intenta
dejar claro dos cosas:
Por un lado, para los ciudadanos bienpensantes, que el propio Carlo Giuliani
provocó su muerte al atacar con un extintor a un "policía
inexperto" (aunque en otras imágenes no difundidas masivamente
se ve con claridad que el extintor lo arrojan desde dentro del jeep policial,
con el objetivo de romper el cristal y poder apuntar con comodidad). En
el caso de Buenos Aires, ni siquiera se molestaron en buscar una excusa
al fusilamiento, posiblemente porque hasta los bienpensantes están
contra el gobierno.
Por otro lado, para los activistas y gente que se unió a las manifestaciones
es un claro aviso: ved lo que os puede pasar, con las cumbres no se juega.
Para los argentinos, no se pueden cortar rutas y puentes impunemente.
A diferencia de los antiguos militantes de partidos u organizaciones
guerrilleras, que tenían una clara política de toma del
poder, ahora están surgiendo movimientos sociales autónomos,
sin adscripción a ninguno de los partidos políticos existentes,
que no utilizan la violencia de forma organizada, que por decisión
propia no tienen líderes, y que sin embargo movilizan a cantidades
increibles de gente. Estos movimientos son seguramente tanto o más
peligroso para el sistema que los anteriores, porque también buscan
la ruptura del orden establecido, pero no pueden ser acusados de tener
"ideologías foráneas"; son más difíciles
de identificar y generan más adhesiones y mayor movilización
social.
Objetivos del poder
Después de los sangrientos sucesos de Génova, las multitudinarias
manifestaciones antoglobalización se comenzaron a realizar lejos
de los centros de reuniones y cuando las cumbres oficiales ya habían
acabado. Bélgica fue el primer ejemplo, seguido a continuación
por Barcelona, Madrid y Sevilla, durante la presidencia española
de la Unión Europea.
El objetivo de la estrategia del asesinato televisado es amedrentar al
movimiento contestatario y fortalecer los sectores más débiles
y menos combativos del mismo. De igual manera, fortalecer los argumentos
del tipo "con el enfrentamiento no vamos a ningún lado".
Por ejemplo, ya antes de que comience la presidencia danesa de la UE,
diversos grupos de izquierda daneses y suecos que están preparando
las contracumbres han firmado un compromiso de "no realizar manifestaciones
fuera del espacio legalizado previamente, no permitir ningún tipo
de violencia [por parte de los manifestantes], así como no permitir
la presencia de encapuchados en las manifestaciones".
El poder ha conseguido que amplios sectores de los movimientos sociales
hagan de policía y, con ello, que abandonen la confrontación
y la lucha.
Por suerte para los movimientos sociales y por desgracia para sus integrantes,
en Argentina es difícil que esta estrategia triunfe ya que la gente,
al contratrio que en Europa, tiene muy poco que perder. Cuando el nivel
de explotación capitalista y la falta absoluta de bienestar social
lleva a la gente a vivir en los extremos de miseria como los que se viven
en Argentina, sólo queda la lucha como única vía
de salvación.
Es más, no nos extrañe que en Argentina, tras la balacera
policial, no sólo continúe la movilización en los
pueblos y ciudades, sino que además comiencen a nacer nuevos movimientos
armados de respuesta.
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