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Estados Unidos ha dejado de ser invencible

ESPECIAL de RESUMEN LATINOAMERICANO: EL ATAQUE A ESTADOS UNIDOS

(Notas, comentarios, opiniones sobre la acción de guerra llevada a cabo contra el corazón del Imperio)

La ira de Dios La ira de Dios se desencadenó sobre la globalización. Dos bestiales dardos sobre el cerebro, otro en el corazón y uno más en su brazo armado. La ira de Dios es brutal, el Apocalipsis es terrible.

El infierno tan temido llegó de golpe, sin aviso a pesar de todos los avisos. Sin esperarlo a pesar de todos los planes contingentes.

No fueron ni el Armaggedon tan imaginado ni la Unión Soviética ya superada ni el peligro Chino ahora capitalizado ni la invasión estraterrestre tan insólita ni la guerra nuclear mundial tan remanida.

¿Fue Hamas?, ¿Al Fatah? ¿Osama Bil Laden? !Qué importa: cualquiera pudo haber sido!

Tanta contradicción constituye la génesis, la escencia del Nuevo Orden; tan venenosa y corrosiva es la savia que la nutre y la hace florecer; tan riegoso el combustible que la hace brillar e incandescer; tantos enemigos genera que el quién y el cuándo son sólo estadísticos: una cuestión de probabilidades logarítmicas tendientes a infinito. La identificación de la mano es sólo un juego posterior.

Tantos, tantos marginados hay en la contracara de este maravilloso progreso globalizado y tantos, tantísimos cadáveres de hambre, enfermedad y bala hay en el cono de sombra del esplendor del nuevo orden mundial, en la cara oculta de este progreso, que se reproducen al calor de su fuego, germinan a la luz de su brillo y se multiplican y se multiplican hasta que alguno penetra la coraza: el quién y el cuándo son sólo estadísticos: una cuestión de probabilidades logarítmicas tendientes a infinito.

¿Locos? ¿terroristas? ¿enfermos? ¿suicidas? ¿asesinos? ¿fanáticos? ¿vengadores? ¿narcos? ¿guerrilleros?: Todos ellos, cualquiera de ellos -paridos o abortados por esta forma de progresar, vomitados del festín, resaca de la borrachera - constituyen la estela del Nuevo Orden, los residuos de su cultura, el basural de su ética.

El infinito poder humano, blanco, occidental, global, ha mostrado la insoportable levedad de su ser, la fragilidad de su dureza, lo extremo, lo absoluto de su contradicción.

Puede ahora reacionar como siempre lo hizo: con más veneno para el progreso y con más muerte para la civilización o puede rever su sino, incorporando la justicia al éxito.

De ello depende nuestra vida

Gustavo Varela (Argentina)


Estados Unidos ha dejado de ser invencible

Más allá de las imágenes impactantes servidas en bandeja por las TV del mundo, más allá del dolor por las miles de víctimas –esta vez, por excepción a la regla, norteamericanas, y no palestinas, iraquíes, africanas, latinoamericanas, como casi siempre ocurre-, más allá de las memeces hipócritas que debemos escuchar de esos guerreristas disfrazados de “periodistas” y “tertulianos”, hay otras cosas para tener en cuenta en esta hora de indudable derechización mundial.

Qué duda cabe que el Imperio ha sido duramente golpeado. No importa por quienes, sino que ha quedado demostrada su patética fragilidad.

Lo ocurrido el martes está directamente vinculado con las miles de causas acumuladas, con dramática y sangrienta paciencia, por los oprimidos del mundo. Por ello no deben sorprender que mientras una parte del planeta – íntimamente ligada al discurso de los opresores- se estremecía de dolor, el otro costado de la humanidad daba rienda suelta a una indefinible satisfacción. Por más chocante que esto parezca.

Si no fuera porque el pensamiento único tiene una vigencia atroz y el chip de la autocensura complaciente que llevan los “informadores” y “comunicadores” adherido a sus dos orejas no les permite oír el rumor de los condenados de la tierra, lo más lógico hubiera sido que para explicar a lectores, oyentes y millones de televidentes, las razones de estos ataques, se hubieran deslizado algunos interrogantes:

Estamos hablando de la “democracia norteamericana” que arrojó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, causando ciento de miles de muertos y produciendo consecuencias radioactivas terribles que aún siguen generando víctimas. Nos referimos a quienes no tuvieron inconvenientes para lanzar su guerra de ocupación en Vietnam, arrojando bombas de fósforo y desfolianantes sobre núcleos masivos de población civil.

¿No son estos “demócratas” de hoy, hijos o nietos de los invasores norteamericanos que masacraron al heroico pueblo de Santo Domingo en 1965?

¿No son acaso los mismos que lanzaron los fracasados ataques militares contra la soberanía cubana en Playa Girón y Bahía de los Cochinos? ¿Los que bloquean desde hace 42 años a Cuba socialista y ahora mismo intentan condenar a cinco de sus mejores hijos detenidos en Miami? ¿No habría que recordar hoy más que nunca la invasión de Panamá, con sus miles de muertos y desaparecidos, la de Grenada, o la intervención directa de Estados Unidos y su secretario de Defensa, Henry Kissinger en el golpe militar fascista en Chile? Y qué no decir, ahora que se habla tanto de “dolor”y “terrorismo”, lo que significó el “Operativo Cóndor” llevado a cabo en Latinoamérica para hacer desaparecer y asesinar a disidentes políticos.

¿Cuántos niños, hombres y mujeres han muerto en Irak debido a la intervención militar y el bloqueo yanqui? Incluso, hace sólo 48 horas muy pocos diarios recogieron la noticia de un nuevo bombardeo contra ese país, que dejó un saldo de varios muertos y heridos.

¿Cuántos civiles murieron en los Balcanes durante los 48 días de machaque aliado? ¿Cuántos morirán en los próximos años por culpa de tener en su cuerpo el veneno del “uranio empobrecido?

Y por último, dejando en el tintero otros cientos de ejemplos igualmente atroces, está la nación Palestina. Una tierra doblemente ultrajada: por el invasor israelí y por su partenaire indispensable, el aparato bélico norteamericano. ¿No son víctimas más que inocentes los cientos de niños muertos a tiros por la espalda, a quienes en muchos casos quiebran sus brazos o directamente se les amputan para que dejen de tirar piedras? ¿No es eso terrorismo estatal? Decimos esto, ahora que la catarata belicista exige “culpables” para que el devaluado patriotismo estadounidense se sienta reconfortado.

Evidentemente ya nada será igual. Los yanquis podrán destruir uno u otro país, de acuerdo a su particular bingo de represalias, amparados en el fervor del grueso de su población que verá por CNN cómo sus “chicos” vengan el orgullo herido, a costa de otras vidas tan inocentes como las de las Torres Gemelas. Los israelíes seguramente seguirán asesinando palestinos pero la Intifada no cesará. Los europeos –los gobiernos y también algunos paisanos de a pie sometidos a la manipulación del que “nos atacan los islámicos” o “todos somos USA”- invocarán al “angel exterminador” que cada uno lleva adentro y obviamente seguirán encarcelando y torturando a rebeldes y antiglobalizadores de todo signo. Pero algo ha cambiado para siempre: el lado oscuro del mundo, el de los perseguidos y eternamente humillados, sabe, está seguro, que el más cruel de los terroristas del planeta, el enemigo sempiterno de la humanidad, ha probado por primera vez la medicina que tanto repartió a diestra y siniestra. Casi, casi como si de una maldición bíblica se tratara.

Carlos Aznárez (director de "Resumen Latinoamericano")


QUE NADIE DIGA QUE NO LO SABÍA

“Cuando está a punto de cumplirse el primer año del inicio de la segunda Intifada palestina y cuando el régimen israelí lame las heridas sufridas en la conferencia mundial de Durban contra el racismo, Thamer Birawi, palestino residente en Euskal Herria (País Vasco) y miembro del grupo Palestinaren Lagunak, llama la atención sobre el silencio mundial ante las cotidianas agresiones israelíes.

A Sharon le quedan pocos cartuchos en su rifle. A pocos meses de ser elegido para garantizar la seguridad individual y colectiva de una sociedad colonial como es la israelí, hoy en día el 70% de sus electores cree que el general genocida no es capaz de ganar militarmente a la revuelta popular palestina. Es asombroso el rechazo de los israelíes a la realidad propia y ajena. No hace falta ser un fenómeno para saber que no hay fuerza sobre la faz de la Tierra que pueda ganar a un pueblo que lucha para defender unos derechos básicos, naturales y legítimos. Pero los israelíes son distintos. Israel mismo es different, o al menos así se lo creen y nos quieren hacer creer.

Israel puede matar, destruir, encarcelar y aterrorizar a un pueblo entero y no pasa nada, nadie de los grandes de este mundo hace algo significativo para parar el genocidio. Está claro que es una ilusión sin fundamento alguno esperar algo justo o bueno de los mismos amigos, aliados y padrinos de Israel pero, por favor, ¿dónde están los demás? ¿Dónde están los compañeros, amigos y defensores de las causas justas? ¿Dónde están los principios universales, los derechos básicos, la dignidad humana y todo lo demás? Es realmente desolador, y alarmante, comprobar la indiferencia y el silencio de las cancillerías y de las sociedades civiles ante el espectáculo de muerte y humillación diaria y colectiva al que está sometido el pueblo palestino. Estoy seguro de que de todo este silencio se benefician solamente los generales y gobernantes de Israel.

También es evidente que tal indiferencia y silencio cómplices no ayudará al mismo Israel a salir de su ceguera.

El 28 de setiembre la actual revuelta del pueblo palestino cumplirá doce meses durante los cuales han caído muchos mitos y, sobre todo, muchas personas, jóvenes y palestinos en su gran mayoría.

En primer lugar, ha caído por enésima vez el sueño sionista de rentabilizar las victorias militares obtenidas en guerras anteriores contra los regímenes árabes. A Israel le está costando imponer a toda la zona árabe unos acuerdos políticos injustos.

La gran maniobra israelo-americana llamada Conferencia de Madrid, transformada luego en Oslo y concretada en un sinfín de miniacuerdos que sólo sirvieron para promocionar las exóticas localidades que les acogieron, ha resultado fallida.

De la era de la paz israelo-americana queda solamente una fachada que no tiene nada que ver con lo que pasa diariamente en Palestina desde hace al menos once meses.

Está claro que Israel, la primera y única potencia nuclear y convencional de Oriente Medio, se encuentra ahora mismo delante de un dilema viejo, que tiene la misma edad que el movimiento sionista que la parió y que le provoca periódicamente ataques agudos

De carácter existencial: ¿qué hacer con unas gentes (los palestinos) que para los sionistas, desde el principio (es decir, mucho antes de la creación del Estado colonial israelí en Palestina), no existían? Solamente teniendo en cuenta la negación total por parte del sionismo internacional de la misma existencia física de los palestinos se puede explicar el fracaso sonado de todas y cada una de las tentativas de arreglo justo del conflicto en Palestina. ¿Cómo van a dar los israelíes la patria que robaron a un dueño que para ellos no existe? Si bien con el transcurso del tiempo no han podido seguir negando la existencia del palestino (en parte gracias a la obstinación del negado), los israelíes no llegan a reconocer nunca los derechos naturales de éste.

Lo dicho anteriormente no es ni fantasía ni tanto menos abstracción: desde el lema histórico del sionismo “una tierra sin pueblo (Palestina) para un pueblo sin tierra (los judíos)” hasta las prácticas (legales) de la entidad sionista hay un conjunto de filosofías y teorizaciones de marcado acento excluyente y racista donde el sionista se autocoloca en el mismísimo centro del universo. Así pues, interpreta y elabora toda una teoría sobre el llamado derecho histórico en Palestina y reinterpreta la llamada alianza del Dios tribal (de ellos) con su pueblo elegido. Esto, en definitiva, no se diferencia de otros racismos de los que los judíos han sido víctimas. Pero hay que decir claramente que las masas judías eran y son lo último que les importa a los sionistas y que los contactos de los líderes sionistas con los regímenes racistas antijudíos han sido frecuentes y fructuosos cuando facilitaban la ejecución de sus planes coloniales.

Como consecuencia, la batalla en Palestina no es y no ha sido nunca entre musulmanes, cristianos y judíos. Contrariamente a lo que una buena mayoría de la opinión pública europea piensa, el conflicto en Palestina, desde el principio hasta ahora, es una lucha de descolonización contra un movimiento político europeo que canaliza todas sus fuerzas para ocupar una tierra, como hicieron todos los colonialistas, con la diferencia de que en el caso sionista la cobertura no ha sido la salvación de la tumba de Cristo de manos del infiel (musulmán y cristiano autóctono) sino el regreso del pueblo elegido a la tierra prometida.

Que los judíos no son ni un pueblo ni una nación, y menos una raza, lo demuestra el hecho de que no existe ni raza cristiana ni musulmana, es decir: la religión no crea naciones, si no, ¿qué es lo que puede unir a un judío árabe iraquí a un judío polaco? Lo mismo vale para los demás. El problema es que el sionismo es un movimiento político que nació en Europa y que utilizó y utiliza a las masas judías, que lo rechazaron al principio, y hoy en día todavía existen comunidades judías que lo rechazan.

El racismo apartheidista del Estado de Israel afecta no sólo a los palestinos, sino que se extiende también a las distintas comunidades judías que emigraron a Palestina: los sefardíes no son tratados como los ashkenazíes, los falasha (llegados de Etiopía en 1984) no son auténticos judíos y los rusos son vistos como judíos disfrazados, para no hablar de los palestinos, los propietarios de aquella tierra.

Para los sionistas, los palestinos son extranjeros en su tierra: todas las leyes aplicadas desde la proclamación del Estado sionista lo demuestran: viven allí por pura casualidad; como consecuencia, no poseen nada; lo mejor es que se vayan, pero si no es posible mandarlos todos de una vez, el tiempo y las prácticas diarias de los distintos gobiernos, los de derecha como los de izquierda, se encargarán de hacerlo. Así pues, un palestino que no conoce otra tierra sino la suya perderá su residencia si no renueva el permiso de viaje que conceden las autoridades sionistas de ocupación. Lo mismo ocurre si quiere hacer una casa o renovar la vieja o excavar un pozo de agua. En definitiva, no tienen realmente ningún derecho por ser considerados por la ideología sionista como intrusos, mientras los recién llegados de todo el mundo son en realidad los auténticos propietarios de todo: del presente como del pasado, de la tierra como de la historia, de la tradición como de las riquezas, todo es del pueblo elegido por un Dios que no reconoce a nadie que no sea sionista.

Todo esto ocurre desde hace mucho tiempo y nadie ha podido o querido parar la barbarie sionista. Y cuando el palestino hace uso de su derecho a la resistencia, es un terrorista asesino.

El pueblo palestino ha aprendido que «no se perderá un derecho si hay quien lo reclama» y es esto lo que está haciendo desde hace un siglo.

Es verdad que todavía no lo ha conseguido, pero es más importante que no lo ha olvidado. La justa lucha del pueblo palestino vencerá. Es cuestión de tiempo.

Thamer BIRAWI


LA OPINIÓN DEL PARTIDO INDEPENDENTISTA VASCO "BATASUNA"

(11-09-01)

· En estos momentos de conmoción, provocada por la tragedia ocurrida en los EEUU de América queremos manifestar lo siguiente:

En primer lugar nuestra solidaridad humana con los familiares de las víctimas.

En segundo lugar nuestro deseo de que en medio de la conmoción la Comunidad Internacional haga el esfuerzo por mirar lo que hay detrás de esta y otras situaciones de violencia. Como siempre habrá quien pretenderá poner fín a la reflexión en la que todo el mundo se encuentra inmerso, hablando de terrorismo, exigiendo condenas y preparando represalias que hagan olvidar el atentado.

Por nuestra parte, también como siempre, consideramos que lo fundamental es trabajar para superar el carácter violento de las confrontaciones allí donde se den, poner los medios para que esa confrontación pueda desarrollarse en términos pacíficos y sobre todo posibilitar soluciones democráticas.

Este ataque, al igual que otras no menos brutales en situaciones de violencia, demuestra que la escalada en la confrontación violenta es imparable y sólo conduce a la prolongación, enquistamiento y radicalización de las partes.

Mañana quizás tengamos que valorar las consecuencias de la respuesta Norteamericana y ya queremos adelantar nuestra opinión en el sentido de que ningún tipo de represalia va a traer una solución.

Justicia, libertad y democracia son conceptos universalmente reconocidos como guías para una convivencia pacífica entre los Pueblos. Es es nuestra apuesta y para ello trabajamos tanto en Euskal Herria como en nuestro trabajo de relaciones internacionales.

COMISIÓN DE RELACIONES INTERNACIONALES DE BATASUNA


Reacción del buro' politico del Partido del Trabajo de Bélgica a los atentados en los Estados Unidos (11-09-01)

Los atentados contra el WTC y el Pentagono, que impactaron al planeta entero, son testigos antes que nada del estado de crisis en el cual se encuentra el mundo, a pesar de lo que afirmen los dirigentes del mundo mediante las liturgias de los paises ricos del Grupo de los 8.

Compartimos la tristeza de los familiares y amigos de las victimas a quienes manifestamos nuestras condolencias. Las victimas civiles americanas, asi como la gran mayoria del pueblo americano, no pueden ser juzgados como responsables de la politica barbara realizada por su gobierno y las multinacionales que representan. AL mismo tiempo, estamos profundamente chocados por la hipocresia del gobierno americano. Este, conlleva una parte importante de la responsabilidad de lo sucedido el dia de hoy.

La mas grande potencia imperialista, que se jacta desde la caida del Muro de Berlin de ser el gendarme incontestable del planeta, se encuentra confrontado por primera vez en su propioi terreno a ataques con miles de victimas, como los infligidos por la armada americana, a una escala mucho mayor, a los habitantes vietnamitas, iraquies, yugoslavos y tantos otros.

Desde hace 50 a~nos, el gobierno y las multinacionales de los Estados Unidos imponen sus cuatro voluntades al mundo entero, destruyen las economias locales, expropian a los campesinos, derrocan gobiernos populares para poner en el poder a los Pinochet, Marcos, Mobutu y a sus soldados que no dudan en masacrar a su propio pubelo, lejos de las camaras. Al hacer esto, han suscitado el odio y la revuelta de todos los pueblos victimados. Ademas, la crisis economica que golpea a los Estados Unidos, agudizan tambien las contradicciones al interior del pais.

En este mundo atestado de contradicciones economicas, politicas y militares, todas las hipotesis son posibles en cuanto al origen de los atentados.

Sin embargo, el nivel de superioridad tecnica y el grado elevado de riesgos en un pais tan elevado como los Estados Unidos, llevan a creer que una tal empresa no habria podido realizarse jamas a partir del suelo norteamericano sin la complicidad en el seno de los servicios secretos estadunidenses o de otras organizaciones similares.

Despues de 50 a~nos, de proteger los intereses de las multinacionales americanas, y de combatir el comunismo y los movimientos de liberacion, los servicios secretos de los Estados Unidos sostienen todas las corrientes fascistas, integristas y nacionalistas de las cuales se sirven para dividir a los pueblos. Ellos reclutan, arman y forman en esos paises como terroristas de alto nivel a los elementos mas fascistas e integristas. Esto va desde los antiguos nazis reclutados en los servicios secretos estadunidenses despues de la segunda guerra mundial, hasta los escuadrones de la muerte en El Salvador, pasando por los mercenarios integristas en Afghanistan.

En funcion de las alianzas politicas cambiantes, esos terroristas pueden voltearse contra sus antiguos maestros. Este es el caso del terrorista saudita Oussama Ben Laden. Este era, hace algunos a~nos, un "combatiente de la libertad", hombre confiable de los Estados Unidos en su lucha contra la Union Sovietica en Afghanistan.

Asi mismo, no puede excluirse la hipotesis de las complicidades de las fuerzas de la extrema derecha americana, como en Oklahoma, inspirados por las fuerzas decididas a empujar a Bush hacia una politica economica y militar aun mas dominante.

Estos atentados podrian tambien aportar una falsa legitimidad al gobierno americano en momentos que una ola contestataria antiimperialista se expande en el mundo entero, tomando como blanco este gobierno, punta de lanza de la globalizacion capitalista, de la destruccion del ambiente y de la nueva carrera armamentista .

Podria tambien ocultar las preocupaciones economicas y sociales del pueblo americano mismo, el cual conoce un desempleo acrecentado y una expansion rapida de la pobreza en su propio terreno.

Nos unimos a los llamados que quieren impedir al gobierno americano y a sus aliados de tomar esos atentados como un pretexto para atacar a paises completamente ajenos a este terrorismo yq eu se encuentran desde hace mucho tiempo en la mira del gobierno americano, a causa de su independencia politica, o a utilizar los atentados para reforzar las medidas antidemocraticas tanto de los Estados Unidos como en otras partes. Una tal reaccion no haria sino acrecentar el peligro de la guerra y el fascismo.

Los pueblos del mundo entero tienen razon de inquietarse por el significado profundo es estos atentados. Ellos son la consecuencia del agravamiento de todas las contradicciones fundamentales de la sociedad, denunciadas a justo titulo por los trabajadores y los jovenes en el marco del movimeinto contra la mundializacion imperialista. Para resolver estas contradicciones, no hay otra via posible que trabajar en favor de la unidad de los combates de los trabajadores del mundo entero, de elevar aun mas las reivindicaciones de justicia social, de la democracia verdadera y de la paz. Si la accion terrorista no permite realizar estos objetivos, las medidas de represalias militares y represiones, y el racismo exacerbado de los gobiernos imperialistas lo permitiran aun menos. Perseguir la via trazada por los movimientos de Seattle o de Genes, por los pueblos de Africa, de Asia o America Latina contra todas las consecuencias del colonialismo y del neocolonialismo, es la unica manera de trabajar seriamente en el porvenir de la humanidad.

Buro Politico del Partido del Trabajo.


LA OPINIÓN DEL PARTIDO DE LA LIBERACIÓN, DE ARGENTINA

UN GRAN DESORDEN BAJO LOS CIELOS

Los comunistas chinos utilizaban a principios de los ´70 una expresión tomada de su literatura antigua que creían ajustada al mundo contemporáneo: "Reina un gran desorden bajo los cielos, el viento brama en la torre y la tormenta se acerca a la montaña". La primera parte aludía a la convulsionada situación política. La segunda se refería a la lucha entre las potencias mundiales. Y la tercera, clave del concepto, pronosticaba el avance la revolución bajo la forma poética de que "la tormenta se acerca a la montaña".

Ahora nosotros volvemos a citar esa expresión china, seguramente de miles de años de antigüedad, porque pinta bien el panorama mundial de estos días.

Veamos la primera parte del asunto. Que impera un gran desorden bajo los cielos y no el modosito "nuevo orden mundial" que quiso imponer el imperialismo yanqui en la última década, no caben dudas. Sin ir más lejos, los recientes atentados realizados en el corazón comercial y de defensa de la superpotencia yanqui, con miles de víctimas y sumiendo en el caos a la administración Bush, fue el más vívido ejemplo de ese "desorden".

No estamos justificando la muerte de tanta gente inocente en esos atentados. Nos referimos a que el mito de la invencibilidad de la superpotencia yace bajo una montaña de escombros del Word Trade Center y el mismísimo Pentágono. Bien que sus autores hayan sido una suerte de "conexión interna" de ultraderecha –al estilo del grupo recalcitrante de Timothy McVeigh que destruyó el edificio federal de Oklahoma- o bien que pertenezcan a la organización fundamentalista del saudí Osama Bin Laden, lo objetivo fue que la administración Bush sufrió una derrota escandalosa transmitida en directo a todo el mundo.

El mal ganado prestigio del FBI, la CIA, el Consejo de Seguridad Nacional, el Pentágono y otras dependencias policíacas, militares y de inteligencia, se vinieron a pique. Estaban pensando en un escudo antimisiles (sistema NMD) que escudriñara el espacio exterior y de pronto, desde sus propios aeropuertos, en tierra, les tomaron cuatro aviones y se los estrellaron en blancos emblemáticos como las torres gemelas de Nueva York y el edificio de la Defensa.

No está en nuestro ánimo alegrarnos de la muerte de miles de personas, en su abrumadora mayoría civiles. El pueblo estadounidense, común y corriente, no es el responsable de las agresiones, invasiones, exacciones y otras tropelías cometidas por la Casa Blanca en el mundo.

Sí entendemos la alegría manifestada por los palestinos de Gaza y Cisjordania, que han sepultado a más de 700 de los suyos, entre ellos 140 escolares, desde el 28/9/2000, a raíz de la represión del estado de Israel avalado por Washington. También entendemos la secreta satisfacción de los yugoslavos, teniendo en cuenta que la campaña misilística y de bombardeos de la OTAN devastó en 1999 el país de los Balcanes. Su industria fue destruida, lo mismo que su infraestructura y medio ambiente, muriendo 5 mil civiles con la cínica excusa atlantista de los "daños colaterales".

Que la tormenta brama en la torre, o sea que hay pugnas interimperialistas, eso también está a la vista. En este momento los jefes de gobiernos imperialistas envían saludos y condolencias a la Casa Blanca pero eso no durará mucho tiempo. Muy pronto se reanudarán los topetazos entre Estados Unidos, Europa y Japón, por cuestiones comerciales y políticas. En los últimos meses se habían registrado esas divergencias, cuando Bush vetó el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático y posteriormente manifestó que violaría el tratado ABM de misiles antibalísticos firmado en 1972 entre EE.UU. y la ex URSS. Europa, Rusia y China entendieron que esto era una muestra de hegemonismo y el lanzamiento de una nueva carrera armamentista, incluso en el espacio.

En este instante la Organización Mundial de Comercio (OMC) acaba de amonestar severamente a Washington, tras denuncias europeas, por considerar que la superpotencia estaba violando los acuerdos comerciales y subsidiando sus exportaciones.

Aunque retrasado un poco en varias zonas del mundo, la revolución antiimperialista y por el socialismo es un fenómeno que empieza a levantar cabeza. Hay diferencias claras con el período de mayor confusión y reflujo, en 1989 y 1990. Las cosas discurren como rezaba el dicho chino: "la tormenta se acerca a la montaña". El panorama es objetivo. Está de pie Cuba socialista y avanzan los guerrilleros de las FARC-EP y en menor medida el ELN en Colombia. Subsiste y se profundiza la Intifada palestina en Gaza y Cisjordania, mientras se empinan las protestas de los pueblos de un Tercer mundo agobiado por una deuda externa fraudulenta de 2,3 billones (millones de millones) de dólares y una pobreza sin precedentes, donde casi la mitad de la población mundial vive bajo la pobreza con un ingreso inferior a dos dólares diarios. El escenario de esas luchas no es sólo el Tercer mundo sino también ciudades como Washington, Seattle, Davos, Praga, Niza, Gottemburgo y Génova.

Además del hambre de millones de seres humanos, y la feroz disputa político-económica de las grandes potencias, hay que registrar el avance de la conciencia política de una parte de los oprimidos. Esto condenó a la decadencia y crisis a partidos políticos tradicionales y burócratas sindicales.

Ese es el mundo en el que nos toca actuar y donde debemos insertarnos más aún a la cabeza de la lucha de clases y en el fortalecimiento de los partidos marxista-leninistas y organizaciones revolucionarias, corriente mundial en ascenso de la que forma parte el PL de Argentina. ¿Quién dijo que todo está perdido?

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