ATTAC en el teatro financiero

x Miguel Martín Ayllón
Cádiz Rebelde

Salvo la presencia sindical dentro de las entidades bancarias, prácticamente limitada a la política de convenios, los distintos estamentos del poder financiero se encuentran totalmente libres de la capacidad de presión y lucha de la sociedad civil. La propuesta de la Tasa Tobin introduce un campo de acción que siempre ha sido colateral en las luchas sociales, pero contra el que nunca se han definido formas y estrategias de lucha concretas o diferenciadas. La propuesta puesta en circulación por los círculos de "Le Monde Diplomatique", ha generado un rico debate en torno a ella. En este artículo no solo se valora a la TT como tal, sino las posibilidades que abre para un debate a fondo sobre las maneras de cortocircuitar y restar credibilidad al poder financiero.

1. MERCADO FINANCIERO, REFORMA Y SUBVERSIÓN

La especulación en todos sus aspectos, desde la inmobiliaria hasta la financiera, es un juego, un divertimento de la acumulación, no como pasatiempo, sino como norma del teatro y la guerra en que picardía y oportunidad son esenciales. Tiene su propia relación interna entre realidad jurídica y realidad financiera, fronterizas en la diferencia entre valor de uso y valor de cambio; una falsa contraposición, ya que es el sobredimensionamiento del valor de cambio el único uso que busca el especulador. El ordenamiento jurídico al fin y al cabo define por razones de formalidad y control fiscal el valor de uso de los objetos, pero su intención es dibujar claramente los derechos de propiedad. En el mercado inmobiliarío, para el especulador, cada adquisición es una simulación de la condición jurídica correspondiente. Vivienda, local comercial, solar... son formalismos legales que camuflan la verdadera idea que subyace en la intención del sujeto: acumulación de rentabilidad. En el caso de los mercados financieros esa diferencia prácticamente no existe ni como formalidad jurídica, ya que por ejemplo en la Bolsa, máximo exponente, el valor de cambio es el valor de uso: la rentabilidad. Oferta-demanda, posibilidad, tanteo, bulos, oportunismo... son los agentes alegales en la difusa "realpolitik" de la especulación;

El respaldo industrial y productivo de las empresas es decisivo en la competencia. Pero los instrumentos financieros (transferencias, compra-venta de acciones, stock options...) son un artificio, un juego de movimientos intangibles, proyectados en la pasmosa e insultante abstracción de las dos o tres páginas diarias de economía, o los suplementos sepia, dedicados por cada periódico al tema. Oliver Stone, en "Wall Street", desentraña la mezcla de rumores, información privilegiada o falsa, mezcla de ambas... que caracteriza el teatro financiero; más la degradación humana interpretada magistralmente por Michael Douglas y el desgarramiento ético que con profesionalidad pero sin implicación representan Daryll Hannah y Martin Sheen. El sujeto especulador no encuentra bajo su informatizada, bélica y diplomática actuación cotidiana, más que una moral acumulativa, una mística de cifras que vacía el tiempo y los hechos de la vida; mecánica de decisiones, en que una intuición depredadora y el asesinato figurado del adversario son los elementos fundamentales de la conciencia, si consideramos esta como el lugar donde se funden lo práctico, lo simbólico y lo ético.

Desde fuera de ese mundo no contemplamos más que los acontecimientos de una criptología para especialistas, jeroglíficos de los que podemos balbucear una interpretación pero de los que nunca podemos presumir conocimiento:

"Puleva Biotech, una de las empresas del Nuevo Mercado español con más éxito bursátil en los últimos tiempos, está bajo sospecha. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha denunciado ante la fiscalía una posible manipulación de los precios en las acciones de esta empresa de biotecnología.

El organismo controlador de los mercados remitió ayer al Ministerio Fiscal las actuaciones derivadas de una investigación sobre un individuo que difundió información falsa en Internet sobre Puleva Biotech, con el fin de manipular el precio de las acciones de esta empresa.

En la CNMV no se precisó el periodo de tiempo en que presuntamente se manipuló la cotización del valor. Tampoco identificó al autor del mismo.

Según fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la persona objeto de la investigación difundió a través de un chat de internet diversas informaciones falsas sobre Puleva Biotech, al objeto de manipular los precios de los títulos de la compañía...

...Fuentes de Puleva Biotech manifestaron su sorpresa por la decisión de la CNMV por no notificarles previamente el asunto investigado. Del mismo modo, declinaron manifestarse sobre la investigación, si bien subrayaron la 'máxima transparencia' en que opera la compañía e hicieron hincapié en que la empresa se vería afectada negativamente por las actuaciones de una persona física sin relación alguna con la misma."(El Mundo 11-7-02)

Días después, la denuncia era archivada, sin aclarar el origen ni la persona responsable del rumor. Tampoco se conoce si las posibles pérdidas provocadas por la denuncia ante la Fiscalía fueron mayores o menores que las ganancias desatadas por el bulo. Con los datos existentes podríamos hablar de hipótesis tan dispares como el fiasco de una táctica empresarial, un rumor-trampa de la competencia, un espontáneo con sus propios intereses, o la materialización desleal de determinadas disputas internas en Puleva Biotech, nada extraño en una empresa nacida de una fusión entre Ebro y Puleva. Tan raros y confusos trazos en este caso, son en realidad la manifestación nítida de los mecanismos de funcionamiento del mercado financiero, impulsados mas que por una determinada racionalidad por una brumosa lógica de sombras chinas, y como tantas veces se ha dicho, por escaladas de sentimientos colectivos incontrolados como el miedo, el pánico, la tranquilidad o la euforia, que también indican la vocación de espectáculo peripatético de los mercados de valores.

Los mecanismos que utilizan los actores financieros son difícilmente identificables y atacables. Las transacciones no pueden contemplarse en ningún escaparate que pueda ser destrozado, no circulan por ninguna vía que podamos bloquear. La relación con los bancos y demás instituciones financieras, está perfectamente normalizada dentro de los hábitos sociales. La confrontación con ellos tiene un grado más simbólico que real, ya que mientras hay cierta cultura de engañar a las empresas o el estado monopolista, en cuanto a la electricidad, el teléfono... no hay cultura transgresora alguna en torno a las cuentas corrientes u otras formas de "cotidianidad financiera", seguramente porque no es posible. La forma en que realizan la mayoría de sus operaciones no necesita siquiera de blindaje, basta una total opacidad administrativa y la abstracción inherente a movimientos que no mueven nada que no sea el balance de una computadora.

Por añadidura, su ombliguismo comunicativo ha conseguido que alrededor de sus ciclos de ascenso, estabilidad, crisis o deterioro, gire la política de noticias económicas de los medios de información masiva, desbancando a la economía real sobre un espacio secundario que bascula entre el reportaje sensacionalista en torno al Tercer Mundo y la enumeración de cifras sobre empleo, paro precariedad, marginación... Política de noticias que convierte a estos medios en centros difusores de realidades de las que en todo caso somos víctimas, pero en ninguno protagonistas directos, y si principalmente espectadores.

Da por tanto la impresión, no solo de que el mercado financiero es imprescindible (que lo es... para el orden actual), sino de que es tan difícil de entender como de controlar. Son las condiciones básicas del mito, una fuerza superior sin la que no se entiende el mundo, eterna e indomeñable.

PRIMER ACTO. DEL BOICOT A LA TASA TOBIN

Quebrantar esa mitificación es fundamental a la hora de recuperar la autoestima social no ya frente a los mercados de valores, sino ante lo financiero en general. Desde las hipotecas a los créditos, y cualquiera de las formas del denominado "capitalismo popular", estamos ante elementos de la vida sometidos a una crítica trivial, y que finalmente son hoy figuras incuestionables de uso e incluso abuso para la mayoría de la población(1) . El enfrentamiento con tal poder significa el paralelismo entre la obstaculización de su funcionamiento y la descolonización psicológica. En los compases finales del tercer tomo de la Tetralogía de Buru, "Hacía el mañana" (Txalaparta), Pramoedya Ananta-Toer(2) recuerda el arma del boicot como un instrumento contra los aspectos económicos del colonialismo holandés en Indonesia, creador de subjetividad colectiva tanto práctica como moral, y como herramienta efectiva para dificultar los planes de los agentes económicos de poder colonial:

"El Sindicato del Azúcar planeaba reducir la renta que pagaba a los campesinos por sus tierras de 130 céntimos a 90 céntimos por bahu cada dieciocho meses...

... yo tenia que convencer a los dirigentes del SDI de su importancia. Pero ellos no entendían que los intereses de los campesinos y los suyos eran los mismos...

...La reunión acabó en algo que yo no esperaba: la SDI se partió en dos. Mi grupo llamaba a los otros hipócritas. Y a nosotros nos llamaban el grupo que no sabe de lo que está hablando...

...La división venía a significar que la SD Islam tenía que enfrentarse a la decisión del Sindicato del Azúcar...

...Si el Sindicato seguía con sus planes, la SD Islam decretaría un boicot inmediato y total.

...Aquí en las Indias los débiles tienen ahora en su mano una nueva herramienta. Su nombre es Boicot.

...El sindicato claramente había renunciado a sus planes de bajar la renta a los campesinos"

En la actualidad, el Boicot contiene la posibilidad paradójica de revertir la especulación. El sujeto subversivo es el que especularía mediante el no consumo, mediante la negación, la razón de la negación y la propaganda de la negación, esperando las consecuencias. Esa potencialidad es por supuesto imposible sin una extendida maquinaría de inteligencia y decisión colectiva, armada de una crítica radical a los llamados "productos bancarios" en este caso. Pero la posibilidad tropieza tanto con la colonización psicológica como con la realidad de una izquierda carente arrojo, imaginación e instrumentos de análisis. Hoy la idea del boicot es una cuestión individual y fetichista dentro los círculos antagonistas, sin pasar de ser un elemento que refuerza la subjetividad colectiva (no entrar en el Mcdonals, no beber Coca-cola o Bacardí), pero que no afecta al desarrollo ni las ventas ya sea de un grupo de productos (por su origen, modo de producción...) a un producto concreto, una empresa... Efectuada la crítica mas o menos elaborada y lanzada la consigna de "boicot", hoy se espera hasta el momento en que la campaña vuelve a diluirse como recuerdo, anécdota, o seña de identidad individual. La misma debilidad de las redes y la falta de elementos propios para cuantificar el trabajo, hace difícil si no imposible evaluar sus resultados, con lo que poner en marcha campañas cuyas consecuencias ni siquiera se pueden medir deja un vacío que se sitúa en el límite entre la relación con la realidad o la mera autocomplacencia.

La Tasa Tobin se diferencia del boicot, en su posibilidad de llegar a espacios donde el boicot es difícilmente materializable; en el uso "positivo" (tanto en el sentido jurídico como moral y filosófico) de los mecanismos ya existentes en el sistema financiero; y en que necesita en mucha menor medida de la movilización y la tensión colectiva. La propuesta identificativa de ATTAC, a partir de una idea del Premio Nobel James Tobin en los 70, no combate la especulación sino que la regula, fijando una línea blanca que tratase de limitar el movimiento de determinados actores sobre el escenario:

"El impuesto sobre las transacciones de divisas estaba pensado para amortiguar las fluctuaciones de los tipos de cambio. La idea es muy simple: en cada cambio de una moneda a otra se impondría una pequeña tasa, digamos del 0,5% del volumen de la transacción. Así se disuade a los especuladores. Porque muchos inversores invierten su dinero en divisas muy a corto plazo. Si este dinero se retira de repente, los países tienen que elevar drásticamente los intereses para que la moneda siga siendo atractiva. Pero los intereses altos son a menudo desastrosos para la economía nacional, como han puesto de manifiesto las crisis de los años noventa de México, el Sudeste asiático y Rusia. Mi tasa devolvería un margen de maniobra a los bancos emisores de los países pequeños y opondría algo al dictado de los mercados financieros"(James Tobin, "El movimiento antiglobalización abusa de mi nombre", entrevista a Der Spiegel reproducida por El País, 3/9/01).

1997. Un editorial de Ignacio Ramonet, alarmado por la devaluación de los "Estados en tanto que espacios idóneos para el ejercicio de la democracia y como garantes del bien común...". La consecuencía: "...las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder"(3) . Propone la creación de una ONG con el objeto de instaurar la Tasa Tobin, añadiéndole el apelativo "de ayuda a los ciudadanos". Sobre la mesa una idea determinada del estado y de la ciudadanía, el Leviatan republicano reformado en algunos aspectos del discurso, y la penalización mediante un impuesto a quienes Toni Negri define como aristocracia del Imperio.

Desde la misma hora de ese "Punto de partida", la propuesta de Tobin sufre un proceso de construcción cultural y teórica, que escapa a la propiedad simbólica y real de su autor, para pasar a un debate público. Las incógnitas alcanzan a su aplicación, consecuencias, y principalmente, su papel como posible alternativa de lucha. Pero la primera escala de la Odisea es una interpelación que a la vez que delimita el lugar donde James Tobin ya no es dueño de su propuesta, sitúa el dilema radical al que han de responder tarde o temprano los partidarios de la tasa. Una disyuntiva que al leal alumno de Keynes no le concierne por su ideología, y que precisamente por su declarado anticapitalismo acosará a los "attacchik":

¿Cual es el poder transformador de la propuesta?.

SEGUNDO ACTO. CRÍTICA DE LA CRÓNICA ECONOMÍA POLÍTICA

En aquel "Punto de partida", Ramonet indicaba que "El desarme del poder financiero debe convertirse en un interés cívico de primera magnitud, si se quiere evitar que el mundo del próximo siglo se transforme en una jungla donde los predadores impongan su ley". ¿Existen esperanzas respecto a los efectos de la Tasa Tobin sobre el mundo financiero?. A la hora de teorizar, los "attacchik" han diseñado un escenario privilegiado para su objetivo. Una supuesta falta de ideas del neoliberalismo en la que coinciden algunos de los más briosos miembros de la "inteligentsia" concitada alrededor de Porto Alegre, exige con urgencia propuestas alternativas, como si se abriera un "periodo de las mil flores" de la globalización, el cual propiciara la aplicación de la medida Tobin a medio plazo. En este sentido se ha venido moviendo ATTAC, centrando buena parte de las intervenciones de sus figuras más notables, en la demostración de que la propuesta es "técnicamente factible" dentro de los mecanismos actuales de la legalidad financiera.

Según el econo(opti)mista francés Bruno Jetin, cuyas intervenciones se caracterizan por un positivismo impenitente, los mismos cauces ya existentes para las transacciones parecen ser propicios:

"la 'entrega' de las divisas se efectúa, en último término, gracias a sistemas de pago nacionales sobre los cuales cada banco central ejerce una actividad de vigilancia y control de la legislación nacional. Mejor aún, la 'entrega' se materializa a través de un juego de escrituras en las cuentas que cada banco privado está obligado a abrir para el banco central del país en el que opera. Este juego de escrituras es enteramente realizado gracias a programas informáticos de punta que identifican y registran la identidad de los bancos y la naturaleza de la transacción. Aún si al principio una sociedad privada encargada de efectuar la 'entrega' de las divisas está localizada en un paraíso fiscal, sus clientes están mayoritariamente localizados en las grandes economías del planeta. Para tener acceso a sus clientes esta sociedad debe respetar la legislación nacional en vigor. Es por lo tanto técnica y jurídicamente posible colectar la tasa Tobin"(4) .

Según el propio Jetin, parece que incluso el proceso de toma de decisiones del orden conspira inconscientemente a favor de la aplicación de la Tasa Tobin:

"La creación del euro hace todavía más simple la imposición, puesto que los países de la zona euro han decidido unificar sus sistemas nacionales de pago en un sistema único llamado 'Target'... La Unión Europea dispone de la potencia económica necesaria para instaurar la tasa a cada conversión del euro en otra moneda, el dólar y el yen por ejemplo. Podría así crearse la primera zona Tobin" (art.cit)

Viento en popa a toda vela. Veamos. Si consideramos la economía tal y como la define Rossana Rosanda, "una relación entre hombres mediada por bienes"(5) , y entendemos el movimiento de capitales como una figura artificiosa y virtual, la Tasa Tobin intenta convertir parte de lo financiero en económico. O sea, la economía inmaterial y especulativa en economía real, y esa economía real en una economía más justa. Pero la separación entre lo económico y lo financiero, que desde ATTAC se divide como capitales productivos frente a capitales especulativos, es como aquellas puertas falsas del teatro en que los actores pasan de una habitación a otra sin moverse del mismo escenario. La división es necesaria a la hora de definir las formas que adquiere y los diferentes estadios porque atraviesa el capital en sus infinitas reencarnaciones, pero como eje central de una propuesta esa dicotomía es esquemática y estéril, lleva de un lugar al mismo sitio:

"... En realidad, los recursos de los capitalistas pasan de los mercados financieros a las llamadas inversiones productivas solamente cuando estas últimas son más rentables que los primeros. Y, de hecho, a pesar de lo que diga ATTAC, estas dos formas de inversión están íntimamente unidas. Los beneficios obtenidos con la producción pueden servir para la especulación financiera, dependiendo de la rentabilidad de cada operación... todas las inversiones de los capitalistas son especulativas, sin ninguna excepción. Cada franco que invierte el propietario de una empresa es justamente una especulación sobre la rentabilidad de la explotación de los trabajadores de esa empresa. Cuando la apuesta no produce beneficios, o produce pocos, se detiene la actividad. Cellatex, Marks & Spencer, Danone y muchos otros ejemplos recientes son prueba de ello"(6)

El planteamiento, una retención en principio del 0,5% sobre la transacción, tiene cierta equivalencia con la reivindicación del "0.7%", pero con un carácter político mucho más acentuado y en apariencia con fundamentos menos caritativos. Aun así su dialéctica es rayana en idéntico posibilismo, pero remozada por un discurso mucho mejor elaborado y articulado en torno a las llamadas "políticas de participación":

"...El Ministerío de finanzas de Francia ha incluso calculado la recaudación para la Unión Europea en un rango de 22 000 a 26 000 millones de euros, que podrían ser consagrados a financiar el desarrollo. Podríamos retomar la experiencia del presupuesto participativo iniciada por la ciudad de Porto Alegre para confiar a los pueblos del Tercer Mundo la definición de las prioridades sociales y ecológicas a financiar" (Bruno Jetin).

Como veremos más adelante los cálculos mecanicistas en torno a la recaudación no se ajustan a la realidad, pero sí hay algo sorprendente de esta opinión es la prisa por empezar la fiesta ciudadanista y descorchar la posibilidad de exportar "la experiencia del presupuesto participativo iniciada por la ciudad de Porto Alegre para confiar a los pueblos del Tercer Mundo la definición de las prioridades sociales y ecológicas a financiar", omitiendo de una manera insultante las condiciones políticas de la mayoría de esos países. El absurdo extremo de esta conclusión y su imperturbable relación causa-efecto, hace de la realidad un holograma adaptable al deseo dialéctico, impregnado de un desarrollo burdo que desprecia aspectos políticos imprescindibles, para demostrar la aplicabilidad "lógica y participativa" de la Tasa. En esta gramática, todo (otro mundo) es posible, gracias a una línea profética repleta de corolarios ("proposición que no necesita de prueba particular"), que recuerda en exceso a la misma inasequible retórica del Banco Mundial, el FMI y cualquier ministro de economía, cuando defienden con total seguridad en sí mismos las posibilidades y consecuencias positivas de sus medidas.. No se puede hablar de presupuestos participativos en Marruecos, Libia, Serbia, Tunez, Sudán, Croacía, Bosnía-Herzegovina, Arabia Saudí, Pakistán... en los que no hay las mínimas libertades políticas. ¿Qué propiedades políticamente sanitarias tiene la Tasa Tobin como para convertir a la democracia participativa a las peores tiranías del planeta?. Por otra parte, el presupuesto participativo no tiene porque encontrarse, ni en las prioridades ni en los procesos de lucha en según que lugares, ni siquiera aunque que posean una democracia formal.

Pero esa frivolidad no es simple ligereza lingüística. Tras afirmaciones de este calado se encuentra el resabio psicológico de ese viejo ilusionismo del pensamiento puro decimonónico, que liga progreso económico con progreso social y político, cuando precisamente ante sus narices está un ejemplo de la asimetría entre esos tres aspectos: el mismo proceso de Porto Alegre con todas sus carencias, muestra como a pesar del subdesarrollo económico y social brasileño respecto a Europa o Estados Unidos, la cultura política está allí años luz por delante de ambos centros; pudiendo decir lo mismo de algunos de los procesos que se están produciendo en Ecuador o Bolivia.

Del mismo corte falaz son los planteamientos del segundo de a bordo de Ramonet, Bernard Cassens y sus propuestas de sanción a los gobiernos que "no respeten los derechos humanos", dando nuevamente un carácter de justicia ciclopea a la cuestión económica; y recurriendo además sin recato a los tradicionales métodos de castigo del Imperio, de cuya propaganda depende la percepción derecho-humanista de según que régimen para el uso de las "imaginativas" ideas de Cassens.

El desdén por aspectos políticos tan sumamente fundamentales como el uso político de la recaudación y la distribución por parte de las instituciones o estados correspondientes; o el papel de los estados totalitarios del Tercer Mundo en la gestión, desvela una deriva no ya economicista sino casi tecnocrática por lo menos en ciertos sectores favorables a la Tasa. Por otra parte este planteamiento parece acercarse nuevamente a uno de los viejos planteamientos tanto de la socialdemocracía como del stalinismo y los PC eurocomunistas, y es la consideración del estado como un elemento neutral, con el que basta conseguir que aquel legisle de una u otra manera para generar procesos de transformación.

Al cruzar esta puerta miramos donde estamos y al otro lado. Nos encontramos en el mismo lugar, pero en esta escena nuestro protagonista, ATTAC, con una espantosa habilidad autodestructiva se planta sobre las muñecas unos grilletes que el mismo aprieta. Sobredimensionando el aspecto económico, enfrascados en el farragoso debate técnico, banalizando o simplificando los aspectos políticos, finalmente la realidad hace una maniobra envolvente que desvela los límites reales de la propuesta:

"...cuanto mejor funcione la medida, menor será la recaudación y viceversa, ya que de lo que se trata principalmente es de que la tasa evite las operaciones especulativas. De aquí el espejismo en que algunos caen al calcular los ingresos que se obtendrían considerando todas las operaciones actuales, sin caer en la cuenta de que la mayoría de ellas no se producirían si fuese eficaz la medida"(Juan Francisco Martín Seco, "·La Tasa Tobin", La Estrella Digital).

2. MEDIOS, MÉTODOS Y FINES

En la primera parte hemos intentado entender el funcionamiento del sistema financiero, los distintos aspectos de la Tasa Tobin, y la relación entre ambos. En esta parte tratamos los límites de las propuestas de ATTAC tal y como se han propagado hasta ahora, entrando en un debate que es tan histórico como coyuntural: la relación los objetivos y los instrumentos utilizados para conseguirlos.

TERCER ACTO. CAUSA-EFECTO DE LA TASA TOBIN

No parece que la Tasa Tobin pueda mas que reestructurar el sistema financiero. Es cierto que la mecánica del impuesto, hace que a más volumen y movimiento de capital mayores ingresos. Pero también es innegable que las empresas o especuladores individuales, que verdaderamente son capaces de causar estragos, cuentan con la suficiente liquidez como para seguir su actividad a pesar del impuesto. Este afectará precisamente a la cuota de beneficios de pequeños especuladores individuales, o a miembros imprescindibles pero reemplazables del organigrama, como los testaferros, empresas-tapadera... En este sentido, la propuesta Tobin podría provocar una cierta crisis, pero en algunos aspectos incluso más regeneradora que destructiva. Efectivamente podría dificultar la dinámica de parte de la infraestructura de maquillaje bancario. Pero a la vez servir como instrumento de selección de los más fuertes, dejando fuera del juego a quienes carezcan de respaldo financiero suficiente, drenando así elementos sobrantes que estorben los movimientos de los auténticos capitostes. Alguna razón por el estilo ha llevado al más famoso especulador contemporáneo, George Soros, a defender tanto la intervención comedida del estado como la propia Tasa Tobin, de una manera explícita.

El grupo de propuestas que acompañan la Tasa Tobin, que van desde la prohibición de los paraísos fiscales hasta el aumento de la fiscalidad sobre las rentas altas, es un archipiélago disperso. Puestas en marcha y coordinadas podrían mellar parte de los beneficios y la capacidad de maniobra de las grandes fortunas, pero no hay que olvidar que a parte de los intercambios fuera de control como el dinero negro, cada medida de regulación, control o prohibición, también da lugar a nuevas formas de evasión. El problema no es tanto la trampa, penable al fin y al cabo, como la dependencia para la aplicación de cualquiera de estas medidas, de la meritocracia del Imperio. Es previsible que no serán sometidas mas que a innumerables amagos, como el de Jospin en Francia acompañando el sí retórico a la TT condicionándola a su instauración internacional, o la aun mayor vacuidad de Zapatero en el estado español.

Estamos ante un enorme vacío constituyente. Aunque el empirismo no sea un elemento político válido por si solo, si se puede decir que a día de hoy la experiencia histórica manda que las conquistas sobre el papel han sido necesarias pero débiles. Cualquier movimiento de oposición que se precie, por lo menos dentro de las democracias formalistas, debe dejar un espacio para la creación política palpable desde su propia capacidad de maniobra, sin tener que depender de la legislación ni de la voluntad gubernativa.

La capacidad de ATTAC para extender grupos de base y generalizar el debate en torno a su propuesta en medios intelectuales y periodísticos, está en abierta contradicción con la canalización administrativa de cualquiera de sus logros. Esta tensión entre presente y futuro, entre agit-prop y acción, está intimamente relacionada con el proceso histórico del sector intelectual del que surge. En las altas esferas intelectuales de occidente, la década de los noventa se caracteriza por el alineamiento de un buen número de miembros de la "inteligetsia" izquierdista con las posturas oficiales en cuanto a economía de mercado, orden internacional... La Guerra del Golfo es la fractura temporal mas representativa, como indica Petras, que iría abriendo brecha en las posteriores incursiones militares en los Balcanes o finalmente en Afganistán. El proceso se caracteriza por el feroz e incluso despreciativo discurso "anti-progre" de numerosos intelectuales y la ruptura del aparente pluralismo de los medios en pos de una línea editorial meridianamente clara solo matizada por opiniones individuales aisladas, generando lo que vino a ser definido como "pensamiento único". Ese cerco lo cierra la propia derechización social. La correlación de fuerzas desplaza a la izquierda intelectual, poniendo en riesgo tanto su papel como referente dentro del organigrama mediático-político, como la misma "cuota que mercado" que cubre entre la población, arriesgando no tanto su supervivencia económica como su existencia simbólica, o sea su función como formadores de opinión pública.

Este proceso se da en toda la intelectualidad occidental de izquierda, y no solo a nivel de las elites propiamente dichas, sino a distintos niveles territoriales y espaciales. Desde ciudades de tamaño pequeño o mediano a las capitales con mayor densidad cultural, desde los grupos de pensamiento de influencia socialdemocrata o marxista hasta espacios como la universidad, sin olvidar que todos estos territorios y espacios comparten personas y ámbitos de actuación.

Cuando en 1997 Ramonet firma su "Punto de partida", y propone la puesta en marcha de la iniciativa ATTAC, no solo se encuentra detrás el análisis explícito en el propio artículo, sino además la necesidad de recuperar ese espacio perdido dentro del mercado de producción pública intelectual, limitado cada vez más a una minoritaria y conformista "izquierda ilustrada". Llama por tanto implícitamente a los "resistentes" a la ofensiva. Pero es una ofensiva que no hace una crítica radical del proceso histórico que lleva a esta situación, y por tanto nunca redefine la posición subjetiva del intelectual ante el mundo y en el mundo tal y como es, sino que pretende recuperar su lugar.

En este punto es necesario recordar la evolución histórica de las personas y organizaciones políticas y sindicales, que hoy forman parte de las estructuras parlamentarías y de consenso, tras aprender la política en las barricadas de la "revolución inminente" de Mayo´68, ya fuera antes, durante o después, de la fecha simbólica que agrupa solapadas esperanzas y fracasos. El centro era París, los acontecimientos una última espiral revolucionaría. Espiral reconvertida en hemiciclo desde la propia práctica parlamentaría hasta la actividad intelectual entendida como formación homogeneizadora del pensamiento ajeno: producción de "sentido común". Esa trayectoria merece una analogía razonable con las posturas de ATTAC.

¿En que coinciden el camino de los hijos muertos de la revolución y algunas fuerzas vivas de la ciudadanía del s.XXI?. La reconstrucción de la historia que hacen gente como Cohrn-Bendit o Joshcka Fischer, identificando las luchas de los 60-70 con la "democratización del estado y la sociedad", encuentra un exceso de armonía con el discurso ciudadanista y estatista de ATTAC. Los Fischer o Bendit reescriben la historia general y su propia historia vital, describiendo su contribución a una sociedad hoy presuntamente democrática, mientras observamos el reforzamiento del ámbito securitario del estado, y un cuerpo social que no tiene a su disposición mas que unos trámites formales de participación que no se relacionan en ningún caso con los mecanismos de decisión reales. Por su parte, recaudación y administración de recursos son las figuras elementales de la técnica práctica y jurídica a la que ha de dar lugar la Tasa Tobin, una mera normativa fiscal-burocrática que de antemano da el poder ejecutivo a los estados e instituciones internacionales, carentes de cauces de verdadero control e intervención ciudadana.

Ni en la práctica histórica de los unos, ni en la teoría de los otros se observan cauces de participación por ningún lado. Incluso limitada a los confines del discurso clásico republicano sobre el estado y la ciudadanía, la "Acción por una Tasa Tobin de Ayuda a los Ciudadanos", no contiene ningún elemento reformista siquiera. No necesita absolutamente ninguna modificación de las estructuras del orden para conseguir su aplicación, y no conlleva la democratización parcial de ningún ámbito de la vida y los procesos de toma de decisiones. La propuesta queda totalmente desvirtuada como generadora de espacios de creación y decisión política. De por sí, la Obertura de los presupuestos participativos de Porto Alegre a las "nuevas propuestas sociales", aunque funciona a nivel municipal y con sujetos reales de "participación", sufre hoy críticas relacionadas con la institucionalización y la canalización burocrática y selectiva de las reivindicaciones. Que se puede decir entonces de una propuesta como la Tasa Tobin cuyo territorio de funcionamiento es el difuso mundo financiero, en el que el estado es un mediador irremediable, y en que las instituciones que gestionarían los fondos, como el PNUD (Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo), no están sometidas ni siquiera a la mas formalista de las votaciones.

Por tanto aquello a lo que se llama "participación" no encierra mayor recorrido que la triada de movilización-agitación-propaganda, cerrada sobre sus propios confines. Una alternativa social que se echa a un lado en el momento de la creación política palpable, reservada a "los representantes" institucionales, entiende el movimiento social como ese camino mil veces recorrido hacía el "coitus interruptus". La interrupción traumática del desarrollo colectivo en el momento de la legislación y estatalización de la propuesta, genera una contradicción brutal entre la presunta "conquista" y la entrega dócil del producto de la lucha a la maquinaría burocrática, provocando una dinámica enfermiza que afecta en toda su profundidad al corazón mismo de cualquier movimiento, su capacidad de crear y reinventarse. Esa dinámica enfermiza no se puede medicalizar engrosando cuentas corrientes. Una mayor disposición de recursos para determinados fines, consecuencia del reparto de los frutos de la Tasa, no tiene porque ofrecer mayor potencial político. Es más, puede extender formas de clientelismo, como el afinado dispositivo de la Junta de Andalucía que bajo el epígrafe de la "concertación social", tiene en estos momentos un dominio absoluto de lo social, abarcando desde sindicatos y empresarios hasta las asociaciones gitanas, que sostiene la paz social de los conflictos realmente existentes a costa del erario público con el que se paga el silencio de los "mediadores sociales".

CUARTO ACTO. ESTADO, MOVIMIENTO SOCIAL Y LOBBY

El estado y la moral que lo sostiene, avanza como una apisonadora que por su capacidad de extensión temporal, territorial y simbólica, es capaz de apoderarse de la autonomía política incluso de sus más acérrimos enemigos. En "Imperio" Hardt y Negri afirman el retroceso hasta la extinción de sus funciones de mediación. Efectivamente la cada vez mayor autonomía de las corporaciones multinacionales para su expansión económica, territorial e industrial, desmembra parte de su poder real y simbólico, pero eso no puede ser confundido con una perdida de contenido del papel del estado sino con su modificación y redefinición. La figura de los lobbys, imprescindible por ejemplo para comprender la política en Estados Unidos, será fundamental para esta redefinición. Conforme se enquistan y embrutecen las organizaciones patronales y sindicales como la industria pesada, cara y burocrática que son, será la estructura de lobby la que ofrezca un nuevo modelo de interlocución, que permita flexibilizar y fortalecer la acción de estado. De hecho, ya hoy el lobby, incluso antes de pasar al centro de la escena pública, reúne características de interlocutor de estado: Forma tejidos informales que influyen utilizando principalmente las redes personales y la negociación, y manteniendo la movilización no como principio de creación política sino como alternativa táctica.

El lobby feminista, ecologista, gay... fueron algunas de las vertientes, junto con la institucionalización, sobre las que se derramó la frustración de los movimientos sociales de los 60-70. Es precisamente en el denominado "movimiento antiglobalización" donde hoy se concentra la suficiente proyección pública y mediática como para dar lugar a los liderazgos y lazos necesarios, que mediante la legitimación correspondiente genere una nueva casta dialogante que propicie la transición de una vocación de movimiento a diversas estructuras de lobby. Y es precisamente la ambigüedad entre movimiento social y lobby una de las características de ATTAC. Si bien la presencia e implicación en las contracumbres muestra un compromiso real con estas movilizaciones, iniciativas como la del "Frente Internacional de Parlamentarios" por la Tasa Tobin, destilan una apuesta sin ambages por la influencia y negociación institucional característica del lobby.

Por pura empírica, hemos visto una vez detrás de otra, como el partido político se introduce bajo la bruma institucional y no sale. Por su parte, conforme teje su red, el lobby construye su espacio vital y en el encuentra tanto su fuerza como sus límites; pensamiento y acción funcionan mediante la tela de araña y condicionados no tanto por la propia red sino por el habitat en el que se desarrolla. Les aquejan a ambos distintas enfermedades pero un mismo principio. Un objetivo político que de antemano necesite de la administración como eje principal, supone una cesión de terreno práctico y simbólico inestimable. No se trata ni mucho menos de un desprecio a los derechos y garantías históricas arrancados por el proletariado y los movimientos sociales a nivel legislativo, sino a la delegación y legitimación sobre la administración estatal y su ideología, como ejecutores de aquellos logros(7) . El que provisionalmente se obligue al estado a ser el garante de unos determinados derechos, no quiere decir que sea aquel el necesario organizador y ejecutante. ¿Cuáles son las consecuencias de esa absoluta centralidad del estado?. A los brillantes residuos de la radicalidad de los 60-70 los degradó moral y políticamente en un filantrópico abrazo, que puso al servicio de su talento o volubilidad una estructura que por su peso arrinconó a cada uno a la sombra de su propio posibilismo. Hoy ATTAC se abraza a ese estado generoso para protegernos de la fiebre especulativa, esperanzado de recuperar de esa manera la democracia de los ciudadanos.

La meritocracía política global, busca voces inteligibles entre la multitud; figuras, miradas y oídos, con los que establecer una nueva complicidad que genere un modelo que en el fondo se atenga y recree, sobre los conceptos de paz social y razón de estado, la misma bien alimentada responsabilidad mutua que hoy mantiene a los sindicatos mayoritarios con su propia partida presupuestaría y un perfil político y social de bajos vuelos y paso torpe, a la altura funcionarial del INEM y la Seguridad Social. Solo si se tornara en espejismo el anhelo del mandarinato mundial de "interlocutores razonables" con "propuestas razonables", la Tasa Tobin fuera un peligro real.

QUINTO ACTO. VINDICACIÓN DE LA ÉTICA

Pero si hay algo que diferencia a los "attacchik" de la fracción social-liberal del orden es la catadura moral. A pesar de que se acerquen los discursos, es evidente que la credibilidad de la oligarquía de presunta izquierda, no tiene comparación con la trayectoria de los principales exponentes de la propuesta Tobin. No lo afirmo como un elemento subordinado. La inteligencia ética puede suponer un muro infranqueable entre proyectos aparentemente iguales, igual que la mezquindad moral puede hacer que dos posiciones en apariencia opuestas se acerquen. De hecho esa escisión podemos contemplarla en la directa oposición durante el alargado ecuador rojo del siglo XX (1917-1989), entre los distintos movimientos consejistas y autónomos europeos y el llamado "socialismo real" soviético. Igualmente la afinidad moral de supuestos enemigos ideológicos, encuentra uno de sus exponentes más vomitivos en la directa participación y organización del PCI y su entorno, de la represión contra la extrema izquierda italiana a finales de los 70, como parte de su "compromiso histórico" con la Democracia Cristiana camorrista.

Si confrontar valores es un factor de la lucha imprescindible, es evidente que esa distancia entre "attacchik" y oligarquía "progresista", no es de forma sino también de fondo. Precisamente al moverse en el abstracto de los movimientos financieros de capital, el discurso de ATTAC podría romper la retórica tecno-monetaría de los mercados y la prensa, potenciando una dimensión ética del discurso. De hecho, la Tasa Tobin, solo tendría una capacidad subversiva, subordinando el factor posibilista a una crítica principalmente ética. No estamos hablando de nada nuevo, que la propuesta se mueva sobre lo financiero, no quiere decir que esa sea su única dimensión. Como ejemplo en otro ámbito, a pesar de que el Ejército Zapatista es evidentemente una estructura militar disciplinada y un elemento de vanguardia político-militar, las armas han jugado una función de mera presencia, de afirmación de la autodefensa, como respaldo de un discurso político-moral, ya que limitada al enfrentamiento armado la política zapatista moriría de inanición. Si el debate público sobre la Tasa Tobin se limita a los caracteres técnicos de un simple "impuesto redistributivo" dentro de la política fiscal de gobiernos e instituciones internacionales, en vez de valer de parapeto para un discurso radicalmente crítico, se disolverán las palabras bajo la prepotente frialdad tecnocrática.

"... Las ciencías económicas, y con ellas todas las otras ciencias sociales plenamente desarrolladas (que hoy, en definitiva están degradadas a simples ciencias auxiliares, por no decir policías auxiliares de las ciencias económicas), no tienen las categorías capitalistas de trabajo, valor, mercancía, dinero, mercado, etc., como objeto, sino como prerrequisito tácito de su razonamiento 'científico'. La forma de sujeto de cambio de mercancías, la transformación de fuerza de trabajo en dinero y del capital-dinero en plusvalía (lucro) no es indagada acerca de su 'que' o su 'porque', sino tan sólo acerca de el 'como' funciona, semejante al modo en que los científicos naturales sólo analizan el 'cómo' de las llamadas leyes naturales. El primer obstáculo de una crítica categórica del capitalismo consiste, por tanto, en retirar esas categorías de su status de obviedad tácita y tornarlas explícitas y así, y solo entonces, criticables."(8)

Sostiene al sistema financiero la omisión de cuestionamientos éticos. Si algo debe o no hacerse solo va en función de las maquillables normativas legales, o con la moralidad como imposición externa, o sea, la preocupación por la imagen que se proyecta y sus efectos sobre la cuenta de beneficios. El fetichismo de la cifra encierra la principal categoría moral del mundo financiero: la acumulación. En su sentido más ciego e irracional, ese abstracto pitagórico mueve sobre pantallas procesadoras miles de trozos de nada, desde ningún lugar hacía ningún lugar, acumulando no ya mercancía, trabajo o dinero, acumulando simplemente movimiento. Frente a su normalización, tal y como indica Robert Kurz, hacer explícito y discutible lo implícito y supuesto, actúa sobre su línea de flotación.

Pero precisamente la crítica de ATTAC se caracteriza por su endeblez simbólica y ética, al enfrentar "inversión productiva vs. especulación", positivizando la primera, que no es más que otra manera de acumulación de valor y movimiento. ATTAC insiste en la especulación, la convierte en la piedra angular de su mensaje público, y para entonces el movimiento se despoja a sí mismo de cualquier crítica radical. Intencionadamente o no, de una manera subrepticia se genera un sentido moral en el que no es el fondo, la acumulación de beneficios, sino la forma de conseguirlos, el objeto de juicio teórico. Sin una crítica del concepto de acumulación, como uno de los elementos fundamentales de la psicología y la moral capitalista y consumista, es como poco ficticio, y sin duda imposible, plantear la mínima disputa en torno a la creación de una escala de valores distinta. El aspecto más débil de la propuesta es este precisamente, ya que es adaptable a la dialéctica entre mala conciencia y buenas intenciones, que bancos y corporaciones llevan elaborando años, habiendo conseguido inestimables logros clientelares y de imagen, con frutos como la colaboración directa con determinadas ONG´S, la creación de fundaciones, o más recientemente, los "fondos éticos". Fortuna, Pepsi, BSCH, BBVA... sin contar con la tradición de beneficencia de las Cajas de Ahorros en el estado español, por lo pronto han neutralizado cualquier posibilidad de que el avance de las posiciones de ATTAC les desacrediten, ya que los fines de la Tasa Tobin no van mas allá de lo que estos bancos y multinacionales llevan haciendo unos años, con excelentes resultados publicitarios.

Al fin y al cabo el principio es el mismo, paliar sin cuestionar. La diferencia está en el mecanismo, ya que sería un impuesto; y en el sujeto que lo aplica, ya que no sería una autoretencion en base a cuestiones de rentabilidad o falsa conciencia, sino una retención sistemática gestionada desde los estados u otro tipo de instituciones. Esto, por un lado contrarrestaría en parte la actividad de especuladores individuales, y por otro lado rebajaría algo de autonomía a instituciones bancarias y financieras, pero no les restaría un ápice de legitimidad pública a ellas, ni mucho menos a su política de apropiación caritativa de la solidaridad

EPILOGO

Hoy, tal y como ATTAC construye su discurso y su práctica, llevan dentro una vieja relación que Erich Fromm podría definir como "perversión masoquista": un discurso crítico, una propuesta política, que necesita para sobrevivir del propio mal que combate. La Tasa Tobin lleva en lo mas profundo de sus entrañas ese daño. Bruno Jetin: "M.B.: ¿Existiría la tentación de guardar los euros debido a este costo suplementario en las transacciones?

B. J.: Ninguna empresa extranjera podría desear aislarse del mercado estadounidense, por tener que pagar un impuesto mínimo. Es altamente improbable. Gracias al impuesto Tobin, el euro podrá ser más estable y comportarse como una moneda de reserva, lo que alentará a los ricos de otros continentes a tener euros.(...)

M. B.. Si este impuesto logra suprimir la especulación, deteriorará igualmente los ingresos procedentes de dicha especulación y cuyo destino sería el Tercer Mundo. ¿No le parece que existe una contradicción?.

B. J.: La especulación no desaparecerá totalmente, de modo que siempre producirá ingresos para el Tercer Mundo. Los impuestos sobre el alcohol y el tabaco han reducido el consumo pero no al punto de hacerlo desaparecer."(9)

Como Quijotes, con granos de arena contra los molinos... Que hable Sancho: "¡Que haceis! Que aquello que enfrentáis no son molinos, que son gigantes".


Notas:

1. - LA MITAD DE LAS FAMILIAS TIENE DIFICULTADES PARA LLEGAR A FIN DE MES Las familias españolas destinan un 66% de sus ingresos al pago de deudas en forma de cuotas mensuales y un 51,8% reconocen que tienen dificultades para llegar a fin de mes, según un informe presentado hoy por la organización de consumidores CEACCU. El estudio "El sobreendeudamiento de las familias españolas" de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa Consumidores y Usuarios (CEACCU) señala también que la vivienda absorbe el 43% de los pagos fijos familiares y reclama medidas "urgentes" para proteger al consumidor ante este fenómeno. Como punto de partida, la presidenta de CEACCU, Isabel Ávila, subrayó la disparidad de definiciones de "sobreendeudamiento". Endeudamiento excesivo La CEACCU considera que existe un endeudamiento excesivo siempre que "el consumidor no pueda hacer frente a los pagos comprometidos", pero según los bancos -destacó Ávila- el sobreendeudamiento se produce cuando el porcentaje del deuda familiar sobrepasa el 70% de sus ingresos. En España, ese porcentaje ha pasado de un 50% en 1993 a un 66% en 2001, señala el informe de CEACCU. Esta cifra está en la línea de otros países europeos y es incluso baja en relación con Holanda o Reino Unido, donde el porcentaje se eleva por encima del cien por cien, señala una estadística del Banco de España incluida en el estudio. Asimismo, el informe explica que durante los últimos 17 años los créditos al sector privado en España han pasado de 85.421 millones de euros en 1983 a 201.753 millones de euros en la actualidad y los créditos concedidos para la adquisición de bienes pasan del 2,06% del total del crédito al 9% (agencia EFE).

2. - "Pramoedya Ananta Toer nace el 6 de febrero de 1925 en Blora, una pequeña ciudad de Java Central, en un momento en que las contradicciones entre el gobierno colonial holandés y el movimiento nacionalista indonesio alcanza su punto más álgido. Estudia en una "escuela libre", un proyecto nacionalista para alfabetizar a las clases populares, a las que no llegaba la eduación impartida por los holandeses. Más tarde estudia una carrera técnica en Surabaya, pero antes de que pueda acabarla los japoneses invaden Java. Se incorpora al Ejército Revolucionario de Liberación Nacional después de la rendición japonesa en 1945 y como consecuencia de esta militancia es torturado y encarcelado por los holandeses, de nuevo instalados en el poder. En octubre de 1965, tras el sangriento golpe militar de Suharto en que se asesina a más de quinientos mil comunistas, es arrestado y cuatro años más tarde internado en la isla-prisión de Buru. Como no le permiten leer ni escribir, empieza a narrar historias a sus compañeros de cautiverio" (Biografía ofrecida por Txalaparta en la edición citada)

3. - Ignacio Ramonet, "Punto de partida", Le Monde Diplomatique edición española, nº26 Diciembre 1997

4. - Bruno Jetin, "Unión Europea: Tasa Tobin aquí y ahora", Rebelion -www.rebelion.org- 10-10-01.

5. - El Viejo Topo-Extra 2, "Historia, política, economía, cultura, sociedad, disidencia, de la URSS y los países del este". En el artículo "5 Preguntas a Rossana Rossanda sobre la disidencia", Rossanda afirma lo siguiente: "...la economía no es sólo produción de bienes (y cuando éstos escasean la gente está descontenta y la toma con los que mandan) sino que es también el primer terreno de relación inter-humana".

6. - Greg Oxley, "La Tasa Tobin y el proteccionismo: el engañoso programa de ATTAC". La Riposte. Reproducido en Rebelión -www.rebelion.org-.

7. - La consecución de la escuela pública, es desde un punto de vista histórico un logro incuestionable, pero es un ejemplo de cómo importantes victorias, una vez depositadas en manos de la administración se convierten en un arma ideológica más del estado que subvierte cualquier conquista originada por las luchas sociales en su propio favor. Existen ejemplos de que se puede dar continuidad a esos logros desde la propia base social, como es el caso de "La Prospe" en Madrid, uno de los pocos casos en que la lucha por una escuela pública ha dado lugar a la larga experiencia de un proyecto educativo y popular arraigado en el barrío de Prosperidad.

8. - Robert Kurz, "Las lecturas de Marx en el siglo XX", Pimienta Negra. Reproducido en Rebelión 29-6-02.

9. - Entrevista con Bruno Jetin, realizada por Marie Boêton para "Politis". Reproducido en "El grano de arena".


(co-redactor de Cadiz Rebelde - www.cadizrebelde.com-)

 
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