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Uruguay: El futuro gobierno del Frente Amplio
ya empezó
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x Pedro Gez
Ningún lector de Tribuna de los Trabajadores puede haberse
sorprendido de la reacción del Frente Amplio y su gobierno de
Montevideo, ante la masiva y decidida huelga de los trabajadores municipales,
por el respeto del convenio y la recomposición del salario real.
Pero sin duda que para una gran cantidad de militantes obreros y de
izquierda, la conducta rabiosamente patronal y negrera del conjunto
del Frente Amplio (FA), no sólo de la administración del
intendente Arana, ha significado una puñalada por la espalda
y con seguridad, ha iniciado un acelerado proceso de crisis y ruptura
político-organizativa con su dirección pequeño
burguesa tradicional.
Los "amigos" del pueblo
La debacle de todas las corrientes políticas del FA no tuvo
límites a la hora de montar una verdadera conspiración
política contra los huelguistas de Adeom, a los que acusaron
desde lúmpenes hasta agentes de los servicios de inteligencia
del Estado, para lo cual, naturalmente, tuvieron todos los medios de
comunicación a su entera disposición. Pero esta declaración
de guerra contra la clase obrera que había "osado"
hacerle una huelga al "gobierno popular", no fue encabezada
por la llamada derecha del FA, sino por su ala "izquierdista".
Fue desde el PS, el PCU, la CI y el MPP, donde a la hora de quebrar
la huelga, violentar el mandato de la asamblea y defender la propuesta
de la IMM (que no era otra cosa que desconocer el convenio, como finalmente
ocurrió, sancionar la rebaja salarial y la superexplotación
obrera), partió la ofensiva "patriótica" tendiente
a provocar la quiebra del sindicato y una derrota de alcance histórico
para los municipales y al mismo tiempo, una advertencia para todo el
movimiento obrero que quiera ver satisfechas sus reivindicaciones con
un gobierno "progresista" del FA.
Las palmas de esta campaña antiobrera se la llevaron los reciclados
ex guerrilleros del MPP, que se postran resignados a sostener a Batlle
y esperar su turno en el 2005, pero que se levantan furiosos cuando
la clase obrera rompe el anhelado equilibrio que tanto preocupa al pequeño
burgués auto satisfecho.
Para Mujica, la huelga municipal fue el producto elaborado de "Una
izquierda ultra, que crece y quiere horadar al FA" (La República,
9/11), es decir que para el ex tupamaro, la defensa de las condiciones
de vida de la clase obrera y el método de la huelga no tienen
nada que ver con la lucha de clases, simplemente se trataría
de una conspiración política artificialmente construida
contra su partido. Mujica actúa como un enano reprimido que se
niega a mirar hacia arriba para no tener que reconocer su propia estatura,
señalando que la política negrera y patronal del FA debe
ser defendida hasta el final "... la manera de respaldar a mi Intendente,
es sacarle las castañas del fuego, que se liquide el conflicto..."
(ídem). Sin duda que los integrantes del MPP en el ejecutivo
de Adeom, entendieron clarito el mensaje.
Para este ex foquista (y ex izquierdista) la clase obrera no es otra
cosa que una masa embrutecida e ignorante, por eso afirma que este conflicto
podía resolverse "... saliendo a tomar unos vinos y si hay
que agarrarse a los roscazos... algún roscazo" (ídem).
Mujica asemeja la lucha política y física de los trabajadores
de Adeom contra la patronal, los carneros y la traición de la
burocracia, con un rebaño de bestias cuyo instinto animal los
llevará luego a "...pegarle un roscazo a la mujer, al hijo
o al tipo del barrio" (ídem). El principal dirigente del
MPP, parece estar ufanándose de aquello que adolece.
Pero si Mujica ha ido lejos, su socio Fernández Huidobro no
se quedó a la zaga: el Senador ve a los funcionarios públicos
como un verdadero cáncer que habría que extirpar del cuerpo
social, lo que no casualmente, lo coloca en la misma "línea
de fuego" (¡que paradoja de la historia!) del FMI y los saqueadores
del país, cuando afirma que "...aquí hay una verdadera
casta, casi una mafia enquistada en esa, al decir de Batlle, gigantesca
teta del Estado".
Para Huidobro, la lucha de la clase obrera contra los atropellos del
Estado y la declaración de Adeom de que los trabajadores no deben
pagar la crisis capitalista, es una evidencia de parasitismo social
y hasta de actividad "mafiosa", es decir delictiva. Por eso
creyó encontrar en los piquetes de huelga, un método tan
antiguo como la clase obrera misma, el germen mismo de una conspiración
internacional para delinquir: "...de Argentina vienen muchas cosas,
palabras –por ejemplo "piquete"– y también
un modus operandi". Para este agradecido Senador, la defensa que
los trabajadores hacen de su lucha, sólo puede explicarse con
el lenguaje de los aparatos represivos del Estado, por eso no duda en
pasar a la delación periodística de los luchadores populares
cuando rememorando la manifestación contra Batlle y otros jerarcas
del gobierno en un Liceo de la Unión, afirma que "... la
dirigencia de Afcasmu. Es lo mismo, es exactamente lo mismo. Yo estuve
en la puerta del Palacio Legislativo cuando aquella manifestación
estudiantil de agosto cuando quisieron incendiar la puerta de la calle
General Flores ... esto va a seguir pasando y no nos podemos chupar
el dedo".
Un pequeño capítulo aparte merece la conducta de la
dirección de la CI, cuya esquizofrenia política los ha
llevado al ridículo de pronunciarse solidariamente con los trabajadores
de Adeom y sus reclamos y al mismo tiempo "respaldar todo lo hecho
por nuestros militantes en el ejecutivo de Adeom". ¡Pero
son sus militantes en la dirección de Adeom los que llamaron
a levantar la huelga y aceptar el ultimátum negrero de la patronal
frenteamplista! La CI deberá saber que se puede engañar
a poca gente durante un tiempo, pero no se puede engañar a todos,
todo el tiempo.
La unidad, con los explotadores
La huelga de Adeom quitó el velo a la vieja cantinela stalinista
de "no hacerle el juego a la derecha". La lucha obrera en
la IMM reveló una completa unidad de principios entre los auto
denominados progresistas y la maquinaria del Estado burgués.
Desde los llamados histéricos de los Arana al ministerio del
Interior para el envío del aparato represivo contra los huelguistas
piqueteros, hasta el reclamo desembozado de que la justicia burguesa
se ocupe de procesar a los dirigentes obreros de la huelga (ver recuadro),
pasando por la solidaridad de clase de blancos y colorados, todo el
arco político parlamentario del Uruguay y los grupos capitalistas
más concentrados declararon una verdadera cruzada contra los
huelguistas de Adeom.
Es que el olfato de clase de la burguesía, que veía
en el desarrollo y extensión de la huelga, un peligroso contagio
para todo el movimiento obrero, fue más fuerte que sus diferencias
electorales e incluso aquellas que aparecen a la hora de abrir la caja
registradora, lo que ya es mucho decir.
Todos los medios de prensa y en primer lugar el millonario "Grupo
Plural", se lanzaron como lobos hambrientos a la caza de los huelguistas,
para los que no ahorraron diatribas ni escarnios. "La República"
llegó al ridículo intelectual de comparar la huelga de
Adeom con la matanza del régimen ruso de Putin, en la recaptura
del teatro de Moscú, y con la política imperialista del
demócrata monárquico inglés, Tony Blair.
El frente del FA y la burguesía contra los trabajadores, fue
unido por el espanto, el espanto del fantasma de la huelga general que
recorre a la clase obrera en el marco de una crisis política
que está llegando a su desenlace y que barrerá con el
gobierno Batlle.
El "compañero" Danilo Arbilla
En su editorial de "Búsqueda" del jueves 7/11, este
vocero del gran capital no duda ni un instante en desautorizar a sus
propios columnistas, para resaltar la perspectiva presente y estratégica
del Frente Amplio. Dice Arbilla: "... desde nuestra óptica,
el FA salió fortalecido del conflicto. Ganó, no perdió
... nuestra interpretación es que el gobierno frentista hizo
lo que mucha gente ha deseado y esperado que hagan el gobierno y los
partidos tradicionales en muchas circunstancias y que hace mucho tiempo
que no hacen...".
Para que nadie crea que lo suyo es un exabrupto, el nuevo compañero
de ruta del FA es todavía más claro, "... no importa
lo que han dicho y lo que han hecho antes lo cierto es que el gobierno
frentista se negó ... a pagar mayores ajustes de salario ...
aunque para ello tuvo que incumplir un convenio laboral ... defendió
el derecho de los funcionarios que no estaban de acuerdo con la huelga,
denunció y fustigó duramente a quienes negaban de hecho
y de palabra ese derecho y pidió la protección policial
que se requería".
Arbilla ha sido gratamente impresionado con el despliegue antiobrero
y negrero del gobierno frentista, tanto que se declara votante e incondicional
impulsor de un gobierno nacional del FA, ya que "no importa lo
que hayan hecho o dicho antes", lo que en boca de un representante
de los saqueadores capitalistas es mucho más que una simple expresión
de deseos y para aventar cualquier resabio de duda acerca de su caracterización,
concluye señalando: "... en Uruguay puede darse, y de alguna
forma ya se está dando, el axioma de que todas aquellas cosas
que se atribuyen como deberes de los gobiernos de derecha, conservadores
o liberales, las terminan haciendo los gobiernos de izquierda...".
Sólo doce días de huelga le han alcanzado a Danilo Arbilla
para otorgarle una bendición incondicional a un gobierno nacional
del FA, a este paso, es muy probable que mucho antes de lo que se imaginaba,
Tabaré ya haya encontrado a su Alencar uruguayo.
Tribuna de los Trabajadores
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