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Entrevista histórica de Marta Harnecker a Humberto Ortega
Introducción
"Sin la unidad monolítica del sandinismo: sin una estrategia insurreccional apoyada en las masas; sin una debida coordinación entre los frentes guerrilleros y los frentes militares de las ciudades; sin una comunicación inalámbrica eficaz para coordinar todos los frentes; sin una radio para orientar al movimiento de masas; sin recursos técnico-militares de contundencia; sin una retaguardia sólida para introducir estos recursos, para preparar a los hombres, para entrenarlos; sin actividad previa de triunfos y reveses, como se dio a partir de octubre de 1977 en Nicaragua, en donde las masas fueron sometidas a la más bárbara represión pero, a la vez, a la más grande escuela de aprendizaje; sin una política de alianzas hábil, inteligente y madura, no habría habido triunfo revolucionario".
Esta breve síntesis de las condiciones que permitieron la victoria popular en Nicaragua fluye de manera vivaz, rápida y segura de boca de uno de los más destacados comandantes sandinistas: Humberto Ortega. Ella es enunciada después de una larga conversación en la que, motivado por las preguntas de la periodista, va realizando un balance crítico de los principales momentos de la lucha armada desarrollada por el FSLN y el pueblo nicaragüense a partir de la ofensiva de octubre de 1977. La entrevista tiene por objetivo dar a conocer la experiencia político-militar que conduce al triunfo revolucionario en ese país centroamericano a través del prisma de uno de sus más lúcidos protagonistas. Esta no es sino una forma de salirle al paso, a tiempo, a las incorrectas interpretaciones que a menudo se hacen desde fuera, bien o mal intencionadamente, de los procesos revolucionarios. ¿Acaso no ha ocurrido así, por ejemplo, con la Revolución Cubana? Pero antes de pasar a desarrollar los problemas de fondo de esta entrevista, hagamos una breve síntesis de la trayectoria política de nuestro interlocutor.
Veterano luchador antisomocista a pesar de tener sólo 33 años, Humberto Ortega fue el principal estratega de la ofensiva armada insurreccional que derrocó al tirano en julio de 1979. Trece años antes, con una pistola, una bomba molotov y unas cuantas tachuelas, él y un grupo de camaradas habían pretendido infructuosamente aniquilarlo físicamente. Tres años después, en 1969, es herido y hecho prisionero, quedando inhabilitado parcialmente en el uso de su mano izquierda y totalmente de su mano derecha, al fracasar un operativo organizado por el FSLN para liberar a Carlos Fonseca, máximo dirigente sandinista preso en Costa Rica. Poco dura, sin embargo su cautiverio ya que el 10 de octubre de 1970 logra la libertad gracias a la acción de otro comando del Frente dirigido, esta vez por Carlos Agüero, que secuestra un avión costarricense con 4 funcionarios yanquis de la United Fruit y los canjea por los dirigentes sandinistas presos. Producto de esta operación es que viaja por primera vez a Cuba. Hijo de una familia modesta pero revolucionaria a carta cabal, nace en Juigalpa, Chontales en 1947. Sus padres conocen la prisión producto de sus actividades antidictatoriales.
Su hermano menor, Camilo, muere esforzándose por dar conducción a la espontánea insurrección de los indios de Monimbó en febrero de 1978. Su hermano mayor, Daniel, hoy miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista, pasa 7 años en las cárceles de Somoza, siendo igualmente liberado por una acción del FSLN en 1974. Desde muy joven Humberto se transforma en un decidido activista del movimiento estudiantil antisomocista y antiimperialista y ya en esa época empieza a prepararse físicamente para la lucha armada. En 1965-66 se integra en forma orgánica al Frente Sandinista del cual llega a ser en 1972 uno de sus máximos dirigentes. Al producirse el fraccionamiento en tres tendencias, en 1976, pasaba encabezara tendencia insurreccional o "tercerista". Luego al darse la reunificación, en marzo de 1979, forma parte de la Dirección Nacional Conjunta. Y pocos meses después del triunfo revolucionario, en octubre, es nombrado Comandante en Jefe del Ejército Popular Sandinista. Tenacidad, firmeza, pero sobre todo, audacia revolucionaria encontrará el lector a lo largo de estas páginas.
Kolectivo
La Haine
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