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El 2 de octubre no se olvida: Lucha y masacre en México,
1968
Parte 2: Sangre en Tlateloco
Cuando las mujeres de Tlatelolco hirvieron agua... pero no para cocinar
A medida que las batallas entre los estudiantes y las fuerzas de seguridad cobraban furia--y el apoyo era más arriesgado--más sectores del pueblo tomaron partido con los estudiantes. Eso ocurrió muy especialmente en la unidad habitacional Tlatelolco, un enorme conjunto de torres de edificios para familias de la clase media, donde también viven muchas familias de la clase trabajadora y familias pobres. Un análisis de prensa calculó que 12.000 habitantes de Tlatelolco entraron al movimiento del lado de los estudiantes.
El 21 de septiembre mil policías atacaron la Vocacional 7, que queda en Tlatelolco, y tropezaron con la encarnizada resistencia de los estudiantes. La policía prendió incendios en dos edificios, balaceó la escuela e inundó de gas lacrimógeno los apartamentos vecinos.
Esa noche, muchas amas de casa de Tlatelolco la pasaron hirviendo agua para aventársela desde las ventanas a los soldados o buscando trapos, botellas y combustible para hacer cócteles molotov para los estudiantes. Los niños les echaban piedras desde los tejados a los uniformados de abajo. Cientos de estudiantes de escuelas vocacionales de las colonias pobres cercanas rompieron el cerco policial quemando los carros de la policía. La prensa informó que muchachos "pandilleros" de Tepito también se unieron al combate. Llegaron refuerzos del ejército, pero así y todo las fuerzas de seguridad se tuvieron que retirar muchas veces. Por fin, a las 2 de la madrugada, abandonaron la lucha.
En esa batalla mataron a una bebita y por lo menos a tres estudiantes; se llevaron presos a centenares. Veinte granaderos salieron heridos; cuatro recibieron disparos: a uno lo mató un teniente del ejército porque le estaba pegando a su mamá.
Dos días después, en una nutrida balacera, la policía se tomó la Vocacional 7. En respuesta, una representante de los inquilinos de Tlatelolco pidió una huelga de alquiler por la misma duración que el conflicto estudiantil.
El 24 y el 25 de septiembre tuvo lugar una batalla similar, pero más intensa, de 1500 policías y soldados contra 2000 estudiantes en el Casco de Santo Tomás del Instituto Politécnico Nacional, cerca de las refinerías. Los estudiantes, algunos armados, montaron barricadas, cavaron trincheras, organizaron un puesto de guardia, crearon un sistema de mensajeros y se atrincheraron en los techos. El Washington Post escribió que unos estudiantes se apropiaron de un carrotanque para dispararle a la policía y que esta mató por lo menos a 15.
El gobierno no escogió por pura casualidad a Tlatelolco como escenario de la masacre ni fue accidental que las fuerzas armadas dispararan contra todos por parejo... hasta niños. La participación de los habitantes de Tlatelolco mostró el potencial que tenía el movimiento estudiantil de desencadenar una ola mucho más poderosa de rebelión popular contra la clase dominante.
Kolectivo
La Haine
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