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Montoneros, sobre la conformación de la rama sindical Juventud
Trabajadora Peronista
"Juicio a la teoría de los dos demonios", Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 22 de septiembre de 1999: Intervención
de Juan Carlos Dante Gullo, ex responsable de la Juventud Peronista a cargo
de la Regional 1 de la misma, estuvo preso ocho años y ocho meses por pelear
contra la Dictadura, actual dirigente del Partido Justicialista. (Nota-La
Haine: el PJ es el partido del defensor de genocidas, Menem)
Elena González Bazán, fiscalía. - Teniendo en cuenta el proceso a partir de 1973, en esta primera pregunta, lo que se quiere saber es sobre la conformación de la rama sindical Juventud Trabajadora Peronista y la importancia que tiene para la organización Montoneros esta conformación -sobre todo teniendo en cuenta el discurso que hace en la planta Mario Eduardo Firmenich (jefe máximo de Montoneros), a cargo de la conducción de Montoneros, cuando plantea el 22 de agosto, a un año de la masacre de Trelew, la importancia de armar este frente sindical-, y cuáles eran estos objetivos.
Metido en la pregunta me gustaría, dado que estuve en el primer debate,
introducir tres elementos, no solo contestando a la pregunta sino a la pregunta
anterior.
Creo que comenzó un proceso donde tenemos que redimensionar lo que significó
el proceso de los '70 y fundamentalmente del Peronismo. Es imposible trabajar,
estudiar, analizar, sacar conclusiones de los '70, de la Juventud, de los Montoneros,
fuera de lo que es el contexto del movimiento peronista y de las luchas populares
en la Argentina. Cualquiera que quiera hacer abstracción de esto va a
cometer algunas limitaciones o va a caer en soluciones muy reduccionistas que
lo único que van a seguir haciendo es generar un estado de limitación
de los hechos acaecidos que hoy siguen siendo trascendentes en la historia política
y de las luchas en la Argentina.
Esto vale para todo, no solo para las definiciones político-ideológicas
sino para las metodologías y los niveles de organización alcanzados.
Ninguna de estas tres cosas está fuera de la posibilidad de entenderlas
si no es en integralidad de la comprensión de las luchas llevadas hacia
delante por nuestro pueblo.
Con esto quiero, además, ir a las cuestiones de fondo, porque sino caemos
todos en la misma situación -y esto fundamentalmente dirigido a las nuevas
generaciones-; se puede caer fácilmente en el tema del "yo no fui",
o "yo no estuve" o "yo no estaba de acuerdo con tales propuestas",
o "no estaba de acuerdo con aquellas cosas" que supuestamente hoy,
entenderlas, definirlas, defenderlas o dar la cara significa un elemento de
mayor necesidad de explicitación, de comprensión o de síntesis.
Con esto quiero decir, concretamente, que el gran ausente en la historia política
argentina, en la del Peronismo y en la de las luchas populares es el fenómeno
más rico de los '70, y esto es el nivel de masividad, de compromiso,
de participación y de organización al que llegó, a un nivel
determinado, el pueblo argentino.
Y al hablar de esto no se puede hacer abstracción ni del Peronismo, ni
de Perón, ni de lo que significó la organización Montoneros,
la Juventud Peronista o las organizaciones revolucionarias en las décadas
del '60, '70, cualquiera haya sido el signo o expresión ideológica
de las mismas. No se puede hacer abstracción de esto; hay textos, hay
hechos, hay situaciones que nos obligan a ver integralmente esto, porque sino
no se puede entender cómo acaecieron las cosas. No se puede hablar del
Cordobazo haciendo abstracción de la Resistencia. No se puede hablar
de la organización Montoneros haciendo abstracción de lo que significaron
las luchas revolucionarias y populares de nuestro pueblo. No se puede hacer
esta pregunta de cómo apareció la JTP si no se entiende que hubo
un proceso que determinó que todos estábamos imbuidos y convencidos
de que estábamos luchando por los intereses históricos inmediatos
de los trabajadores, y que los trabajadores significaban la columna vertebral
del movimiento peronista, y que los trabajadores significaban la columna vertebral
del proceso que estaba definiendo una manera de hacer política, de definir
la liberación, la revolución o la toma del poder en Argentina.
Entonces, si no se comprende hoy lo que para muchos de nosotros significaba
abrazar, comprender la ideología de los trabajadores, es muy difícil
explicitar cómo se conforma la organización de la JTP.
Si yo les digo a ustedes que el acto de lanzamiento de la Juventud Trabajadora
Peronista fue el 1° de mayo de 1973, no les estoy diciendo nada, estoy dando
un hecho: 1° de mayo de 1973. Ustedes piensen que el 11 de marzo se votó
en Argentina y el 25 de mayo accede al gobierno Héctor J. Cámpora.
Entonces ¿Cuál es la pregunta? ¿Definir qué era
la JTP o ver el proceso que significó que en un determinado momento haya
habido necesidad de lanzar a la Juventud Trabajadora Peronista? Ahora qué
pasa, la Juventud Trabajadora Peronista como estructura se lanza oficialmente,
institucionalmente, el 1° de mayo de 1973, pero durante muchos años,
compañeros, compañeras, sobre todo la gente joven, hubo una práctica,
una relación, un acercamiento, una constante en lo que significaba la
práctica política de muchos de nosotros con respecto a la clase
obrera. No existía la organización político-militar Montoneros,
por ejemplo, en la Regional 1, en la Capital, pero sí existían
múltiples contactos con trabajadores de base, con trabajadores que se
van organizando, con trabajadores que van generando, desde sus lugares de trabajo,
desde sus barrios, instancias o estructuras organizativas que iban elevando
el nivel de respuesta al que después llegamos en un acuerdo de muchos
de nosotros. Éramos muy pocos compañeros en la Capital Federal
y cada uno de nosotros tenía en un determinado momento, en el proceso
'70 - '71, una relación con las distintas fábricas de donde venía,
o distintos lugares donde desarrollábamos práctica política.
¿Qué significaba esto? Íbamos a las 4 o 5 de la mañana
a puerta de fábrica, porque ir allí a esa hora, o a las 12 cuando
viene el cambio o luego volver a la noche, era tan natural como llevar un libro
político debajo del brazo o reunirnos con jóvenes o tratar de
ir definiendo cuáles eran las problemáticas o contradicciones
de la Argentina.
Éstas son las cosas, me parece, que hay que comenzar a sacar de los procesos
de los '70, porque si no caemos siempre en la misma, vamos a ver en la "teoría
de los dos demonios" que hay un grupito de malos que supuestamente hizo
cosas que hoy parecen como tremendas, otro grupito de malos que hizo cosas muy
tremendas a nivel de lo que significó reprimirlas y hubo una ausencia
a nivel de participación y protagonismo de sectores sociales que eran
los que realmente iban determinando lo que significaba un nivel de conciencia
y un cambio histórico de la Argentina.
Antes de que se lanzara la JTP ya había compañeros que estaban
organizados en cada fábrica, en cada oficina, en cada lugar de trabajo;
ya había compañeros que habían comenzado a vivir un marco
de contradicción y definición que no era nuevo de los '60 y de
los '70 sino que venía de un replanteo profundo que había comenzado
en los primeros gobiernos peronistas. Eso siguió; y acá quiero
aclarar lo siguiente, el panel anterior que comenzó a trabajar la idea
de por qué la definición de los '70 omitió muchas cosas,
omitió, por ejemplo, los nombres de Perón y Evita en función
de los que significó para nosotros, las nuevas generaciones, comenzar
a definir un proceso de participación y protagonismo. ¿Por qué
digo esto? Porque me acuerdo que era muy niño y en mi casa, por ejemplo,
se decía que si hubiese estado viva Evita no hubiesen derrocado a Perón;
y me fui criando en esa idea como otros chicos del barrio, que si hubiese estado
Evita, acá, a Perón no solo no lo derrocaban sino que el pueblo
trabajador hubiera salido a la calle a enfrentar a las fuerzas de la reacción
y el gorilismo. Y seguí creciendo y escuchaba como algo muy normal que
había que quemar el Barrio Norte, por ejemplo; claro, en la época
del '55, nos hablaban así a niños muy chiquitos que éramos
como los de ahora, queríamos juguetes, creíamos en los Reyes Magos,
esperábamos la Navidad, los cumpleaños respectivos, veíamos
a papá y a mamá como sabios e inteligentes para protegernos y
darnos todo, veíamos, todavía, en el colegio, en las maestras,
en los profesores, en los hermanos, en los vecinos más grandes, referencias,
códigos de comportamiento; pero íbamos creciendo con que si hubiese
estado Evita no hubiera pasado eso, íbamos creciendo y sabíamos
que había dos clases de peronistas, los leales y los traidores, y que
dentro de los traidores estaba la burocracia sindical que había entregado
al general Perón y a la Revolución. Entonces, claro, con todo
ese bagaje, un niño que después va metiéndose en la cosa
política va encontrando lugares comunes, posibilidades de desarrollarse
en su práctica política.
¿Por qué se conforma la JTP? Porque en los años, prácticamente,
'72, '71, '70, '73, estaba clara la divisoria entre lo que era la burocracia
sindical y aquellos sectores que desde el trabajo o desde la organización
del movimiento obrero pugnaban para llevar adelante las propuestas que significaban
liberación y revolución en la Argentina, porque además
había habido una experiencia anterior, como la que significó la
CGT de los Argentinos, y había habido otra experiencia anterior que había
dejado en descubierto a la burocracia sindical cuando no lo traen a Perón
en el primer frustrado retorno. Entonces, cuando no se da ese retorno de Perón,
muchos decimos ahí está, queda en evidencia una burocracia que
claudicó y traicionó, y había que comenzar a replantear
lo que significaba la posibilidad, desde una nueva práctica política,
desde una nueva militancia, desde nuevos referentes o dirigentes gremiales y
sindicales, de ir dándonos otras pautas de trabajo y organización.
Ese contexto, ese telón de fondo, si no se lo trabaja con tranquilidad,
con datos, con elementos que significan la historia real y viva del pueblo argentino
y del Peronismo, no nos va a permitir con mucha tranquilidad, con buena capacidad
de análisis, de trabajo y de estudio, comprender las causas profundas
que hacen hoy a este debate.
Además, otra cosa que también hay que remarcar porque si no parece
que cada coyuntura, cada momento nos saca de lo que es una historia que todavía
sigue siendo contemporánea, reciente y nos da elementos para seguir trabajando
y nos da, además, pautas de comportamiento y conducta. Muchos de los
actores de los '50, de los '60, '70, '80, '90, siguen estando vivos y han participado
de una u otra manera en muchas de estas historias; no estamos hablando de algo
que pasó en otro lugar, en otro país y con otra gente. Esto es
a lo que nos ha llevado muchas veces la "teoría de los dos demonios",
parece que acá no fue, parece que fue en otro lugar donde hubo gente
que un día se levantó e hizo cosas que no estaban dentro de la
normalidad y hubo otra gente que llevó adelante una reacción en
función de ese grupo minoritario. Y no, todo esto está acá,
forma parte de una realidad cultural, social y política que todavía
nos exige ser respetuosos, porque además pasaron muchas cosas.
Estamos hablando de lo que significaron, a nivel de historia política
argentina, los hechos político-sociales más significativos de
la historia de la Argentina, de Latinoamérica y del mundo. Acá
se han movilizado casi más de tres millones de argentinos cuando fue
el 20 de junio el segundo retorno de Perón. Claro ¿qué
dice el facilismo de ciertas intenciones? Quieren marcar lo que fue el hecho
negativo o lo violento del 20 de junio, pero nadie se puso a analizar lo que
significa una movilización de tres millones de argentinos acaecida hace
muchos años cuando no había todavía elementos o posibilidades
como ahora a nivel de comunicación, transporte u otras realidades para
manejarnos con otra posibilidad de inteligencia.
Sobre esto he dado en estos años una tranquila y normal disputa y peleíta,
en el sentido de que va a costar mucho volver a hablar de lo que fue el rico
proceso de los '70 a nivel de lo que significó la participación
y el protagonismo popular, y decirlo con todas las letras, sin ponernos colorados
cuando nombramos a Perón -más allá de que podemos cargar
las tintas para un lado o para el otro-, nombrarla a Evita, a los compañeros
trabajadores, a los dirigentes o a lo que fuimos, de alguna u otra manera, todos.
Esto se ve así o no se ve.
Escuché recién cuando decían quién era. Yo soy dirigente
del movimiento peronista, ahí el compañero dijo Partido Justicialista,
no me asusta porque no tengo por qué no ser dirigente peronista y defender
los que significa esta veta histórica, porque además por qué
no tengo que ser dirigente peronista, porque supuestamente algún compañero
cree que porque Menem gobierna mal el Peronismo pasó de largo, por qué
no tengo que ser peronista, o por qué tengo que jugar a que hoy, ante
una coyuntura electoral, no puedo yo ofrecer lo que es la integridad o riqueza
de la lucha de nuestro pueblo, por qué no puedo hablar de la liberación
o de la revolución si es un lenguaje común, o del movimiento obrero,
si es un lenguaje común de mi identidad y de movimiento, por qué
yo no puedo decir que cuando era joven yo creía y sigo creyendo en que
la columna vertebral de la revolución era el movimiento obrero.
No quiero hablar por el panel anterior, lo que quise hacer, y me pareció
correcto ya que fui oyente y participé y quiero hacerlo en todos los
paneles, fue introducir elementos que nos permitan también jugar en el
tablero correcto, porque es imposible hablar de los Montoneros, de la JP, si
no nombramos a Perón y a Evita, si no nombramos al movimiento obrero
o si no hablamos de su lucha. Me parece que yo no puedo caer en el error de
la abstracción porque es una de las maneras, también, de ubicar
en el tablero la "teoría de los dos demonios" y las intenciones
que están muy teñidas de los hechos determinantes de estos años,
de la política o de esta manera en que hoy se cierra.
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