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Populismo
Mario Roberto Santucho, ex-líder del Ejército Revolucionario
del Pueblo (ERP) - Argentina
La lucha por el poder obrero y popular, por el socialismo y la liberación
nacional, es inseparable de la lucha contra el populismo y el reformismo, graves
enfermedades políticas e ideológicas existentes en el seno del
campo popular. El populismo es una concepción de origen burgués
que desconoce en los hechos la diversidad de clases sociales; unifica la clase
obrera, el campesinado pobre y mediano, la pequeña burguesía y
la burguesía nacional media y grande bajo la denominación común
de pueblo. Al no diferenciar con exactitud el rol y posibilidades de estas diversas
clases, tiende constantemente a relacionarse, con prioridad, con la burguesía
nacional y a alentar ilusorias esperanzas en sus líderes económicos,
políticos y militares, incluso en aquellos como Gelbard, Carcagno o Anaya,
íntimamente ligados a los imperialistas norteamericanos. La corriente
popular más importante gravemente infectada con la enfermedad populista,
es Montoneros. Su heroica trayectoria de lucha antidictatorial se ha visto empañada
por la confianza en el peronismo burgués y burocrático, que ha
causado grave daño al desarrollo de las fuerzas progresistas y revolucionarias
en nuestra patria.
Con el profundo y sincero aprecio que sentimos por esa organización cimentado
por la sangre de nuestros héroes comunes que se entremezclara en Trelew,
pensamos que es obligación de todo revolucionario dar con franqueza la
lucha ideológica, reflexionar en conjunto sobre la experiencia de su
apoyo a Perón y al peronismo burgués y combatir las latentes expectativas
en Carcagno, Gelbard u otros líderes de las clases enemigas. A partir
de su inevitable ruptura con el peronismo burgués y burocrático
que ha comenzado a concretarse definitivamente en las últimas semanas,
Montoneros tiende y tenderá cada vez más a retomar lazos con las
organizaciones progresistas y revolucionarias, entre ellas con nuestro Partido.
Tiende y tenderá cada vez más a reintegrarse a su puesto de combate,
a enfrentar con las armas en la mano, al gobierno y las fuerzas policiales y
militares de la burguesía y el imperialismo. Pero ello no implica un
cambio de fondo en la concepción populista. De ahí que al mismo
tiempo que saludamos la nueva orientación Montonera, estamos convencidos
de la necesidad imperiosa de combatir intensamente la enfermedad ideológica
y política llamada populismo para exterminarla definitivamente del campo
popular, principalmente de Montoneros, la más afectada por esa temible
enfermedad burguesa.
Cuando a principios de 1973 la dirección de FAR caracterizó entusiasmada
al Gral. Perón como líder revolucionario y calculó que
el gobierno peronista, denominado por ellos gobierno popular, llevaría
adelante una política consecuentemente antiimperialista y pro-socialista,
nuestra organización planteó a estos compañeros:
"Estamos en presencia de un claro plan del enemigo consistente en el acuerdo
entre la Dictadura Militar y los políticos burgueses, con el objeto de
salvar al capitalismo, detener el proceso revolucionario en marcha. Para ello
el conjunto de la burguesía pretende volver al régimen parlamentario
y de esa manera ampliar considerablemente la base social de su dominación,
reducida estrictamente a las FF.AA. durante el Onganiato, aislar a la vanguardia
clasista y a la guerrilla, para intentar su aplastamiento militar. La ambición
de la burguesía es detener y desviar a las fuerzas revolucionarias y
progresistas en su avance, y llegar a una estabilización paralela del
capitalismo argentino. Este plan es irrealizable a corto y mediano plazo porque
la crisis económico-social, así como la potencia actual de las
fuerzas revolucionarias progresistas, lo impedirán. Sin embargo, el plan
enemigo pese a su elementalidad encierra ciertos peligros fundamentalmente el
que motiva la presente carta, debido, pensamos a la juventud, debilidad política
e inexperiencia de sectores de la vanguardia revolucionaria".
"...el éxito fundamental que ha comenzado a lograr y que debemos
enfrentar con todas nuestras fuerzas, es poner una cuña en las organizaciones
armadas, comenzar a tener una influencia cierta en las organizaciones armadas
peronistas y en sectores de la juventud peronista, dirigida a detener y desviar
su accionar a partir de la consumación de la farsa electoral".
"Analizando vuestra evolución como organización revolucionaria
y basados en el conocimiento surgido de la actividad en común, pensamos
que vuestra actitud tiene un significado profundo y que encierra serios peligros
para el desarrollo futuro de las fuerzas revolucionarias en nuestro país.
Pensamos que la negativa a firmar con nosotros es una concesión de Uds.
a las presiones macartistas y derechistas del peronismo burgués, y que
es una cara de la moneda que tiene como reverso vuestro apoyo incondicional
y activo a los políticos burgueses del peronismo y del integracionismo
a los Cámpora, Solano Lima, Silvestre Begnis, etc."
" Esto es motivo de honda preocupación para nosotros, no sólo
por las trabas que coloca en el desarrollo político militar homogéneo
de las organizaciones armadas, los avances hacia la unidad, sino porque muestra
a Uds. en una vacilación inexplicable, ante la posibilidad de suspender
las operaciones militares a partir de la instauración del nuevo gobierno
parlamentario que planea darse la burguesía"3.
Lamentablemente, estas sanas y justas observaciones no fueron escuchadas y la
política de FAR-Montoneros se tiñó de apoyo al gobierno
contrarrevolucionario y antipopular y de una línea general divisionista
en el seno del pueblo, tendiente al irrealizable propósito de aislar
a nuestra organización.
Si recordamos hoy esto es porque el enemigo presentará en el futuro una
nueva engañifa, posiblemente de tipo peruanista, con Carcagno a la cabeza,
por ejemplo, y levantando el programa del FREJULI o quizás otro mucho
más radicalizado. Para eludir esa nueva trampa, para rechazar sin vacilación
esa nueva patraña, ese nuevo canto del cisne, es imprescindible comprender
el error cometido ante el GAN, rectificar esa línea proburguesa, erradicar
la enfermedad del populismo.
Kolectivo
La Haine
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