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El imperialismo mata también en el Occidente
Campo Antiimperialista
Génova llama a la lucha,a la unidad y a la crítica
El imperialismo mata en Cuba, en Iraq, en Yugoslavia, Palestina, Colombia y también en el Occidente pacificado al cual, se dice así, la democracia y el libero mercado han vuelto opulento.
El Campo Antiimperialista rinde honor al compañero Carlo Giuliani, asesinado en Génova por las guardias armadas del capitalismo imperialista. El Campo expresa su plena solidaridad a todos los compañeros heridos, perseguidos y arrestados arbitrariamente y también a los desaparecidos. "Las jornadas de Génova" merecen una reflexión política sobre la globalización, que no es otro que el imperialismo, y sobre el movimiento, o mejor, sobre los movimientos que la contestan.
1) Génova no es Cuba, ni es el Iraq, Yugoslavia, Palestina o Colombia. Pero si Goteborg no hubiera sido suficiente, Génova tendría que haber aclarado a todos que el imperialismo y la burguesía no titubean en usar sus ejércitos cuando eso es necesario para la defensa de sus intereses. Mientras que es posible tratan de absorber los posibles antagonismos invocando a la democracia, al respecto de los derechos humanos, a la promesa de un sistema de mercado (no hablan nunca del capitalismo) que pone en el centro a la persona. Pero apenas sus métodos tradicionales se revelan insuficientes no titubean en hacer fuego sobre su «esquina prospera y pacífica» creando las condiciones para justificar las más brutales intervenciones represivas y para echarla responsabilidad en otras. Lo que sucedió en Génova no ha sido causado por el destino cínico y bárbaro. Ya días antes de las movilizaciones el blindaje de la ciudad y la preparación de guerra de! la policía habían dejado la impresión que las movilizaciones no hubieran sido un paseo. El sistema se estaba preparando al ataque. Y así ha sido. El sistema atacó suspendiendo de hecho las más elementales garantías constitucionales y usando medios dignos de las peores dictaduras latinoamericanas. Parlamentarios, abogados, periodistas fueron pegados y alejados de las zonas de intervención. En algunos casos fueron hasta arrestados. Los centros de información fueron destruidos. Todo eso no por causa de algunos elementos desviados o incapaces de la policía, sino por un preciso mandato político.
2) Génova marca una ruptura respecto a Seattle, Praga, Goteborg y otras movilizaciones similares. Emerge todavía más claro que no era correcto subordinar a todos los movimientos bajo el título "Pueblo de Seattle" visto que las numerosas organizaciones de protesta y de lucha ya precedentemente se caracterizaron y se distinguieron las unas de las otras por su proyecto político y por sus métodos de lucha. Era también claro que esa subordinación servía a algunos movimientos y partidos, todos de la burguesía, para hacer aparecer una unidad entre todas las fuerzas distintas, unidad de la cual ellos dicen de tener la dirección político. Además servía a la burguesía para elegir a su interlocutor que más le era útil para poder así anular cada posibilidad de un conflicto verdaderamente antagonista. Antgonista por su proyecto político más que por sus métodos de lucha.
3) Ya durante las preparaciones de las «jornadas de Génova» el movimiento había mostrado roturas. Con pocas excepciones, de las cuales el Campo Antiimperialista, todos corrieron bajo el paraguas del Génova Social Forum(GSF). En el mismo tiempo todos querían preparar iniciativas a parte para poder ser distinguido del GSF. Entre tanto el GSF declaró de tener toda la situación bajo control y que la protesta se hubiera desarrollado en modo pacifista y tranquilo aunque ya era claro que no controlaban nada. Los padrones del mundo, por su parte, declararon de tener las mismas preocupaciones de los contestarios y que la cumbre G8 era precisamente necesaria para resolver los problemas mencionados por el movimiento. Por supuesto, ambos los partes hablaban siempre de globalización con el rostro humano, de globalización de los derechos humanos, de el hambre y de la deuda del Tercer Mundo y de sus posibles remedios. Por supuesto, nunca nominaron a la causa, es decir al capitalismo imperialista.
4) Los acontecimientos del 20 y 21 de julio mostraron que no existía tal unidad. Cada fuerza trató de celebrar su iniciativa, manifestación sit-in en manera independiente de los otros, con sus métodos y sin organización unitaria y coordinada para poder asegurar el éxito o por lo menos el hecho de que los compañeros pudieran volver en casa en buenas condiciones. Los resultados son claros, así como tendría que ser claro que los verdaderos responsables de todo eso, incluido el asesinato del compañero Carlo Giuliani, no es el «bloque negro», como alguien también de la izquierda quiere hacer creer, sino el capitalismo imperialista y su aparato, preparado a la ofensiva.
5) Como Campo Antiimperialista, nosotros nos esforzamos sobre todo para el éxito de la manifestación antiimperialista, organizada junto con el sindicalismo de base el 20 de julio. En un clima amenazante, miles de personas celebraron una manifestación combatiente y ordenada. Nuestra contribución al éxito de esta manifestación, juntos con todos los antiimperialistas, fue muy importante, a pesar del boicoteo por los medios de comunicación. A finales de la manifestación logramos a vencer el miedo y a celebrar el mitin de conclusión dando voz a los representantes de los pueblos en lucha contra la opresión (Yugoslavos, Turcos, Méxicanos, Griegos, Sardos y otros).
6) Ahora llamamos a todas las fuerzas anticapitalistas a movilizarse contra la represión y para asegurar la verdad sobre los hechos, para liberar a todos los compañeros. Sólo un movimiento unitario puede liberara los compañeros de la cárcel y dar continuidad a la rebelión de Génova.
En el mismo tiempo queremos recordar que celebraremos el Campo Antiimperialista en Asís, la verdadera anti-cumbre antiimperialista y esperamos que después de las jornadas de Génova las fuerzas mejores del "pueblo de Génova" empezarán una reflexión política sobre el contenido de la oposición de izquierda y sobre los objetivos más bien que sobre los métodos de lucha. También esperamos que estas fuerzas tendrán el coraje de superar los límites profundos del civilismo y de la izquierda más o menos institucional, así como la tentación de usar una rebeldía desordenada que es solo el otro lado de la impotencia de la desobediencia civil. Con estas ideas, pero también con un determinado espirito unitario queremos encontrarnos para evaluar la posibilidad de dar vida, aunque no a un verdadero frente anticapitalista y antiimperialista, por lo menos a una coordinadora nacional e internacional de lucha con un contenido político inconfundible y conformas útiles para garantizar su éxito. Así será posible de hacer juntos el primero paso en el largo camino hacia la liberación de todos los oprimidos y explotados.
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