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Irak: la prueba está en Corea
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x Antonio Maira
Cádiz Rebelde
Hace unos días nos ha llegado una prueba definitiva de lo que
sabíamos todos pero negaban los fabricantes de la “opinión
pública”: políticos y Falsimedia. Irak no tiene
armas de destrucción masiva.
La mencionada prueba fue proporcionada indirectamente por el desarrollo
del conflicto de Estados Unidos con Corea del Norte. Corea ha reactivado
sus centrales nucleares y Washington ha determinado que una nueva crisis
se abría en el mundo. Un país del Eje del Mal reiniciaba
una actividad que podía servir de base para la fabricación
de armas nucleares. Bush, Rumsfeld y el resto de la camarilla presidencial
pusieron el grito en el cielo. El secretario de defensa sin pensarlo
dos veces declaró impetuosamente que el Imperio podía
realizar dos guerras al mismo tiempo, Irak y Corea, naturalmente, y
resultar triunfante en los dos frentes. Sin embargo, y pese a esa salida
guerrera de Rumsfeld, las cosas han ido por otro camino. De manera casi
inmediata la administración norteamericana corrigió el
ímpetu combativo y sus portavoces señalaron que la crisis
tendría un tratamiento diplomático. La explicación
de este amansamiento innatural en los lobos de la guerra está
a la vista. Corea tiene –aunque en una cantidad mínima
según los expertos- armas de destrucción masiva, nucleares,
y posibilidades de alcanzar con ellas, no a los Estados Unidos, pero
sí a sus grandes aliados en la zona: Corea del Sur o Japón.
De modo que las pocas armas de destrucción masiva de Corea han
disuadido a los Estados Unidos de iniciar una escalada militar.
En Irak ocurre todo lo contrario. La absoluta seguridad de Washington
de que Irak no tiene armas de destrucción masiva ni posibilidad
alguna de efectuar un ataque nuclear, químico o bacteriológico,
sobre su gran aliado en Oriente Próximo, Israel, actúa
como condición estratégica fundamental en la decisión
de realizar la guerra.
La conclusión de todo esto es la siguiente: EEUU va a realizar
una enorme operación militar de destrucción-matanza en
IraK –que no una guerra porque su impunidad es casi absoluta-
precisamente porque Irak no tiene armas de destrucción masiva.
Todo lo contrario de lo que nos dicen los políticos y los medios
de comunicación social.
La aparente estupidez de Falsimedia
La evidencia de que Irak no tiene armas de destrucción masiva
es mucho más antigua que el estallido de la crisis larvada de
Corea. Sólo hay que recordar que el antiguo equipo de inspección
de la ONU, la Unscon, se movió, investigó y husmeó
en el país durante más de siete años, con plena
libertad de movimientos y de actuación para realizar inspecciones
sin previo aviso, con medios sobrados para alcanzar la máxima
eficacia: satélites, centros de computación y análisis
de datos, y helicópteros, hasta que el equipo de la ONU se convirtió
en un instrumento del espionaje de los EEUU. La retirada de aquél
equipo de inspectores fue provocada por varios factores. Uno de ellos
fue, desde luego, que la información sobre esa instrumentalización
de la Unscon al servicio del espionaje de los EEUU y de Israel estalló
en los medios de occidente tras la denuncia realizada por uno de sus
miembros, el norteamericano Rittler. La retirada fue también
la consecuencia, inevitable, de la operación Zorro del Desierto,
un gran bombardeo masivo contra Irak ordenado por Clinton y Blair en
diciembre de 1998. Después de aquél bombardeo, tras el
que Irak denunció el ataque a los lugares que habían sido
visitados por la Unscon y se negó a autorizar el regreso de los
inspectores, los propios EEUU perdieron interés en la reanudación
de un trabajo cuyo objetivo inicial había sido realizado exhaustivamente
y cuya instrumentación tramposa había sido descubierta.
Por otro lado, el control minucioso del comercio de Irak en cumplimiento
de un embargo severísimo cuyo objetivo estratégico va
mucho más allá de la vigilancia de las compras de material
o materias primas susceptibles de uso militar prohibido, hace totalmente
imposible el restablecimiento clandestino de la capacidad para fabricar
armas de destrucción masiva.
Todo eso es bien sabido aunque está fuera de la información
manejable en el conflicto creado por los EEUU contra Irak. Dentro de
algunas semanas caerá también del lado de la información
inmanejable por Falsimedia, la de que los inspectores de la Unmovic,
después de cuatro semanas de rastreo, no han detectado ni el
menor rastro de la puesta en marcha por Irak de programas de desarrollo
o fabricación de armas de destrucción masiva, o de la
existencia de almacenamientos clandestinos..
Así pues, las evidencias, antiguas o inmediatas, están
al alcance o a la vista de todos los que tienen la responsabilidad de
informar o de manejar públicamente información para decidir
en nombre de todos. Falsimedia y los políticos, sin embargo,
no tienen memoria ni percepción para determinada información,
la que se sale del guión propagandístico que para la guerra
han establecido los EEUU.
Las deficiencias absolutas de memoria y de percepción vienen
acompañas, según parece, de problemas graves de racionalidad.
La evidencia que salta de la simple comparación de los comportamientos
de EEUU en las “crisis” de Corea y de Irak: Irak no tiene
armas de destrucción masiva, tampoco es “reconocida”
por los políticos y los medios.
El conflicto de Corea ha sido muy iluminador incluso en escenarios
muy lejanos. Ya hemos explicado que ha resuelto el problema que trae
locos a los inspectores de la Unmovic. Pero eso no ha sido todo. Entre
otras cosas ha demostrado de nuevo –por si alguien tuviese alguna
duda- que la “política de paz” de los EEUU es un
fraude gigantesco. La no aceptación de un acuerdo de no agresión
que fuese formalmente ratificado ante todos los países del mundo,
y que garantizase además la paralización definitiva de
los programas militares nucleares de Pyongyang, señala donde
se sitúa el fiel de la balanza de Washington: Corea debe desarmarse
pero los EEUU conservarán todas las posibilidades de agresión
a un país al que, por si fuera poco este riesgo, han situado
en un lugar peligrosísimo: el Eje del Mal.
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