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Carta abierta de un preso político argentino
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[N de la R: Adrián Krmpotic,
condenado ayer a 18 años en un centro de exterminio, es un militante
revolucionario argentino que participó en el operativo donde resultó
herido de bala Jorge Bergés, médico ginecólogo y
famoso torturador en los campos de concentración de la dictadura
militar de 197676/83. Se le acusa de pertenecer a la Organización
Revolucionaria del Pueblo (ORP), que se adjudicó varios ataques
a cajeros automáticos; la agresión armada, en 1996, contra
Bergés; una extorsión contra la cadena de hipermercados
Coto y el robo de documentos en un Registro Nacional de las Personas.]
CARTA ABIERTA
Soy conciente de que adolecería de una irritante falta de originalidad
atacar el desempeño de un puñado de funcionarios del Poder
Judicial, en momentos en que todos ellos son blanco de una lluvia de
críticas de parte de la sociedad toda.
Trataré entonces de neutralizar el previsible aburrimiento que
deviene del tránsito por igualmente aburridos lugares comunes,
introduciendo en esta presentación algo más que críticas
predecibles dirigidas a Jueces naturalmente inconmovibles.
Es de público conocimiento que he sido condenado a 18 años
de prisión. La corrección jurídica de este fallo
está siendo revisada por la Sala II de la Cámara de Casación.
Serán entonces los jueces de la Cámara, Dres. MADUEÑO,
DAVID y FEGOLI, quienes se pronunciarán al respecto luego de
la Audiencia que tendrá lugar el 28 de noviembre a las 10 hs.
en los Tribunales de Retiro.
Sobre las espaldas de estos tres jueces pesará la responsabilidad
de corregir un fallo controvertido hasta la injusticia, o bien, de convalidar
lo resuelto en su momento por el Tribunal Oral Federal N° 2, eternizando
tal injusto.
Más allá de las valoraciones jurídicas que esperan
tratamiento en los estrados de la Cámara Nacional de Casación
Penal, considero necesario compartir con Uds. algunas conclusiones a
las que he arribado luego de incontables horas de cavilaciones.
Resulta de una obviedad abrumadora que la pena que se me impusiera
está directamente ligada a la acción que tuviera como
objetivo la persona de Jorge Bergés.
Al respecto es importante señalar o recordar que se accionó
sobre un símbolo de la represión, cuya impunidad habría
sido consagrada por una legislación promulgada bajo las amenazas
carapintadas de Golpe de Estado. Podría decirse entonces, que
mi condena como el autor del ataque a Bergés opera en cierta
medida como la justificación misma de tal acción y de
su naturaleza política.
Dicho de otra manera, los 18 años se explican mejor desde la
censura por haber tenido el atrevimiento de contrariar la decisión
unívoca de los poderes del Estado, en el sentido de consagrar
la impunidad de los genocidas, que por el hecho sin duda menor, de haber
corrido a tiros a un torturador.
No deja de resultar paradójico, a la vez que aleccionador, que
en un país en el que no existe ni un solo represor condenado
por torturas y desapariciones, se condene a 18 años de prisión
a quien atacó a uno de esos represores, cuya impunidad fuera
refrendada por los tres poderes del Estado. Así las cosas, y
por si alguna sombra de duda amenazara con opacar la comprensión
de aquellos bien intencionados que pugnan por conocer sobre el particular,
bien se puede concluir que la naturaleza política de las acciones
que se me reprocharan, encuentran su correlato y complemento en la naturaleza
política de las valoraciones por los Jueces realizadas a la hora
de dictar mi condena.
Quieran los Dres. MADUEÑA, DAVID y FEGOLI revisar esta sentencia
con la plena convicción de que serán justos.
Es esta la verdad, lejos de especulaciones y a salvo de interesadas
manipulaciones.
Adrián Krmpotic
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