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La lección de Praga
"(...)Cada persona gana su dignidad sólo cuando se rebela,
cuando desobedece, cuando desafía al poder y a la autoridad (...)"
Franco Berardi (BIFO) "Come si cura il nazi".
Resulta realmente difícil en estos momentos enfriar la cabeza para transformar todas las experiencias e impresiones de los días en Praga en elementos de análisis y reflexión política. La cercanía temporal de lo allí vivido y la lucha que continuamos estos días por la libertad de tod@s l@s compañer@s< pres@s en la República Checa ni tan siquiera nos permiten colocar un punto y seguido en todo esto, en esta batalla de Praga que nos vemos obligad@s a continuar. Pero precisamente por eso, porque continuar la batalla implica decir algunas cosas, hacer saber lo que allí pasó, trataré en la medida de mis posibilidades, de señalar algunas claves que, creo ya de forma irreversible, marcarán mucho de lo que ocurra en el futuro. Tal vez esa pequeña victoria que arrancamos a los señores de la economía global en la capital de la República Checa sea el/un punto de partida de muchas cosas que vendrán.
Mi experiencia comienza en Madrid, trabajando en las asambleas del Movimiento de Resistencia Global. Gentes de todo tipo, en su mayoría jóvenes, de diferentes culturas políticas, con diferentes formas de entender la militancia y las relaciones, pero unidas por el anticapitalismo, comenzamos a trabajar de forma asamblearia, con un gran esfuerzo de comprensión y de unidad por parte de tod@s , en dos direcciones fundamentales. De un lado se trataba de que el mayor número de gente posible pudiera ir a Praga, de otro, había que crear en Madrid una movilización contra el capitalismo el día 26, coincidiendo con el Global action day de Praga.
Basta acercarse a estos datos formales para apreciar que nos encontramos ante un movimiento de trascendencia mundial con características completamente nuevas respecto a las expresiones antisistémicas anteriores.
Para empezar, las estructuras de trabajo son locales, difusas y asamblearias. No existe una entidad o sujeto centralizador que fabrique política de lucha, la conciencia política global se forma a través de la circulación internacional de propuestas e información. Como vemos, el papel de los sujetos de intervención política se configura en función de su capacidad de acción local más que en función de su tamaño y extensión organizativa nacional/estatal o internacional o de su uniformidad en la acción o en la propuesta. En este caso la ya famosa tensión "acción local/pensamiento global" cobra su máxima expresión. Al mismo tiempo, la heterogeneidad de los grupos y sujetos políticos implica dinámicas de discusión y toma de decisiones necesariamente horizontales y asamblearias.
En cualquier caso, llegados a este punto, resultaría absurdo e ingenuo no apreciar que estas características del nuevo movimiento generan problemas organizativos y parálisis en la formación de respuestas políticas, que en ocasiones rozan lo esperpéntico y lo ridículo si las comparamos con las formas organizativas clásicas. Pero a fecha de hoy, casi nadie pone en duda que este nuevo movimiento (que hasta la fecha se ha demostrado no susceptible de recuperación política) es el único que esta siendo capaz de cuestionar frontalmente el capitalismo y aportar un conjunto de valores alternativos de contenido antisistema.
Un elemento fundamental, recientemente apuntado por l@s compañer@s italian@s de "tute bianche" (monos blancos) es el nuevo esquema de relaciones internacionales entre los diferentes sujetos políticos*. Queda destruido el viejo modelo que limitaba los contactos internacionales a las diferentes direcciones políticas nacionales. Si la circulación de información y la elaboración política a nivel internacional son horizontales, se trata de aplicar también el mismo esquema fuera de la cibernética. Así nos encontramos con que fuimos miles de activistas de diferentes países (casi un millar del Estado español) los principales organizadores de las protestas en Praga, algo sin precedentes históricos hasta ahora, pues incluso en las recientes citas de lucha internacionales había existido una potente fuerza organizadora nacional que, en todo caso, se veía apoyada con la presencia -más o menos simbólica- de personas de otros países. En Praga hemos demostrado que, al menos en el mundo occidental y neooccidental ( países del este) el movimiento internacional antiglobalización tiene la capacidad de organizar la resistencia íncluso en lugares donde existe una debilidad objetiva del movimiento como en la Republica Checa (las poco mas de 2000 personas presentes en la manifestación contra la globalización convocada por el Partido Comunista Checo, con una importante presencia además de partidos comunistas europeos, el día 23 de septiembre en Praga, o las poco mas de mil en la manifestación antifascista del mismo día, dan idea de ello).
Las nuevas tecnologías y las nuevas formas de organización que de alguna manera estas suponen, nos han permitido algo con lo que ni siquiera pudo soñar la III Internacional (hechas en cualquier caso las diferencias de contexto), organizar una movilización importante sin a penas estructura estatal. Da la impresión que aquel "estado mayor de la revolución" propuesto en su día por Lenin, haya sido sustituido por el modelo de "resistencia-red" del nuevo movimiento.
Esta presencia masiva de activistas extranjeros en Praga permitió un intercambio de experiencias de importantes consecuencias, y al mismo tiempo se produjo en tiempo record una autoorganización entre militantes de diferentes estados hasta el punto de ser capaces de bloquear el Palacio de Congresos donde se reunían los delegados del FMI y el Banco Mundial, obligarles a abandonarlo en Metro escoltados por la policía, y hacer clausurar la cumbre un día antes de lo previsto. Habría que remontarse muy atrás para encontrar ejemplos similares de solidaridad internacional.
Precisamente esta es uno de los elementos de lucha antisistémica que recupera el nuevo movimiento, el carácter internacional de la resistencia, algo tristemente olvidado o apartado por los clásicos sujetos emancipatorios (terminología propuesta por J.R. Capella) que como plantea algún autor, están más preocupados por sus domésticas problemáticas nacionales y por sus luchas internas que por la articulación de un movimiento internacional (los grupos parlamentarios europeos, se diga lo que se diga, a pesar de la importancia institucional que puedan llegar a tener, no se pueden en ningún caso situar como ejemplo de la solidaridad internacional antes mencionada).
Por lo que respecta a lo allí visto, lo primero que hay que señalar es la organización con la que nos encontramos. Lejos de lo trasmitido por los medios de comunicación que nos presentaban como expertos estrategas de la guerrilla urbana, los medios que teníamos en Praga eran bastante precarios.
Las decisiones se tomaban en inmensas asambleas en tres idiomas, cuyos temas fundamentales se repetían día tras día ya que continuamente llegaban nuevos grupos de compañer@s de diferentes países con las mismas dudas. Nuestro centro de reuniones -el "Centro de convergencia"- no era más que una inmensa nave industrial, flanqueada por otras dos naves más pequeñas destinadas, una a nuestro raquítico servicio médico (en el que encontrar un verdadero médico era todo un acontecimiento), y la otra como cocina, a cargo de un grupo holandés especializado en dar de comer a miles de personas. A esto se añadieron las pequeñas sedes de la "Contracumbre" donde se discutió sobre políticas alternativas al FMI y al BM, y una sala donde se celebraron algunos conciertos, pero en todo caso la calidad de las instalaciones era más que humilde.
Por lo tanto, nuestra fuerza hay que buscarla no tanto en los instrumentos y las infraestructuras con las que contábamos -escasas y precarias como decimos- sino en el compromiso y en la capacidad de autoorganización de más de 10.000 militantes reales. De nuevo aquí una de las claves; lo que cuantitativamente puede no sorprender -10.000 personas- transformado en militantes activos en sus diferentes estados implica una impresionante capacidad de lucha, extraña a otras estructuras cuyos afiliad@s (que no militantes) se encuentran en casa o, todo lo más, participando de discusiones en su mayoría intestinas, que rara vez -salvo en el caso de los luchadores más longevos curtidos en la clandestinidad- cuentan con una experiencia de activismo real.
Así llegamos al día 26, el "Global action day", planteando el combate en los siguientes términos: De una parte se renunció a la idea de impedir el acceso de los delegados a la cumbre, experiencias anteriores (Bolonia por ejemplo en Junio del 2000) confirmaban las dificultades de esto, pues la iniciativa en este caso estaría en manos del enemigo, ellos podrían elegir la hora de traslado de sus delegados y conocer nuestras posiciones a priori. Por tanto nuestro objetivo era, si no tomar/ocupar el palacio de congresos, sede de la cumbre (cosa que al final casi se consiguió pero que conllevaba unos riesgos para nuestra seguridad difíciles de asumir), si impedir la salida de los delegados (al estilo de Melbourne unas semanas atrás) e imponer una presión insoportable que pudiera implicar, entre otras cosas, la clausura anticipada -como efectivamente ocurrió-, o el abandono de la cumbre por parte de muchos delegados.
Definidos los objetivos, nos organizamos en tres bloques a los que se añadía un cuarto grupo menos numeroso y más discreto pero con funciones muy concretas, encargado de preparar la entrada por el lado sur del palacio de congresos. Los laterales correspondían al bloque rosa, que al final resultó ser el más festivo y tal vez el menos agresivo, pero que en cualquier caso llegó hasta los muros del palacio, y al bloque azul, que tuvo que soportar los enfrentamientos más duros con la policía que empleó contra ellos todo tipo de material antidisturbios, y sufrir el mayor número de bajas. Con todo, también se aproximó mucho a la sede de la cumbre del FMI y el BM. El centro correspondió al grupo amarillo, donde participamos el mayor número de l@s madrileñ@s y que fue tal vez el más espectacular, como de hecho se apreció en las televisiones. Este bloque estaba encabezado por cordones de unos trescientos tute bianche (monos blancos) que portaban cascos y protecciones en el cuerpo junto con escudos hechos con ruedas de coche para empujar a las líneas policiales y resistir las hipotéticas cargas. Este grupo de monos blancos preparados para el choque estaba compuesto por unos 150 italianos (en su mayoría del grupo "Ya basta!" aunque también había un gran número de jóvenes de Rifondazione Comunista) 50 madrileños, unos 30 finlandeses, y grupos de griegos y checos. Antes de llegar a la plaza de la paz (Namesti Miru) donde iniciaban los diferentes bloques, este grupo procedió a la destrucción pública y organizada de un restaurante McDonals, la cual se explicó publicamente durante la manifestación.
Llegamos a cargar hasta nueve veces contra los policías robocops intentando romper sus líneas, estos se limitaron a resistir -como pudieron- nuestras cargas. En todo caso, el mérito de este grupo estuvo en hacer concentrar en el puente central que daba al palacio de congresos un elevado numero de policías y tanquetas que tal vez aligeró el resto de entradas al palacio.
La última acción coordinada de este día fue, por la tarde, el bloqueo del teatro de la opera, que impidió la entrada a los delegados, pero ya a esa hora nuestros teléfonos móviles habían sido bloqueados por la policía que había asaltado además el Centro de Convergencia deteniendo a la mayor parte de nuestro equipo médico que allí se encontraba. Esa tarde noche, sin una sede como referencia, y sin posibilidad de contacto telefónico, reinó la desorganización entre nosotros, lo cual fue aprovechado por la policía para llevar a cabo un gran número de detenciones arbitrarias, entre ellas la de los dos compañeros madrileños que siguen presos.
El día 27, las protestas se plantearon para exigir la libertad de los detenidos y al mismo tiempo se bloquearon las salidas de los hoteles para impedir, esta vez si, la entrada de de los delegados. Este día la policía practicó un elevadísimo número de detenciones y los malos tratos en comisaría fueron la nota dominante.
Ya de vuelta a casa pudimos contrastar de forma más sosegada las diferentes informaciones y apreciar las dimensiones de la campaña de desinformación e intoxicación informativa orquestada por los medios de comunicación, que unida a la brutal represión que se estaba practicando en la República Checa nos obligaba a continuar la lucha, en especial por la libertad de l@s pres@s . Hasta el momento se han mantenido reuniones con diferentes instituciones y grupos políticos y sociales para pedir su apoyo y colaboración en la lucha por la libertad de tod@s l@s< pres@s , y se han llevado a cabo diferentes acciones. Aparte de las concentraciones frente a la embajada, un grupo de jóvenes con monos blancos ocupó la sede en Madrid de las aerolineas checas el martes 3 de octubre y dos días mas tarde este mismo grupo se encadenó en la Asamblea de Madrid para exigir a la Comunidad su compromiso con los dos madrileños presos. El Domingo 8 de Octubre, más de dos mil personas encabezadas por cordones de seguridad formados por jóvenes con monos blancos, respondieron a la convocatoria del MRG y el Grupo de apoyo a l@s pres@s de Praga, marchando desde Atocha hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores para exigir al gobierno español que no se lave las manos en este asunto, en una marcha que trató de ser prohibida por la delegación del gobierno en Madrid.
La lección de Praga sea tal vez haber contribuido a perfilar las características de un nuevo movimiento mundial de resistencia al capitalismo que combina las clásicas formas de lucha, con nuevos modelos de resistencia fundados en la comunicación horizontal y la heterogeneidad política, que probablemente condicionen los modelos de conflicto antisistémico en los próximos años.
* Un tren entero, construido con mil dificultades y gracias al esfuerzo de compañeras y compañeros que han creído en el sueño de llevar en Europa mil personas y no diez o veinte y que ante todo ha permitido considerar Praga como una movilización concreta de todos y no de limitadas delegaciones. Un tren que ha puesto de manifiesto la hipocresía de las fronteras, que de inmediato nos ha convertido en ciudadanos del mundo en lucha en contra de las restricciones de libertad del imperio. Es cierto: quienes pensaban en un tour organizado al estilo de los sindicatos habrán tenido sus problemas, pero creemos de veras que eran muy pocos. Sin embargo esa experiencia "de viaje" resulta útil a todos: necesitamos aprender de sus límites para realizarla mejor la próxima vez.
Pablo Iglesias Turrión, octubre 2000
Kolectivo
La Haine
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