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Manual del Perfecto Lanzador de Piedras (palestino)
x Manel Martínez González de la Rubia
(Vladivostok)
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Como bien sabeis la trayectoria de una piedra lanzada
con o sin mala "uva" es de una parábola. Cuando ya no
se encuentra en la mano su retorno es imposible y se puede decir que es
dramático e irreversible. Bien es cierto que el daño que
pueda causar a un tanque o a un soldado israelí es aparentemente
ínfimo. Pero solo aparentemente. Si nos dejamos llevar por la rabia
y la visceralidad, ¿cómo pretenderemos arreglar o solucionar
un conflicto?.
Estos consejos que siguen vienen a resolver está delicada cuestión.
Es verdad que multitud de judíos e israelíes bienintencionados
colaboran asiduamente a este esclarecimiento en medios de comunicación
de mayor o menor tirada. Mi misión es completarlos y darles un
carácter práctico-utilitario. Al fin y al cabo vivimos en
la época de lo concreto y muchas veces pasamos por alto los importantes
"matices" que envuelven las íntrincadas situaciones históricas.
Situémonos, la piedra está a punto de salir de la mano
de un adolescente palestino. La parábola histórica irracional
está a punto de completarse. ¡Niño!. ¡Adolescente!.
¡Escúchame!. Detén tu mano. Has de tener en cuenta
este "Manual del perfecto lanzador de piedras (palestino)":
1. Has de saber que cada vez que lanzas una piedra estás alimentando
el odio antisemita. Estás importunando una psicología persecutoria
basada en siglos de matanzas y progroms. ¿Quieres ser cómplice
de esta matanza histórica?.
2. ¿Conoces la historia del pueblo judío?. Debes saber
que tú pueblo, el palestino, es un pueblo "naciente".
Sois relativamente nuevos en esta tierra comparado con nosotros. Nuestro
derecho a estar aquí es natural. Estás lanzando tu piedra
sobre los ...lógicos habitantes de Palestina.
3. Cuando lo parabólico se imponga a lo estático aparente,
quedarás enmarcado con el resto de terroristas en un cuadro irracional.
Has de saber que en Israel y todo el mundo, contaremos que no eres más
que un "sujeto manipulado" por la corrupta autoridad palestina.
Sabemos que no eres un suicida sangriento pero, ¿qué más
da?. Podrías serlo en potencia. Por lo tanto, debes entender como
natural (igual que lo de la tierra) que seas un objetivo militar.
4. Corres el peligro de ser abatido por un M-16 (made in USA). También
una televisión europea podría recoger ese momento. Te convertirías
en un mártir del engaño, puesto que estando engañado,
qué martirologio puedes provocar sino el de la mentira: acusar
a todo el pueblo judío de ser represor y echarnos en cara nuestra
maldad. A nosotros, las víctimas por definición. Nunca podrás
sentir tanto dolor como el nuestro. Nunca.
5. Debes entender qué es el nazismo. Debes comprender que tener
gobernantes ultraderechistas no es lo mismo que ser nazis. No es lo mismo
Hitler que Sharon. Incluso para tí, adolescente que miras con cara
inocente. Esas comparaciones son odiosas. Sabemos que es improbable que
te dediques a la literatura, pero ¿te gustaría que tus libros
fueran retirados de nuestras estanterías como los del "inculto"
y comunista Saramago?. Seguro que no. Espera, tienes el brazo cansado,
ya lo sé. Podrías elegir piedras más pequeñas,
por cierto. No hagas caso de nuestras implicaciones en dictaduras fascistas
de todo tipo. Es todo mentira (a veces te hablo como Estado y a veces
como judío, lo hago a conveniencia, tu no entiendes de estas cosas
aún).
6. Veo que no estás al día en los asuntos árabes,
tus hermanos. ¿Sabes que tipo de gobiernos tienen esos estados
"amigos"?. Humillan a las mujeres. No tienen democracia. Tus
iras empedradas caen sobre la democracia y el parlamento israelí
como una colección de misiles Scud. Tu única salida, si
estás molesto, es presentar una denuncia en el juzgado de primera
instancia de Tel Aviv. En la sección cuarta, si puede ser. La uno,
dos y tres están ocupadas en la denuncia a Sharon por crímenes
contra la humanidad. Tu piedra es una ayuda al sostenimiento de esas dictaduras
crueles de verdad.
7. Multitud de judíos en todo el mundo se sienten avergonzados
de vuestra situación. No nos gusta la política de Sharon.
Pero, hombre, no nos acuseis a todos por igual. Nosotros queremos existir.
Tenemos derecho a la vida. Como cualquier otra persona y pueblo. Esas
piedras que lanzas son contra nosotros, vuestros valedores. Teneis que
tener paciencia. Ya te dije que como nosotros hemos sufrido tanto es posible
que os toque sufrir más de la cuenta. Nuestro rasero no es doble
sino triple o cuadrúple.
Creo, sinceramente, que habeis tenido mala suerte coyuntural-histórica.
Bajo mandato británico ya seriais independientes o tendríais
un pasaporte de la corona. Pobres víctimas del juego geopolítico
(cuanto os entiendo). Ahora os toca pasarlo un poco mal, ya digo. Pero
nos haceis mucho daño alimentando el antisemitismo. ¿Por
qué niño palestino, odias a los judíos?. Entiéndenos,
compréndenos, danos una oportunidad de explicarte qué es
un sefardí o un askhenazy. Espera un momento, detén tu brazo,
voy a buscarte unos libritos que te ayudarán a asimilarnos.
8. No habrás pensado, seguramente, en tus propios dirigentes.
Todos ellos corruptos. Una policía corrompida, cobrando salarios
por las nubes, matando a confidentes por las calles, promocionando a suicidas,
sí, suicidas (me da pánico pensarlo. ¡Oh! Dios mío,
cuanto dolor llevo en mi corazón sensible). Estás lanzando
tu piedra contra el enemigo equivocado. Debes lanzarla sobre tu propio
pueblo. Destruye a tu pueblo. Algunos sionistas lo hicieron con nosotros.
Sois demasiados. No cabeis junto a nosotros. No teneis ningún sentido.
Destiende el brazo, dáte la vuelta, levanta la mano. Mira a tu
padre. Ese árabe harapiento. Lanza la piedra sobre su cabeza. Supérale.
Mátale. Es el culpable de tu suerte. Luego ven con nosotros. Te
ayudaremos y explicaremos quien eres y de donde vienes. Tenemos a otros
árabes-israelíes viviendo con nosotros. Sabemos como trataros.
Somos buena gente. De la mejor. Solo queremos compresión. Hemos
sufrido tanto que nuestro dolor es violento, físico, psicológico,
infinito, intelectual, de mesa de salón, de New York, París,
Jerusalén, Haifa, Barcelona, Buenos Aires, militar, dictatorial,
económico,...nuestro dolor lo es todo y cuando es todo, no hay
nada que pueda aliviarlo.
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