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Argentina: Enfrentarlos hasta derrotarlos
x Movimiento al Socialismo
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Después de todos los esfuerzos que
ha hecho y sigue haciendo para complacer al FMI y a los yanquis, Duhalde
no recibió ninguna felicitación, sino más reproches.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Paul ONeill, castigó duro:
"Argentina es el ejemplo de una sociedad desorganizada". Y el
FMI, en vez de mandar la plata que Remes Lenicov y Duhalde andan mendigando
desde hace semanas, ha dado su veredicto por boca de una de sus principales
funcionarias, Anne Krueger: "No tiene sentido prestarle más
dinero a la Argentina".
Las idas y venidas han sido permanentes en la acción de este gobierno.
Por ejemplo, amenazó con cobrar un impuesto a las petroleras. La
respuesta de esos pulpos fue aumentar los precios de los combustibles
e insinuar el desabastecimiento. Duhalde, amansado, retiró su idea.
La Iglesia, principal promotora de la Mesa de Concertación, y preocupada
ante la perspectiva de estallido social, propuso un impuesto especial
a las grandes empresas. Con semejante apoyo espiritual, Duhalde volvió
a la carga, con final incierto. Así funciona el gobierno, tironeado
de todas partes: por lobbies empresarios con intereses diversos, por los
acreedores externos e internos, por el imperialismo yanqui, por los gobiernos
europeos, por la burocracia sindical, por las cacerolas, por los piquetes,
por la brutal crisis social. Pero la resultante de todas esas fuerzas
apunta siempre en la misma dirección: Washington.
Los ganadores de estas pulseadas son, también, siempre los mismos:
los grandes empresarios, a quienes les licúan las deudas y/o ganan
fortunas con la devaluación. Los exportadores, las privatizadas
y los mismos bancos han sido beneficiados con estas medidas a expensas
de los pequeños ahorristas, los trabajadores y los desocupados.
Los depositantes ya perdieron unos 23 mil millones de dólares,
a los salarios congelados se los come una inflación galopante que
golpea más en los productos más necesarios, y la desocupación
crece minuto a minuto. Eso sí, el Presupuesto 2002 prevé
más recortes, menos plata para las provincias... y seguir pagando
la deuda externa.
Frente a este cuadro de catástrofe social y saqueo a la población,
el proceso de organización y lucha desde abajo que se inició
el 19 y 20 de diciembre continúa su marcha. No hay que confundirse
por el hecho de que en los últimos días no ha habido grandes
cacerolazos o acciones masivas: la procesión va por dentro. Después
de la primera oleada de manifestaciones masivas casi diarias, se está
preparando la segunda. Así lo anuncian las movilizaciones en el
interior contra los intendentes y gobernadores (Río Negro) y el
regreso de los reclamos por comida frente a los supermercados (como en
Campana). Los recortes salariales en la Nación y las provincias
ya están generando respuesta entre estatales y docentes.
Las asambleas populares, de manera poco visible pero permanente, se siguen
extendiendo por infinidad de barrios, pueblos, localidades. El proceso
de desarrollo y crecimiento de las asambleas muestra también un
avance en la toma de tareas prácticas y de medidas políticas.
Así se vio, por ejemplo, en la presencia de varias asambleas en
la Asamblea Nacional de Trabajadores (ver nota aparte). Pero esto pone
de manifiesto la necesidad de avanzar también en la confluencia
entre las tres grandes vertientes de organización y la lucha desde
abajo: las asambleas populares, las organizaciones de desocupados y las
expresiones independientes y clasistas del movimiento obrero. En ese sentido,
resalta la extraordinaria experiencia de los trabajadores y desocupados
de la UOCRA Neuquén, que reseñamos en nota aparte.
Estos ejemplos muestran cómo enfrentar el desastre que cocinan
Duhalde y el FMI. No hay nada que esperar de los burócratas nefastos
de la CGT: ni Daer ni el "deprimido" Moyano mueven un dedo para
defender a los trabajadores que dicen representar. Los dirigentes de la
CTA posan de "combativos" cuando hablan para los medios, pero
cuando las papas queman, se suman de hecho a la "concertación".
No hay más que ver a Marta Maffei, de CTERA, que le da tregua al
gobierno a cambio de... promesas de que alguna vez se pagará algo
de lo que se debe. Además, sólo se habla del incentivo,
y ni una palabra de defender las becas de los pibes: a Maffei ni se le
ocurre que los docentes pueden y deben pelear por los derechos de los
chicos a los que enseñan. Debe ser porque no son afiliados al sindicato...
Esta actitud estrecha y corporativa se vio también en el paro
propatronal del sindicato de petroleros, que transformó a los trabajadores
en rehenes al servicio del lobby de Repsol, Esso y Shell. Eso es lo opuesto
a lo que necesitamos: las protestas parciales y luchas reivindicativas
por sector deben tender a unificarse y plantear una alternativa. Así
lo van entendiendo miles de luchadores que en todo el país se organizan
de manera independiente. Por eso los caceroleros apoyan la lucha de los
piqueteros. Por eso muchas asambleas populares unen los reclamos de los
afectados por el corralito con los problemas de los desocupados del barrio,
o de los hospitales, o de las fábricas. Por eso los piqueteros
exigen la devolución de los depósitos a los pequeños
ahorristas. Por eso en la Asamblea Nacional del 16 y 17/2 hablaron ocupados,
desocupados y representantes de asambleas populares. Por eso los obreros
de la UOCRA Neuquén no trazan una línea que separe a los
ocupados de los desocupados. Por eso en infinidad de reuniones, en barrios,
en locales sindicales, en sociedades de fomento, se reúnen y se
coordinan expresiones de sectores distintos, pero que entienden que sus
reclamos son parte de una lucha común: luchar hasta derrotar el
plan de hambre y ajuste de Duhalde y el Fondo Monetario.
Y es de esa manera que empieza a construirse, desde abajo, un programa
alternativo al saqueo del FMI, los grandes capitalistas y sus políticos.,
que se expresa en las justas consignas de la Asamblea Interbarrial de
Parque Centenario, la Asamblea Nacional de Trabajadores y muchas expresiones
del movimiento obrero: UNTER, mineros de Río Turbio, Zanón
y otras. Derribando las barreras artificiales de los sindicatos y los
"cuerpos orgánicos". Apoyando y tomando como propios
los reclamos de distintos sectores de los trabajadores y el pueblo. No
hay salida individual, pero tampoco sectorial: la salida a este desastre
sólo puede ser global: no sólo económica, sino social
y política. Todas las demandas de la inmensa mayoría de
la población pueden y deben confluir en una gran lucha nacional
para imponerlas, preparada por las organizaciones independientes de los
trabajadores y el pueblo nacidas desde abajo.
Es esa gran lucha nacional, ese nuevo Argentinazo, lo que podrá
acabar con los gobiernos sirvientes de los grandes empresarios. Pero también
con todas las instituciones de esta "democracia" donde mandan
los ricos, como el Parlamento y la Corte Suprema de corruptos, reemplazándolas
por organizaciones donde el pueblo trabajador de verdad discuta y decida.
Para cambiar de arriba a abajo esta sociedad donde 20 millones se hunden
en la pobreza para que 200 grandes empresas se llenen de dólares.
Para que los problemas y las soluciones queden en manos de los trabajadores
y el pueblo, que resolverán en función de los intereses
del conjunto de la sociedad, no de un puñado de ricachos como ahora.
En una palabra: para acabar con este capitalismo criminal y erigir un
nuevo orden social: el socialismo.
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