“Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente

Solo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente”

Leon Gieco

Para evitar el peligro de los discursos vacíos que esconden tras los lemas excesivamente genéricos como “NO a la guerra”, decidí fabricarme en plan casero una tarjeta plastificada que dice “Masacre en Iraq, NO”. Esas cuatro palabras sintetizan mi posición y aunque tengo la pretensión de que se entienda con suficiente nitidez, no voy a desaprovechar este privilegiado canal de comunicación rebelde para contaros lo que no cabía en la tarjeta:

1. Lo que preparan las huestes del Imperio contra Iraq no es una guerra, sino una masacre; y ello con independencia de que los iraquíes mantengan una firme voluntad de enfrentarse con el infierno e incluso estén deshaciéndose de las pocas ínfimas armas que les permita una legitima aunque débil defensa.

2. No hacen falta complicados razonamientos ni erudición leguleya para darse cuenta de que una masacre no puede ser “legítima”, ni “legal”, ni “necesaria”, ni “justificada” ni nada que se le parezca; tan sólo puede ser conveniente.

3. Los que nos oponemos a esa masacre haríamos muy mal en establecer objetivos y calcular posibilidades de éxito. Procuremos tan solo que “la reseca muerte no nos encuentre vacíos y solos sin haber hecho lo suficiente”.

4. La guerra es permanente. Lo de Iraq es un episodio –terrible para los miles o millones de personas que van a ser asesinadas- pero episodio al fin de una guerra mucho más compleja que incluye campos de batalla, estrategias y armas de destrucción masiva de muy diversa catadura: extorsión económica a gran escala, conspiración mediática, hambre, pobreza, miseria, enfermedades, explotación, embargo de derechos humanos o destrucción de la naturaleza.

4. Es urgente trabajar para desmontar la información oficial sobre el 11-s, actual coartada moral para la cruzada contra el terrorismo.

5. Ni los gobiernos autoproclamados defensores de la paz y la seguridad son defensores de la paz y la seguridad, ni los pretendidos pacifistas son pacifistas. El petróleo y la geopolítica no están sólo en la mesa de los asesores de Bush y sus cómplices.

06/03/03

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